La semana pasada la municipalidad de Santiago presentó el proyecto Explanada Santa Lucía. Una intervención que se ubicará en la vereda norte de la Alameda que, entre otros cambios, reemplazará un paso peatonal antiguo por un trayecto que conectará el cerro con el centro histórico y que se entregará a la ciudadanía en 2020.

Los planos de esta obra consideran un espacio de 575 metros cuadrados que se convertirán en una suerte de techo del Mural del Paso Bajo Nivel Santa Lucía, uniendo el cerro con la Plaza Vicuña Mackenna. El diseño, que tendrá un valor aproximado de $1.171 millones, fue aprobado por el Consejo de Monumentos y generó polémica cuando un grupo de artistas, urbanistas y arquitectos, entre otros, manifestaron, en mayo pasado, su preocupación por el resguardo de los mosaicos del paso nivel, una obra cinética de 2.600 metros cuadrados, creada en 1970 por Iván Vial, Eduardo Bonati y Carlos Ortúzar.

El proyecto original de Explanada abarcaba una superficie de 716,6 metros cuadrados y cubría un 19% del total del mural. Tras algunos estudios, se redujo la superficie a 575,8 metros cuadrados, cubriendo solo un 11% de la obra artística.

El 10 de abril se dio carácter de admisibilidad, de parte del Gobierno Regional, al proyecto de restauración del paso bajo nivel. Por estos días la municipalidad busca una empresa especialista que se haga cargo de los trabajos que son considerados como segunda etapa, luego de la consolidación de la explanada.

Hace unas semanas se realizó una limpieza del mural para evaluar su estado. “Ambos proyectos van de la mano, la explanada en primer término y después la recuperación del mural para terminar con esta cicatriz. Lo acabamos de limpiar, pero ¿cuánto va a durar? Contactamos una empresa española que puede recuperar las teselas (pequeñas piezas que construyen el mosaico) y ya ingresamos a la Intendencia el proyecto de recuperación… Todos tenemos que hacer un meaculpa porque durante 50 años no se cuidó de la forma en que debió”, dice el alcalde Felipe Alessandri.

Respecto al futuro del mural, el edil asegura que “habrá un grupo de expertos a cargo que deberán garantizar su puesta en valor y devolverle la majestuosidad que tuvo hace 50 años”.

Sobre eventuales actividades comerciales en la zona, Alessandri sostiene: “Vamos a cuidar el entorno. La explanada será un espacio abierto que no vamos a vulgarizar llenándolo de comercios y permisos precarios. Todo lo contrario, queremos mantener la elegancia de esta idea de Benjamín Vicuña Mackenna.

“Es un acierto este proyecto. No logro entender la polémica con los mosaicos, porque no se tapan y además se van a restaurar, por lo que van a ganar la ciudad, el peatón y también los autos que son quienes miran el mural. Las piezas están muy deterioradas, grafiteadas y es muy necesario que se mejoren”, dice el arquitecto Iván Poduje.”Me parece interesante que el proyecto se complemente con su rescate. La técnica no es tan compleja pero hay que ejecutarla con cuidado. Apoyo este proyecto porque reemplaza un puente peatonal inhóspito por una plaza; amplía el espacio público y conecta la ciudad”.