Su primer escollo está enfrentando Raúl Guzmán como secretario del Senado, al ser acusado de maltrato laboral por la forma en que despidió a la Jefa de Finanzas de la Corporación, Cristina Araya, el pasado 10 de julio. Guzmán hace un mes comunicó a la comisión de Régimen Interno que entre las 20 medidas de modernización que contemplaba estaba pedir la renuncia de todos los cargos de confianza.

Pero más que el despido lo que se le critica es la forma en que se efectuó, tal como lo dejó en evidencia ayer la senadora Adriana Muñoz (PPD) quien una vez que el propio Guzmán informara de la renuncia de Araya le retrucó diciendo: “Ella no presentó la renuncia, se le exigió la renuncia”. “Modernización no significa maltratar a la gente, a nuestros funcionarios y funcionarias —dijo Muñoz— y por eso siempre estuve de acuerdo en que el nuevo secretario fuera una mujer, nunca ha habido en esta corporación, que fuera Pilar Silva, una gran secretaria de muchos años, pero acá se dijo que no podían ser personas internas las que asumieran estos procesos de cambio”.

Muñoz y otros senadores se enteraron de los detalles por una carta de la funcionaria desvinculada donde relata que “Raúl Guzmán me comunicó de forma coercitiva que se me solicitaba la renuncia al cargo de Jefa de Finanzas”. Lo que la hizo sentir “intimidada y obligada a firmar ante una amenaza de destitución”. Dice que tras pedir las razones del despido Guzmán le manifestó verbalmente que le hizo incurrir en el error de firmar resoluciones para el pago del premio de desempeño al retiro de los señores Labbé y Alliende (exsecretario y exprotesorero) en circunstancias que no había recursos disponibles.

Araya lo niega y plantea que por correo electrónico informó tanto a Guzmán como al prosecretario subrogante, Julio Cámara, que si se pagaban tales premios se generaría un déficit y que sugería un pago diferenciado.

Además dice que se le obligó a dejar su oficina inmediatamente sin permitirle acceso a su computador, ni a sus correos, hasta la fecha de su salida legal prevista para el 28 de agosto. Y se le negó hacer entrega formal del cargo “lo cual reviste especial gravedad, considerando que estamos en pleno proceso de entrega de información para la Ley de Presupuestos 2020 a la Dirección de Presupuestos”.

Cristina Araya —con 25 años en el Senado— llegó a ser jefa de finanzas por concurso público en 2015 y es la única mujer entre los cuatro finalistas (el extesorero Hernán Frigolett; el administrador de la Cámara de Diputados, Pablo Oneto y Carlos Loyola) del concurso para proveer el cargo de prosecretario del Senado que elaboró la consultora externa Target-DDI. Lista a la que después —por decisión de Régimen Interno— se sumaron el exdiputado Aldo Cornejo y el abogado Carlos Moyano.

Ese cargo debía ser definido el mismo día del despido en comisión de Régimen Interno, pero se postergó porque estaba en el último lugar de la tabla. La coincidencia hace presumir a varios de los funcionarios del Senado que la desvinculación se produjo para despejar el camino a otros candidatos.

Anoche Araya tuvo una reunión con el presidente del Senado, Jaime Quintana, quien “no se comprometió a tomar alguna medida pero sí mostró solidaridad conmigo por lo mal que se llevó a cabo todo. También me prometió que velaría porque mi nombre quede limpio”, reconoció la afectada. Quintana en tanto indicó por escrito a La Segunda que habló con Guzmán sobre el tema y que “voy a proponer a Régimen Interno que se establezca un protocolo para estos casos de despido, aunque se trate de cargos de confianza del Senado”.

Luego de su visita a Osorno, el Presidente Sebastián Piñera tuvo que partir rápidamente a la ciudad de Santa Fe (Argentina), donde ayer se desarrolló un encuentro del Mercosur. Sin embargo, el Mandatario llegó atrasado al encuentro y la cumbre de los presidentes tuvo que partir sin él. De hecho, Piñera llegó cuando el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, estaba dando un discurso, quien al verlo no pudo contener su risa y tuvo que interrumpir su alocución. “¡Piñera! ¡Piñera”, dijo Bolsonaro mientras su par chileno entraba al salón, se equivocaba de asiento y era dirigido por el canciller argentino a su puesto.

Y, haciendo referencia a la derrota de Chile contra Perú en la Copa América, Bolsonaro bromeó por la interrupción de su discurso: “¡Su problema es con Perú, no con Brasil!”.

El medio de Santa Fe, El Litoral, subió un video con el momento y tituló el hecho como “La perlita de la cumbre del Mercosur”.

@InfinitaFM

Alcalde @LavinJoaquin: “Los partidos políticos son trincheras. Mi prédica es al revés: pienso que hay que salir de la trinchera”.