No es exagerado decir que Unión La Calera está viviendo el mejor momento de su historia. Tras una buena temporada en 2018, los “cementeros” clasificaron a la Copa Sudamericana, su primer torneo internacional. Y luego de superar en primera ronda al Chapecoense brasileño, anoche logró algo aún más difícil: en un gran partido, venció por la cuenta mínima al poderoso Atlético Mineiro, un equipo cuyo plantel vale 4 veces más.

Hazaña que por fin les permite empezar a dejar atrás el fantasma de su expresidente, Sergio Jadue.

Amor y odio con los Pini

Calera se preparó a conciencia para su primera experiencia continental y durante la pretemporada sacudió al mercado contratando a 17 nuevos jugadores. Hoy, de hecho, tiene la cuarta planilla más cara del fútbol chileno con cerca de 425 millones de pesos mensuales en sueldos, solo superado por los “tres grandes”.

Inversión que nace de Ricardo y Sebastián Pini, los hermanos argentinos que adquirieron el club en septiembre de 2015, a cambio de 1,8 millones de dólares.

Y aunque su llegada fue bien recibida porque le quitaban la propiedad a los Jadue —Sabino, tío de Sergio, era el presidente—, sus antecedentes eran polémicos, con acusaciones de “triangulación de pases” mientras fueron dueños de Rangers, entre 2010 y 2014.

Acusaciones de las que se han desmarcado, las pocas veces que han hablado con los medios, justificándolas como “algo normal en el fútbol”.

Su gestión ha tenido altibajos. Aunque ascendieron a Primera en 2017, tuvieron groseros fallos como traer como DT a Humberto Grondona, hijo del fallecido expresidente de la Federación Argentina, que fracasó rotundamente y despertó suspicacias sobre sus vínculos comerciales que, en rigor, nunca han desaparecido.

Por ejemplo, el nombramiento como presidente, este año, de Gustavo Papagna, empresario asociado con el representante argentino Christian Bragarnik, uno de los personajes más influyentes y controvertidos en Argentina.

Y así como marcaron un hito al nombrar en febrero a la abogada Romina Fernández como la primera gerenta general en el fútbol chileno, provocaron la ira de los hinchas al anunciar que cambiarían el tradicional escudo del equipo.

“¡Devuelvan la insignia!”, le gritó un fanático anoche a Ricardo antes del partido, una de las raras veces en que los Pini se dejaron ver en el estadio. “No la embarren, y menos ahora que todo está tan bien”.

La mano de “Paqui”

Pero tal vez el mayor acierto de los Pini fue contratar a Francisco Meneghini como DT. Alguien que en el mundo futbolero se conoce mejor por su apodo: “Paqui”.

Rosarino, se hizo famoso hace diez años cuando, sin experiencia, Marcelo Bielsa lo sumó a su cuerpo técnico en la selección. Su función, en términos simples y concretos, era como “espía”.

Bielsa lo conoció por su hija Inés, quien era su compañera de colegio y así supo que era un fanático del fútbol al que el talento no le dio como para ser jugador profesional. Y tras impresionarlo con su pasión y conocimientos, el DT se lo trajo a Santiago y le encomendó averiguar todo sobre los rivales, generando polémicas internacionales cuando las otras selecciones lo descubrían colándose en sus entrenamientos.

Su vínculo en la Roja siguió porque luego lo reclutó Sampaoli —a quien acompañó al Mundial de Rusia— y después fue ayudante técnico de Beccacece. Estaba con él en Defensa y Justicia cuando, en noviembre, La Calera sorprendió al presentarlo como su nuevo entrenador, transformándose, con 30 años, en el más joven del fútbol chileno.

En La Calera, reconocen, había resquemor. Temían que fuera una apuesta fallida, como le pasó a la U con Beccacece.

Pero no se tardó en convencer a los incrédulos. En la zona lo describen como “trabajólico” y “metódico”, alguien que prepara los partidos hasta el más mínimo detalle. Aunque no habla demasiado con los medios, en sus conferencias suele hacer bromas. Y pese a su juventud, nunca pierde la compostura, gane o pierda.

También supervisó a todos los refuerzos, incluidos excracks argentinos como Marcelo Larrondo y Walter Bou, que venían a la baja, pero a los que él alentó y que le han respondido con creces.

“Hace cosas similares a Bielsa”, reconoció el defensa Cristián Vilches, uno de los recién llegados y quien, con 35 años, es mayor, por cierto, que su entrenador.

30

años tiene “Paqui” Meneghini, el DT más joven del torneo chileno.

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