Naif y nacionalista. Así es “Violento Parra”, en palabras de su propio autor, el comediante Mauricio Palma. El paso del humorista por el Festival de Viña 2019 consolidó uno de sus personajes más controversiales: un “trovador” que mira en menos a toda la sociedad chilena, se burla de los políticos, de izquierda y derecha, se siente poderoso y tiene mucho dinero. “No hay nada más ordinario que comprar un auto chino”, dice Violento Parra riéndose burlescamente.

Palma creció viendo el Festival de Viña del Mar, y por eso ha sido un momento importante en su carrera. Sin embargo, el comediante se hizo primero conocido en YouTube y pululó por muchos años en bares. Dice que el Festival significa una consolidación de lo que ha hecho por más de una década cuando con un grupo de amigos fundaron el canal “NTN” en internet.

—¿Por qué estudiar psicología?

—Era mi segunda opción. Fue básicamente porque mi viejo no me dejó estudiar Música. Y le decía “viejo, quiero estudiar Música como por dos años”, así como tratando de engrupirlo un poco. Y no resultó. Pero después conocí a la gente indicada, con la misma idiotez que uno, que te ayudan a crear tonteras. Fue una invitación a mirar la vida de otro punto de vista. No tan solemne. No tan formal.

—Antes de decidir qué estudiar ¿te imaginabas que podías terminar en un escenario como Viña del Mar?

—Sí po, todo el rato. No tengo el recuerdo fehaciente, pero en la nebulosa de la historia de mi vida, creo que me lo imaginé cuando niño. En la casa, el Festival siempre existió. Fue parte de la historia veraniega, cuando más chico y no podíamos salir, era el panorama para trasnochar un rato, cagarse de la risa. Moviendo la antena. Pero nosotros venimos de una camada de comediantes que nace del bar.

—¿Algo paralelo a los medios tradicionales?

—Así es. Entre el público y un grupo de artistas incipientes que están construyendo un mercado, una industria. Y cuando llegas a espacios como el Festival de Viña, claro, es un súper espacio para mostrar lo que haces. Ojalá la gente se acerque a ver los shows que nosotros estamos haciendo en los bares, en los teatros. Hay inquietud de transformar a la sociedad con lo que haces.

—¿YouTube fue una plataforma que ayudó a tu carrera?

—Ha sido la plataforma fundamental de nuestra historia, porque básicamente somos unos renegados de la tele, siendo que hemos sacado nuestra tajadita también (ríe). Pero cada vez que llegábamos a la tele, como que tenían aprensiones. Y nosotros tratamos de luchar contra eso, demostrando que podemos hacer un buen trabajo. No somos huevones que nos queremos pasar de listos.

—El personaje Violento Parra creció mucho en su popularidad luego de Viña. ¿Por qué?

—Representa un lugar en el discurso social chileno. Y tiene un nombre muy atractivo, que tiene que ver con la Violeta, que le decían Violenta Parra en el sur. Y el personaje nace asociado a los discursos de violencia. Siento que tuvo éxito porque lo vemos permanentemente, y los chilenos, particularmente de esta generación, venimos con temor a la violencia. Por eso creo que lo aceptamos callados.

—¿Aceptamos el abuso?

—Sí po. Y bueno, el personaje encarna eso, el violento. Entonces, la gente necesita reírse catárticamente. Para expiar un poco. Es como un pito o un trago, eso que te hace evadir la semana. Y nosotros tratamos de remover algo.

—Violento Parra se ríe de todos los niveles sociales. ¿Por qué nos mira en menos?

—Él es un cuico, con una intención artística que llega a ser naif, absurda, desinformada. Y, por otra parte, es muy consecuente, muy nacionalista. Entonces todos estos otros se creen cuicos, pero igual terminan comprando un tercer auto chino. O sea, no puede haber una huevada más ordinaria que eso (ríe personificando a “Violento Parra”).

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