Ambiente de máxima tensión. Peleas entre directores, ejecutivos y trabajadores, que terminaron con la renuncia del presidente del directorio, Francisco Orrego, el 26 de noviembre, y 10 días después, con la salida del director ejecutivo, Jaime de Aguirre. Pérdidas crecientes, que al 30 de septiembre sumaban $11.950 millones. Un noviembre con despidos de personal (80 trabajadores de las áreas de Prensa y Operaciones, entre ellos, el conductor Claudio Fariña) y de rostros como la actriz Amparo Noguera. Y una sintonía en el piso, con 4,9 puntos que lo tenían en el último lugar de la televisión abierta.

En un escenario así, a fines del año pasado en Televisión Nacional solo faltaba cerrar por fuera.

Seis meses después, asoma al menos la nariz del agua. En una silenciosa gestión, el nuevo presidente del directorio, Bruno Baranda —nombrado por el Presidente Piñera el 19 de diciembre—, ya tiene un mérito político: haber sacado al canal de la guerrilla permanente y dejar de ser noticia por los problemas internos. Logro que no es menor para un gobierno que ya tiene suficientes problemas.

Baranda ordenó además los cargos vacantes en la plana ejecutiva (ver infografía). En el cuatrimestre enero-abril, se rompió la caída libre de la estación y se redujeron las pérdidas en 25% respecto del mismo período del 2018. Y aunque todavía siguen siendo cuartos en el rating general, ya le pisan los talones al 13 y a CHV y productos como el noticiero central y el matinal marcan cerca de 10 puntos.

Ahora, la tarea de “respirar tranquilos”, dicen en el canal, es del nuevo director ejecutivo, Francisco Guijón, quien asumió este lunes.

Primero, rearmar

Bruno Baranda (55, abogado laboral) fue secretario general de RN en 2010, en la mesa de Carlos Larraín, y concejal por Santiago (del 2008 al 2010). En el primer gobierno de Piñera, fue nombrado subsecretario del Trabajo (2010-13) y luego ministro de Desarrollo Social (2013-14). Su vínculo con la televisión es cero. Pero su experticia en conflictos laborales le dio herramientas para navegar en la crisis del canal público.

Asumió un día después de ser nombrado. Se dio un par de semanas para revisar el contexto en el que le tocaría trabajar. Y encontró, cuenta un director del canal, “un panorama aún más desastroso de lo que preveía”. Una situación financiera que probablemente pasen años, y no meses, para recomponer.

El trabajo de Baranda se dividió en varios frentes.

l Lo primero fue lo institucional: recomponer un gobierno corporativo donde las confianzas estaban quebradas y armar una estructura ejecutiva que funcionaba a medias.

l Lo segundo, lo televisivo: reimpulsar los contenidos y elevar la sintonía.

l En lo económico, alinear una estructura de costos desadaptada con la industria y su pesada deuda.

l Y en lo laboral, enfrentar la negociación colectiva.

Partió con el directorio. Y en un trabajo que tardó varios meses, “hoy por fin están hablando de televisión”, cuenta una ejecutiva. “Es que antes no había confianza, había directores que no se hablaban, no se trataban los temas en tabla ni funcionaban los comités”, añade un director.

El exministro de Energía Máximo Pacheco (quien terminó el 2 de mayo su período como director de TVN) asegura que “Bruno fue capaz de cambiar el clima de trabajo en el directorio, construyendo relaciones de confianza y cooperación para enfrentar una situación muy compleja y difícil, como es la que tiene TVN, y eso era algo muy importante de conseguir”.

La directora Adriana Delpiano (PPD) dice que “lo más importante es haber completado la plana ejecutiva, estamos ajustando los ingresos-egresos. En poco tiempo más se verán resultados promisorios”. Y confirma que dentro del equipo “hay signos concretos de mejoría, un clima de trabajo agradable… Valoro el esfuerzo de Bruno por apoyar a los distintos equipos, no solo al directorio, sino también a los ejecutivos. Llegó en un minuto difícil, es una persona muy trabajadora y escuchadora”.

Ejecutivos y “rostros”

Siguió con los ejecutivos. El 5 de marzo nombró al periodista, ex gerente general de Etc TV y ex productor ejecutivo de Mega, Jaime Boetsch, como director de Programación, un cargo que se hallaba vacante desde hacía casi dos años, cuando fue despedido Eugenio García. Y ocho días después, fue aprobado unánimemente por el directorio Francisco Guijón como director ejecutivo, cargo que como interina había asumido la gerenta general Alicia Zaldívar.

También se involucró con los rostros. Pese a las críticas por los elevados sueldos, Baranda —a solicitud de la directora de Prensa, Marcela Abusleme, y con la venia de la gerencia general y comercial— aprobó la contratación de Iván Núñez como conductor del noticiario 24 Horas Central. Otra decisión que causó escozor en Prensa, porque significó que Gonzalo Ramírez saliera de pantalla. “El salario de Núñez está dentro del rango de lo que ganan los demás rostros de prensa”, aseguró una alta fuente del canal. “Era más atractivo en lo comercial y tiene habilidades como periodista en terreno, editor y para conducir otros programas del canal”.

Mejorar el rating

En televisión, la audiencia es todo. Si la sintonía del canal hubiese sido alta, sus problemas directivos habrían pasado a segundo plano. Y los financieros ni siquiera habrían existido. Por eso, la decisión de repuntar era a toda costa.

Alicia Zaldívar se metió en los contenidos y en la programación antes de que Boetsch llegara. Y la parrilla lo sintió. El noticiario, eje del tren programático, ha mejorado entre 25 y 30% la sintonía entre diciembre y mayo, lo que ha significado aumento de publicidad, aunque no aún un alza en las tarifas. “Sí puedo decir que en Prensa están vendiendo 30% más de lo que vendían a igual fecha del 2018”, dice un gerente. El rating comercial a diciembre del noticiario era 2,6 promedio. Hoy está en 3,5.

El efecto rating no solo se ha sentido en Prensa. En cinco meses, el matinal Muy Buenos Días ha subido 41% en sintonía; Rojo, un 28%; Carmen Gloria a tu Servicio, un 36%, y la teleserie Esposa Joven, un 38%.

Entre los directivos y ejecutivos, apuntan que buena parte de esta alza se debió, primero, a Alicia Zaldívar y, luego, a Boetsch. Este último cambió las dinámicas de los programas, pues se mete a las pautas de contenidos del matinal y Rojo, edita capítulos de las teleseries, y mueve o reduce horarios. En resumen, sin agregar programas, ambos ajustaron la pantalla. Prensa hoy representa el 60% de la producción de contenidos. De ahí su peso comercial. El objetivo que se planteó Baranda y que le encargará a Guijón será equilibrar esa balanza con el área de entretención. Ya hay ideas. Hace un par de semanas, para cubrir un desprovisto fin de semana, partió “Detrás de las Risas”, con Felipe Avello. A fin de mes lanzan el programa de emprendedores “Nada te Detiene”, con Iván Núñez. Y para adelante, los ejes estratégicos serán deportes (la cotransmisión de la Copa América con Canal 13 y la Copa Davis, entre otros), ciencia y tecnología (el eclipse del 2 de julio será un hito), medio ambiente, música e infantil (donde ya tienen un programa los sábados en la mañana). Y en cultura, tienen un acuerdo con el ministerio para difundir producciones nacionales que no tienen pantalla.

Las finanzas, prioridad

Es lo más difícil, de largo aliento, por el lastre de pérdidas y deudas que acumulan. Pero es lo prioritario.

Aquí lo primero que hizo Baranda fue cortar los contratos prescindibles con asesores y proveedores. Y se creará un área de adquisiciones (procurement) centralizada para negociar mejor los contratos.

Y luego fue a lo más pesado, la carga laboral. Les pidió a los ejecutivos una reducción consensuada de sueldos. No todos estuvieron dispuestos. Los que sí, lo hicieron entre un 7% y un 20%.

Luego, vino la negociación colectiva con sus tres sindicatos. Esto, después del despido masivo en noviembre. Se le pidió al sindicato una rebaja de entre 20% y 25% en el costo laboral respecto del primer trimestre de 2018, no solo en lo salarial, también en beneficios. Al final se logró un recorte del 15%, insuficiente para la administración. “Está pendiente concluir el plan de salida que se detuvo para hacer la negociación colectiva”, dice un director. Esto implicaría retomar la reducción de personal que tuvo una pausa hasta el fin del fuero de la negociación colectiva, que fue el 26 de abril. En cinco años, TVN ha reducido su planta en 600 personas. A febrero tenía 875 trabajadores.

La otra arista financiera es la deuda. Su pasivo exigible es de 3,58 veces su patrimonio, es decir, del orden de US$ 84 millones. En 2018, el directorio aprobó un plan de negocios que se comprometió con la Dirección de Presupuestos (Dipres) al aprobárseles los fondos de capitalización. Este plan contempla vender inmuebles que tienen en leaseback (pacto de arriendo con opción de retrocompra) con sus bancos acreedores desde 2016. Hoy, TVN de hecho no es dueño de ninguno de sus edificios, ni del de Bellavista 0990. La empresa pidió a los bancos que vendan todos esos inmuebles, salvo el de la casa central. Y el resto del pasivo, la idea es reestructurarlo. Con los ajustes en gastos, finanzas y carga laboral, el costo operacional ha disminuido un 20%, frente al primer cuatrimestre del 2018.

Sobre las pérdidas, en 2018 llegaron a US$ 14 millones y se acumulan a los US$ 80 millones entre 2014 y 2017. En el cuatrimestre enero-abril, se rompió la caída libre y redujeron las pérdidas en 25% respecto del mismo período del año pasado. En el primer trimestre de 2018 perdieron US$ 6,8 millones.

Ahora falta que el Gobierno cumpla su promesa de capitalizar TVN con US$ 22 millones. En marzo, la Dipres solo les dio US$ 3,9 millones. Tiene hasta octubre del próximo año para hacerlo. El canal hace informes regulares para que se liberen esos recursos, porque hoy el tema de TVN ya no es la pelea política, sino las platas.

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En el directorio dicen que se buscó a propósito un ejecutivo outsider para reemplazar a Jaime de Aguirre en la dirección ejecutiva. Alguien que viniera del extranjero y trajera aire fresco para el complejo ambiente que se respiraba en TVN.

Francisco Guijón (43 años, casado y con tres hijas) es ingeniero comercial de la U. Mayor, trabajó casi 12 años en marketing de la empresa químico-farmacéutica Bayer y luego, durante siete años y medio, en VTR (como gerente de publicidad y luego gerente de programación y contenidos). En 2017 partió con su familia a Miami, para asumir como VP senior de Desarrollo de Negocios y Digital para las Américas de A+E Networks.

Guijón llega con el objetivo de desarrollar la señal como generadora de contenido, tanto para Chile como para el exterior, y sacarles provecho a las diversas plataformas de internet. “No hay límite para el contenido, incluso podría ser teleseries. Hay muchas oportunidades en coproducción”, comenta un director.

Uno de los mayores hitos del 2019 serán los 50 años que cumple TVN en octubre, una buena oportunidad para reforzar la identidad del canal.

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