Nunca ha sido mezquino; ha entregado locales

que le pertenecían a otros pastores”.

Jaime Larraín,

pastor en Pudahuel.

A sus 82 años, el nuevo obispo presidente de la Catedral Evangélica, Daniel Moisés Balladares Benavides, tiene una fecha límite para ejercer su mandato: dos años más.

Esa es una diferencia respecto de las condiciones en que el obispo Eduardo Durán Castro asumió como pastor gobernante del templo en 2003, cuando tenía 61 años.

La carrera de Durán terminó abruptamente el 9 de mayo de 2019, cuando tras 16 años de gestión fue destituido, luego de ser acusado de malversación de fondos de la Iglesia, de llevar una vida de lujos y por revelar su separación de la diaconisa Raquel Salinas y el término de una relación con Alexia Fredes para casarse con Ruth Sepúlveda.

De hecho, el directorio de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal eligió a alguien con un perfil totalmente distinto para el puesto: Balladares es un viudo sencillo, con una esposa 35 años menor que él y que lo respalda en sus decisiones.

“Su vida dentro del ministerio o su vida privada es intachable gracias al Señor. Él no ha dado entrevistas, pero no por temor a ocultar algo”, dice su cónyuge Alicia Rodríguez (47).

Su ascenso

El sábado 11 de mayo en Chillán Viejo el directorio —del cual él era su vicepresidente— tardó siete horas en elegirlo con el apoyo de 55 de los 94 pastores asistentes.

Balladares era un antiguo aliado de Durán. Con él se alineó en 2011, cuando distintos líderes se pelearon, produciéndose la división del cuerpo eclesiástico y el nacimiento de la Primera Iglesia Metodista Pentecostal liderada por Durán, la cual se separó de la Iglesia Metodista Pentecostal de Derecho Privado, a cargo del obispo Mario Salfate.

La de Salfate, a su vez, en 2007 había separado aguas de la Iglesia Metodista Pentecostal de Derecho Público, encabezada por el obispo Bernardo Cartes.

Sin embargo, el apoyo de Balladares a Durán es pasado. “Desafortunadamente, el obispo Durán desvió su caminar y se preocupó de otras cosas; el resto de los pastores trabaja y no vive en las condiciones que vivía él”, dice la esposa del nuevo mandamás de la Catedral Evangélica.

Balladares es parte de una familia de pastores. Nació en Curacaví el 25 de agosto de 1936 y es el segundo de cinco hermanos. Su padre, Aníbal, también fue pastor presbítero en la Iglesia El Monte, oficio que transmitió a sus hijos Aníbal, quien fue pastor en Buin hasta su fallecimiento en 2013; Ecechias, quien es pastor en la iglesia de Molina, y Daniel.

Cuando tenía 29 años, Balladares contrajo su primer matrimonio con Marina del Carmen Fernández, con quien tuvo 4 hijos, pero después de 40 años de vida conyugal enviudó. Su esposa padecía de cáncer. Con ella en 1976 se fue a vivir a Quillota, donde trabajó por 17 años con la ayuda de siete personas.

Alicia, con quien se casó tres años después de enviudar, afirma que estando en Quillota con Marina “Dios lo empezó a prosperar y bendecir: fue trasladado acá, a Chillán, donde tiene unos 26 años (de servicio). Lleva 43 años en el pastorado, que lo ha ejercido de manera humilde y preocupado de su familia. Es muy de piel. Mire, no es como otras personas que quiere que le digan ‘mi pastor, o mi obispo'. Muchos hermanos le preguntaban ‘¿cómo le decimos ahora?'. ‘Si quieren, díganme hermano', decía él”.

El pastor de la iglesia de Pudahuel Jaime Larraín coincide con Alicia. Él conoce a Balladares desde hace 40 años: “Es sencillo, nunca ha sido mezquino; ha entregado locales que le pertenecían a otros pastores. Viene de una iglesia muy sencilla, que no se compara con Jotabeche”.

Según consignó CNN, Balladares tiene en su poder 4 propiedades y vehículos, que tienen un avalúo fiscal total de $29.668.790. Pero su familia aclara que el monto de lo que considera suyo es más bajo, pues dos propiedades son las iglesias chillanejas Ebenezer y Canaán.

LEER MÁS
 
Más Información

“La Iglesia Metodista Pentecostal de Chile ha sufrido múltiples divisiones y la mayoría de estas por un gran defecto: el autoritarismo y el poder económico”, dice el abogado y experto en el tema Esteban Quiroz.

Aunque sin dudar de la sencillez de Balladares, cree que no será suficiente para “limpiar” la imagen de la organización religiosa, debido a la “histórica confusión” entre propiedades particulares y eclesiásticas y a que “la Iglesia de Jotabeche es la más grande del pentecostalismo (en Chile) y, por ende, la que más dinero produce sin rendir cuentas a nadie… El obispo Balladares simplemente sustituye a Durán, pero no significa una modificación de la estructura de poder que hay, pues, al igual que la mayoría de los pastores, controlará su iglesia de forma vertical”.

“No hay transparencia, ni posibilidad de cuestionamiento, tal como establecen sus estatutos. Mientras estos elementos no se cambien, no hay garantías”, enfatiza.

LEER MÁS