“En los últimos años le ha tocado ser párroco en los sectores socioeconómicos más altos, pero él también trabajó en Peñalolén, siempre en pastoral en sectores más sencillos”, dice el padre Guillermo Greene respecto de Carlos Irarrázaval Errázuriz (53), el sacerdote chileno que hoy fue nombrado obispo auxiliar en la arquidiócesis de Santiago, junto al argentino Alberto Lorenzelli (ver recuadro).

Hasta hoy, Irarrázaval, descendiente del Presidente Federico Errázuriz Zañartu (1896-1901) se desempeña en la polémica iglesia de El Bosque (Del Sagrado Corazón de Jesús), que comandó Fernando Karadima. Ahí, dice Greene, quien es amigo suyo, “jugó un papel importante reestableciendo la unidad entre los curas de la Pía Unión Sacerdotal —de la que él no formó parte— y el resto del clero de Santiago”, tras los escándalos por los manejos de dinero y abusos sexuales, destapados en 2010 tras una denuncia pública de un grupo de víctimas.

—Cuando fue nombrado en El Bosque (en 2011) se comentó que era un cura de elite.

—Por familia ha tenido mucho contacto con el mundo campesino, porque tiene familia en Colchagua. Evidentemente, siendo un Errázuriz Irarrázaval, con muchas erres en los apellidos, tiene un cierto background en la sociedad chilena. Pero es llano, nunca ha sido un tipo que se centre en el mundo de los ricos.

Y añade: “Siempre ha querido servir con mucha humildad. Es párroco de toda la vida, fue director de Radio María y entonces comprende el valor de las comunicaciones para la evangelización. Nunca lo he percibido como un hombre que quiera ser obispo… y espera no cambiar su forma de ser por serlo”.

Aunque Irarrázaval conocía de su nombramiento, no lo comentó con sus amigos sino hasta hoy. “En la mañana nos escribimos por WhatsApp cuando esto se hizo público (a las 6:00 A.M.); lo felicité y él pidió muchas oraciones para seguir siendo el mismo sacerdote, pidió apoyo y que lo corrijamos si vemos que está metiendo las patas”, sentencia Greene.

Familiares en la Iglesia

Los nombramientos de Irarrázaval y Lorenzelli se dan en medio de la crisis de la Iglesia por los abusos sexuales y tras la renuncia del cardenal Ricardo Ezzati (23 de marzo de 2019), quien fue sustituido por monseñor Celestino Aós como administrador apostólico. Antes de asumir Aós, lo usual es que hubiese seis obispos auxiliares para Santiago, pero sólo uno (Roncagliolo) quedaba en funciones a tiempo completo. Otros cuatro están destinados como administradores apostólicos y uno (Arteaga) ya no puede cumplir funciones debido a su mal estado de salud.

Irarrázaval estudió cuatro años derecho en la UC e ingresó en 1988 al Seminario Pontificio Mayor de Santiago. En 1996 fue ordenado sacerdote. Entre otras responsabilidades, fue vicario parroquial en la parroquia Cristo Nuestro Redentor.

Marcial Sánchez, experto en la Iglesia Católica, destaca de él que “escucha y media. Su nombramiento me sorprendió, pero es una grata sorpresa”.

En la misma línea, el teólogo y doctor en filosofía Álvaro Ramis, dice que Irarrázaval fue el “articulador de la unidad del presbiterio de Santiago. Una persona que ha tendido a la unidad de los presbíteros en estos momentos de división interna. Ese es su liderazgo”.

Esta mañana circularon versiones de prensa ligándolo familiarmente al ex arzobispo de Santiago Francisco Javier Errázuriz Ossa. Sin embargo, él es sobrino de Francisco Javier Errázuriz Huneeus, ex confesor de Karadina y primo del obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz.

LEER MÁS
 

Junto con Carlos Irarrázabal, asume como nuevo obispo auxiliar en Santiago el salesiano Alberto Lorenzelli (66), quien es hijo de inmigrantes italianos, nacido en Buenos Aires. Fue provincial de su congregación en Chile desde 2012 a 2018 y además es doctor en Teología Dogmática y licenciado en Psicología de la Comunicación.

A pesar de que su congregación se ha visto envuelta en casos de abuso sexual, él fue rápido en condenarlos. Por ejemplo, en el Liceo Monseñor Fagnano, de su congregación (XII Región), fue denunciado el sacerdote José Quinteros Martínez, por delitos de ese tipo en contra de una estudiante. Fue condenado a 10 años de cárcel. Lorenzelli firmó una carta pública señalando que la misma dirección del liceo realizó la denuncia el 2 de octubre de 2013; avaló la existencia de “conductas impropias”; informó que el cura fue “relevado inmediatamente de sus funciones”, abriéndose, además, una investigación canónica, y ofreció acompañamiento a la familia

LEER MÁS
 
Ver Más Publicidad