Ambas asumieron recientemente sus nuevos cargos en instituciones emblemáticas del poder en Europa. La francesa Christine Lagarde, exdirectora del Fondo Monetario Internacional —desde 2011 a 2019—, es ahora presidenta del Banco Central Europeo. Por su parte, la belga/alemana Ursula von der Leyen es presidenta de la Comisión Europea y también la primera mujer que ocupa ese cargo en los 26 años que tiene la Unión Europea.

La nominación de Lagarde —a quien han calificado como la mujer mejor vestida de las finanzas internacionales— no causó sorpresa, porque lleva décadas trabajando en esa área. El nuevo destino de Von der Leyen sí provocó, en principio, desconcierto, ya que su nombre saltó tras el acuerdo del Presidente francés Emmanuel Macron y la Canciller alemana Angela Merkel para la Comisión, porque ambos querían un representante alemán para la misma.

Von der Leyen era la ministra de Defensa de Merkel desde 2013 y a nivel de la CDU (el partido de los conservadores de Alemania) es la tercera mujer en importancia. La primera es Merkel; la segunda es la actual presidenta del partido, Annegret Kramp-Karrenbauer… y la tercera es Ursula.

Médica de profesión, casada y madre de siete hijos, Von der Leyen tiene un perfil algo inusual para mujeres que llegan a esas altas esferas del poder. En todo caso, es un ambiente que conoce desde la cuna porque su padre, Ernst Albrecht, fue director general de la Comisión Europea en 1969 y presidente del estado Baja Sajonia, en Alemania. Ursula usa el apellido de su esposo: Heiko von der Leyden, un aristócrata con ideas socialdemócratas.

Delgada, de sonrisa suave y peinado impecable, Ursula se adaptó al estilo power-woman que impuso Angela Merkel, pero lo ha “feminizado” un poco. Tal como la Canciller, generalmente usa pantalones negros, aunque en sus chaquetas aporta detalles en texturas, cuellos bajos, cortes de fantasía y colores pastel. No usa collares, gargantillas ni pulseras, y los aros que escoge son siempre pequeños. En ocasiones de gala a veces se permite alguna joya distinta, como un conjunto de aros y collar de perlas.

El carácter firme de la nueva presidenta y sus valores se pusieron en evidencia en 2016, cuando visitó Arabia Saudita como ministra de Defensa. Aunque los funcionarios de protocolo alemanes habían repartido abayas a las periodistas e integrantes de la delegación oficial, Ursula se negó a usar esa prenda que tapa completamente el cuerpo de las mujeres. “Yo no me cubro con velo, y uso pantalones”, aclaró.

Encanto francés

Christine Lagarde es tan empoderada como Ursula von der Leyen, pero su vestuario es definitivamente más glamoroso. También es adepta al traje sastre de chaqueta y pantalón, pero lo alterna con faldas y vestidos. En una oportunidad confesó a la revista Vogue que generalmente sus trajes son de Austin Reed, una marca inglesa que utiliza telas que no se arrugan. Dice que son “resistentes a los aviones y muy ponibles”.

En todo caso, las cronistas de moda europea han detallado que también usa Chanel —especialmente en chaquetas de tweed— y zapatos de Christian Louboutin, dos marcas de lujo reconocibles a simple vista. Muy notoria es, además, su afición a los pañuelos de seda y echarpes, con los que suaviza el look de sus trajes oscuros.

Las carteras son otro de los ítems en los que no se pone barreras. La han fotografiado con bolsos Vuitton y con la mítica cartera Birkin de Hermés, creada en honor de la cantante y actriz Jane Birkin, que tiene un precio de alrededor de 10 mil euros. Es tan exclusiva que para comprarla hay que inscribirse en una lista, y la espera se prolonga por alrededor de dos años.

En cuanto a joyas, repite frecuentemente Chanel en perlas y prendedores. Le gustan los aros grandes, los collares vistosos y no le teme a los anillos ni las pulseras. El diario El País, de España, informó que cuando Lagarde era ministra de Economía en Francia, tenía marcada su agenda con la palabra “piedras”. Eran los breaks que se daba en la semana para comprar joyas, un gusto que no ha abandonado.

Al diario británico Financial Times le confesó, en 2012, la esencia de su comentado estilo. “Cuando vine a Estados Unidos años atrás vi a muchas mujeres trabajadoras de los años 80 y 90 que siempre se vestían como hombres. Eso me influenció para nunca hacer lo mismo”, dijo.

La belga/alemana Ursula von der Leyen

La francesa

Christine Lagarde.

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