“Cuando decides crecer y expandirte, a veces los negocios pueden tornarse incompatibles con la familia”.

Revolucionó la industria chilena de los casinos la semana pasada. Anunció que la empresa que preside y es accionista, Marina del Sol, busca fusionarse con la cadena Sun Dreams, dueña del Monticello entre otros, para crear el conglomerado más grande del juego del país y un actor relevante en Sudamérica, que agrupará 10.500 máquinas y más de mil habitaciones de hotel en Chile, Perú, Colombia y Argentina.

Nicolás Imschenetzky (43), junto al grupo canadiense Clairvest con el que comparte la propiedad de Marina del Sol, se sumará a Claudio Fischer y a la sudafricana Sun para concentrar la mitad de los ingresos de los casinos del país y hacerle frente al rival mutuo, Enjoy, hoy el mayor actor propiedad de la familia Martínez y el fondo Advent.

Según las cifras reportadas a la Superintendencia de Casinos (SCJ) en 2018, entre Marina del Sol y Dreams sumaron US$381 millones en ingresos. Enjoy, con un 39,8% de la torta, sumó US$299 millones.

Con esta operación, Imschenetzky quiere hacer crecer aún más a una empresa de juegos de azar a la que llegó por azar.

Este descendiente de una familia rusa que huyó de la Revolución Bolchevique en 1917 entró a la industria de los casinos con solo 30 años, cuando lideraba la inmobiliaria de la familia Valmar.

“Nuestra entrada en el negocio de los casinos fue por suerte. En ese minuto, un asesor tributario nuestro estaba haciendo un curso de inglés en Canadá y allí nos contactó con el banco de inversiones Clairvest. Ellos tienen un know how tremendo, y nos convencieron. No sabíamos nada del negocio, incluso queríamos venderle la licencia a un operador, pero nos dijeron que si manejábamos una constructora podríamos manejar un casino”, cuenta Imschenetzky por teléfono antes de participar en un torneo ecuestre en Buenos Aires.

Decidieron participar en la licitación de un centro del juego para el “Gran Concepción”. El plan inicial era ganar la subasta y luego venderla, para seguir en el negocio familiar construyendo barrios en el Bío bio. Pero las cosas no salieron de acuerdo a lo pactado. Sino mejor.

La asociación con la firma canadiense le permitió al empresario sureño crecer y adquirir los casinos de Calama, Osorno y la licencia del de Chillán, complejo que será inaugurado en agosto y en el cual se ha involucrado hasta en las terminaciones y en la obtención de cada uno de sus permisos. Su socio y consejero por el grupo norteamericano es el canadiense Michael Wagman, con más de 20 años de experiencia detectando oportunidades en el mundo.

Haciendo las maletas

Hasta 2015, la base de operaciones de Imschenetzky estaba en Concepción. Sin embargo, a medida que creció la empresa, esto se hizo insostenible. Según amigos penquistas, Imschenetzky mezcla los negocios con el salto ecuestre, donde posee títulos nacionales.

“Cuando decides crecer y expandirte, a veces los negocios pueden tornarse incompatibles con la familia”, cuenta. Y si a eso se suma su afición casi profesional por la equitación, agrega, “había semanas en que no veía a mi familia. En ese minuto mi señora me dijo: ‘Nico, tenemos que cambiarnos a Santiago'”, comenta el presidente de Marina del Sol. Son tan importantes los caballos y la familia, que se cambiaron a Santiago, y hoy Imschenetzky está peleando un cupo para representar a Chile en los Juegos Panamericanos de Lima. Si hasta ha participado en los mundiales ecuestres de Francia (2014) y Estados Unidos (2018).

La irrupción de Marina

Otras característica de Imschenetzky es estar encima de sus negocios. Ya viviendo en Santiago pudo negociar mejores condiciones crediticias, incluso acudiendo a las matrices de los bancos, y también pudo expresar personalmente sus críticas a la normativa del sector reuniéndose con los superintendentes de casinos de turno.

En 2017 y con cuatro casinos en su portafolio, se propuso como meta participar en la licitación de casinos municipales. Según un ex funcionario de la superintendencia, el empresario manifestó mucho interés en participar “puesto que se abrían interesantes posibilidades de adquirir licencias como Viña del Mar, Pucón o Iquique. Pero nunca estuvo muy contento con las bases planteadas”.

A medida que avanzó el proceso en 2018, Imchenetzky abortó la misión criticando públicamente el nuevo proceso. Expresó que beneficiaba a las empresas incumbentes como Enjoy, que tenía por ejemplo Viña del Mar.

“En ese minuto barajamos varias alternativas, porque en Chile el mercado ya está copado. Miramos fuera del país: Brasil es un gran mercado. También nos interesó Uruguay, donde estudiamos tres oportunidades de negocio, pero no llegamos a ningún término. Otros dos países que miramos fueron Perú, pero ahí hay más de 400 salas reguladas, y Argentina, que también me gusta mucho”, cuenta.

Mientras buscaba nuevas oportunidades de crecimiento, entre ellas una licencia para apuestas de caballos en Miami, Imschenetzky detectó —otra vez el destino— una opción muy distinta en el negocio de la salud. En junio de 2018 se asoció con la familia penquista Sáenz y compraron las clínicas del grupo Masvida de Concepción, Puerto Montt, Chillán, Rancagua y Calama.

“A pesar de que Clairvest no es socio en nuestro negocio desalud, les pregunté antes de tomar la decisión, ya que conocen el negocio”, comenta el empresario desde Argentina.

Una vez cerrada la compra, en octubre pasado, el empresario coincidió “de suerte” con ejecutivos de Dreams en la Feria de Casinos de Las Vegas. Según conocedores de la operación, ahí comenzaron las conversaciones para la unión, con Clairvest presente “y la decisión final de Imschenetzky”.

LEER MÁS
 
Más Información