Ellos dicen que aquí hay pura pasión por el fútbol. Que no están pensando en hacer dinero y que su meta es lograr que el centenario y popular equipo penquista Arturo Fernández Vial —los aurinegros— vuelva a posicionarse como uno de los principales clubes del sur del país, como lo fue en los 80.

“Sabemos que no vamos a ganar plata con Vial, sí vamos a subir de peso y ganar canas, pero nos apasiona”, dice Angelo Castiglione (41), ingeniero comercial de la U. de los Andes y empresario con inversiones en alimentación y minería.

Él es la cara principal detrás de la sociedad Maipulicán, nombre que tomaron de la intersección de las calles Maipú y Caupolicán en Concepción, frente al mercado, a donde llegaron a vivir desde Sicilia sus bisabuelos italianos a comienzos del siglo pasado. Con esta inversión, aspiran a adquirir el control del club penquista, en el que ya alcanzaron el 34,6% a comienzos de este año, luego de comprar en unos $27 millones las participaciones de unos 50 pequeños accionistas que prefirieron vender antes de que el club entrara en default.

Maipulicán la integran también dos excompañeros de Castiglione en la Scuola Italiana desde prekínder: Marcelo Molinari y Jorge Orellana, empresarios del rubro alimentos; y otros dos primos con ascendencia italiana, Christian Berndt y Juan Ramos, ambos abogados. En su juventud, Angelo y Christian además jugaron en divisiones inferiores de la U y la UC, respectivamente.

Los cinco ahora van por más. Lograron que el 11 de mayo pasado la junta de accionistas de Fernández Vial SADP aprobara un aumento de capital por $500 millones. Ellos ya suscribieron este lunes su parte —poco más de $170 millones— y esperarán a que termine el período preferente (el 4 de julio) para comprar lo que no suscriba el resto. Calculan que podrían llegar al 63% de participación con un aporte total de casi $400 millones desde que partieron. Con esto quieren lograr cuatro de las nueve sillas del directorio, donde la corporación —que preside Cristian Navarrete— tiene cuatro.

Altibajos del Vial

—La SADP comenzó a operar el año pasado para levantar al club. Hicieron un capital de $100 millones que no se completó y el equipo estaba prácticamente quebrado. ¿Qué propuesta de valor distinta traen ustedes?

—Poner en marcha un trabajo profesional, en lo administrativo y deportivo, y trabajar de la mejor manera que se pueda con la corporación. Tenemos que lograr que todas las entidades en torno al club participen y unifiquen objetivos en torno a su desarrollo, plantea Angelo.

El socio Christian Berndt agrega: “Nos motiva ver en el futuro a Fernández Vial peleando en instancias deportivas importantes y así revivir sus años de gloria. Queremos lograr que el equipo camine solo, que se autosustente, desde lo comercial, en la relación con sus hinchas, en los ingresos que genera el ticket, en lo deportivo, tienen que ir todas las patas parándose y llegando a un estándar que permita que renazca FV”.

Ambos cuentan que le están dedicando mucho tiempo a impregnar su sello a la gestión. Una parte importante de ese trabajo está en manos de Roberto Kettlun, exfutbolista profesional que el año pasado fue gerente deportivo de Palestino —cuando logró clasificar a la Copa Libertadores— y que en el caso de Vial ocupará el cargo de director deportivo.

Kettlun dice que la meta es lograr que el equipo pase de la Segunda División Profesional —donde está cuarto, detrás de San Marcos de Arica, Colchagua y Recoleta— a la Primera B ojalá este mismo año o como máximo el próximo, para lo que ya está evaluando refuerzos. En paralelo, buscan profundizar el trabajo en otros deportes. Hoy tienen ramas de handball, baby futbol y running, y quieren explorar el padel y atletismo, entre otros.

Avanzar en el fútbol no debería ser una tarea difícil si se mira la historia. En 1981 el equipo se consagró campeón de la Tercera División y al año siguiente lideró la Segunda División, convirtiéndose en el único club en pasar en dos años de Tercera a Primera División.

Por apoyo de la hinchada no se quedan. “A Fernández Vial le dicen el Colo Colo del Sur, porque es súper masivo. En diciembre pasado, aunque estaba descendiendo a Tercera, llevó más gente al estadio que la UC que estaba saliendo campeón en Primera el mismo fin de semana. 24 mil personas contra 18 mil”, describe Berndt. Rememora la década del 60, cuando en la región se jugaban los hexagonales y participaban seis equipos profesionales que jugaban en Primera División: Lota Schwager, Naval, Huachipato, Concepción, Fernández Vidal e Iberia. “Eso se perdió, pero la hinchada es muy arraigada. Vial es un club que tiene una connotación social muy marcada, pues su historia se relaciona con los obreros del ferrocarril. Con eso vamos a tener que aprender a navegar también”, concluye.

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