Según la Organización Mundial de la Salud, cada año mueren en el mundo 1,3 millones de personas como consecuencia de accidentes de tránsito y otros 20 millones sufren traumatismos por el mismo motivo. Una de las causas es no respetar las señales de tránsito y los semáforos juegan un rol crucial en regular el paso de personas y vehículos en cruces más o menos peligrosos.

La necesidad de contar con un sistema de semaforización nace a mediados del siglo XIX, cuando en Europa surgían los primeros ferrocarriles y vehículos tirados por caballos. El inglés J. P. Knight creó este sistema que fue instalado cerca del Parlamento británico para el control ferroviario.

Luego, con la llegada del automóvil, la masificación de los semáforos en las principales ciudades capitales y en centros urbanos medianos y pequeños fue total. Hoy, en pleno siglo XXI y debido al gigantesco crecimiento del parque automotor, se continúan instalando semáforos en cruces que antes solo contaban con un letrero “Ceda el paso” o “Pare”.

En Chile, el primer semáforo llegó en 1926 y, actualmente, hay 4.534, de los cuales cerca de 3.000 se encuentran en Santiago.

En la actualidad, los semáforos son parte de un entramado tecnológico que depende de una infraestructura computacional que asegura que la coordinación entre cada aparato dará pie a un flujo vehicular que otorgue seguridad a peatones y automovilistas.

“Los semáforos son un elemento, dentro del tránsito, clave para regular y mejorar la congestión vehicular y la velocidad del flujo. La función del semáforo hoy es fundamental e importante para asegurar un tránsito accesible y pacífico entre los diferentes participantes del sistema de transporte urbano, ya que organiza el paso por etapas y tiempos medidos, evitando potenciales siniestros viales”, afirma Alberto Escobar, gerente de Movilidad del Automóvil Club de Chile y experto en seguridad vial de la institución.

Prototipos

La tecnología inteligente está cada vez más presente en los semáforos y ya existen prototipos que incorporan sensores, que —explica Escobar— permiten “llevar un conteo de los vehículos y, de esta manera, aumentar o disminuir el tiempo de cada semáforo dependiendo de la demanda”.

Precisa que los denominados “semáforos inteligentes” disponen de varias funcionalidades avanzadas para mejorar la seguridad vial y ayudar en la regulación del tránsito, puesto que se ajustan según el escenario que se esté dando en las vías.

“De hecho, ya se trabaja en prototipos que permitan que los semáforos tengan una visión artificial capaz de reconocer a un peatón que entra intempestivamente en un cruce. Eso sí, para tener semáforos conectados en red a la infraestructura vial se requiere contar con 5G, ya que este es el actual impedimento para aumentar la capacidad de análisis e interacción de los semáforos y muchos otros aspectos del fenómeno ‘Smart Cities' y vehículos autónomos de nivel 5”, añade el experto del Automóvil Club de Chile.

El sistema de semaforización evidentemente ayuda a descongestionar la ciudad. De lo contrario sería caótico. “No obstante, el uso de tecnología de información inteligente requiere los servicios de administradores profesionales competentes que presten el apoyo adecuado a la gestión de tránsito: no solo en Santiago, sino también en regiones. Con ello, los resultados de la operación de los semáforos y de los otros dispositivos de seguridad vial podrían tener mejores resultados y más eficientes”, señala Crescente Urrutia, director de la Escuela de Transporte y Tránsito de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM).

Y no solamente ayuda a la ciudad, sino que también en labores económicas, como la minería, donde el flujo vehicular de grandes camiones hace necesario este tipo de control. “Para todas las áreas económicas que deban instalar equipos de control o sensorización que estén coordinados entre ellos es importante contar con un sistema de control asociado”, señala Cristián Montalva, jefe del Departamento Comercial de TEK Chile.

Mirada al futuro

Pero ¿qué ocurriría si los semáforos disminuyeran o incluso desaparecieran? En Estados Unidos ya se experimenta con vehículos dotados de GPS y sistemas satelitales que entregan al conductor información sobre otros vehículos que le permiten adecuar su velocidad y, así, circular libremente en los cruces.

También hay iniciativas para eliminar semáforos y así impedir que al detenerse los conductores sean víctimas de asaltos.

Al respecto, el gerente de Movilidad del Automóvil Club de Chile sostiene que “no se puede cubrir un problema de delincuencia poniendo en riesgo la seguridad vial. No es una buena medida, porque desde el punto de vista de los peatones, de los adultos mayores y de las personas con situación de discapacidad, estos no podrán coordinar de forma segura su desplazamiento entre esquinas, más aún cuando los segundos actuales ya son escasos”.

Para el académico de la UTEM, los sistemas de semáforos y similares, debidamente justificados, son importantes, porque “de algún modo permiten disminuir y prevenir accidentes, reducir las demoras y consumo de combustible y, por ende, ayudan a mejorar la productividad”.

Cristián Montalva, a su vez, plantea que la semaforización “por supuesto que ayuda a descongestionar y coordinar el flujo vehicular, peatonal y de todos los actores involucrados en el transporte urbano”. Agrega que está estimado que la puesta en marcha de un sistema de control en una gran urbe como Santiago genera una descongestión en torno al 25%-30%.

“Es decir, si no existiera un sistema de control nuestra percepción de la movilidad sería de 30% más de congestión y 30% más en tiempo de viaje. Para lograr mantener este factor, se requiere que la muestra sensorizada sea cuantitativamente plena (mantenga la cantidad de sensores de muestra representativos de la población) y de buena calidad, y que no se degraden”, indica.

Por ello, sentencia que las tecnologías inteligentes de transporte “resuelven de manera efectiva, rápida y eficiente la problemática que día a día se le presenta a la vida del ser humano, de manera que facilita el desplazamiento, seguridad y coordinación de la movilidad general en las ciudades”.

Innovaciones

De conformidad a lo prescrito en el Decreto N° 78 de 2012, del Ministerio de Transportes y

Telecomunicaciones, que aprueba el “Manual de Señalización de Tránsito”, la semaforización

de una intersección o cruce peatonal responde al resultado de un proceso de análisis de conflictos de tránsito y de medidas alternativas a la semaforización, que permite concluir que la instalación de este dispositivo constituye la solución más eficiente desde el punto de vista económico-social.

El estudio de justificación de los semáforos debe ser presentado a la Unidad Operativa

de Control de Tránsito del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones.

Cristián Montalva, de TEK Chile, señala que a nivel mundial se está trabajando en la incorporación del vehículo autónomo a la operación de los semáforos y a la sensorización para mejorar la operatividad de los sistemas de control y su gestión asociada. “En Chile, nuestra empresa ha implementado y se encuentra implementando soluciones tecnológicas de inclusividad peatonal, sensorización y proyectos de prioridad en los semáforos para el transporte público, entre otras”.

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