US$ 70

millones se requerirían en Huachipato para disminuir su alto consumo eléctrico. Una de sus actualizaciones pendientes.

Bajo siete llaves guardan en CAP el nombre de la empresa china con la que están negociando desde hace unos nueve meses para venderle una parte de su filial CAP Aceros, cuyo principal activo es la siderúrgica Huachipato, en Talcahuano.

La sola mención de esta negociación la semana pasada —durante la presentación de sus resultados financieros al primer semestre— llamó la atención inmediata de los analistas que asistieron al encuentro. Básicamente, porque se trata de la filial que más dolores de cabeza le ha generado a la compañía en el último tiempo, con diez años consecutivos de pérdidas que solo el año pasado remontaron a terreno azul, con una pequeña ganancia de US$ 317 mil, gracias a la recuperación de precios internacionales.

La trama de esta historia partió en el último trimestre del año pasado. La propia compañía china fue la que se acercó a conversar con CAP —donde Invercap (controlada por las familias Rassmuss y De Andraca) es dueña del 31% y la japonesa Mitsubishi posee el 19,3%—, y al cabo de unas semanas hizo ver su interés en comprar también parte del negocio de hierro, agrupado en la filial CAP Minería.

A diferencia de CAP Aceros, donde CAP es dueña del 100%, en CAP Minería la empresa posee solo el 75% y el resto está en manos directas de su socia Mitsubishi. La respuesta inmediata del directorio fue un rotundo no. Sobre todo, porque desde la filial de mineral de hierro proviene el grueso de los ingresos y utilidades del grupo, que en 2018 alcanzaron los US$1.917 millones y US$175 millones, respectivamente.

Un alto directivo de la minera chilena cuenta que tras rechazar la opción de ceder parte del negocio del hierro, dieron por descontado que los chinos se alejarían, sobre todo porque sabían que estaban también analizando otras dos ideas de negocio en el país.

Pero no. Entre abril y mayo pasado volvieron a la carga y les manifestaron su interés por seguir adelante específicamente en el negocio del acero. “Ellos están interesados en tener el control y CAP está dispuesta a cederlo”, precisó la fuente. El último trimestre de este año es el plazo autoimpuesto para sellar la operación.

Interés en la región

“La incorporación de un socio, que le permita incrementar su producción y servir nuevos mercados, alcanzando, de esta manera, mayores economías de escala, podría incrementar su desempeño”, describe Carlos García, gerente de riesgo de la clasificadora Humphreys, sobre el interés de los chinos.

Ese es justamente el leitmotiv detrás de la intención de la empresa china. Ellos habrían definido hace un tiempo la necesidad de diversificar sus negocios hacia Latinoamérica, pensando en que en el país asiático se han incrementado fuertemente las restricciones ambientales a las siderúrgicas. Y la estabilidad chilena es lo que les atrae para materializar su incursión en CAP.

Hay que recordar que si bien en el país asiático hay actualmente una sobreproducción de acero, el gobierno de Xi Jinping está buscando que las siderúrgicas dejen de procesar el mineral de hierro de baja calidad, porque es uno de los principales focos de contaminación en ciudades. El gigante asiático consume alrededor del 55% del hierro del mundo y produce cerca del 50% del acero. Por eso, para las empresas chinas está siendo atractivo diversificar su producción.

El alto ejecutivo de CAP dice que Huachipato ofrece esa ventana. En Sudamérica, Brasil es el principal productor de hierro, pero Chile mira hacia la costa del Pacífico y le es más fácil llegar a varios mercados activos en consumo.

En los últimos años, Huachipato ha trabajado consistentemente en disminuir sus costos, y la inversión necesaria para hacer a la empresa más competitiva no es tan abultada. Por ejemplo, para disminuir su alto consumo energético requeriría entre US$ 60 millones y US$ 70 millones, y ese es el principal foco de preocupación que tiene por estos días esa filial.

CAP no respondió las preguntas enviadas desde La Segunda, entre las que se incluía la consulta de si los últimos problemas ambientales que ha enfrentando —el derrame de diésel en isla Guarello y la rotura del mineroducto de la mina Cerro Negro Norte, en Copiapó— les jugarían en contra de la operación.

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*Huachipato es el principal activo de CAP Aceros. Durante diez años continuos registró pérdidas, hasta 2018 cuando logró una utilidad de US$317 mil.

*El primer semestre de este año tuvo ingresos por US$ 234 millones, pero con un Ebitda negativo de US$ 21 millones. (pérdidas operacionales).

*En 2018 produjo 750 mil toneladas de acero, la mayor desde que se focalizó en productos largos en 2013 (alambres, barras, etc).

*El 77% de su producción se destinó al mercado nacional en 2018. De la producción total el 57% fue a clientes del sector minero.

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