Sensibilizados por la historia del río, jóvenes de diversas profesiones que viven en Talagante apostaron por recuperarlo. Para ello crearon «Frente de Río», una agrupación que busca contribuir a la conservación del patrimonio natural y cultural del Mapocho rural en esa zona, con la idea de vuelva a ser valorizado.

Durante años —explican— sus riberas se han ido degradando debido a los crecientes vertederos clandestinos, la extracción ilegal de áridos y el asentamiento de campamentos, a lo que se sumó la descarga de aguas servidas en el cauce.

Pero la agrupación quiere devolver a la comunidad aquellos días en que era el eje de una zona de recreación limpia y libre de tóxicos: un espacio seguro para los visitantes. Y para eso están haciendo charlas orientadas a sensibilizar acerca del tema en colegios y organizaciones sociales, y hacen talleres y visitas guiadas al río para que las personas conozcan su historia. “Cuando lo visitan, se dan cuenta de todo su valor paisajístico-cultural y empiezan a cuidarlo”, explica Yohanna Carvajal, arquitecta e integrante de la directiva de «Frente de Río».

Pero también están haciendo un levantamiento de información en terreno para tener datos concretos del estado en que se encuentran sus riberas, además de gestiones con autoridades de la zona para realizar un Parque Metropolitano en el lugar.

Si bien el río Mapocho rural va desde Maipú hasta El Monte, la idea del parque es en Talagante. Contempla habilitar senderos, plantar árboles en zonas erosionadas y cuidar la flora y fauna existente.

Un río con historia

Yohanna Carvajal toda su vida ha vivido en Talagante, pero no se interesó en el río hasta que —investigando para su tesis de magíster en Arquitectura del Paisaje— encontró una fotografía de Darío Sarret, tomada en 1959, que retrataba una piscina natural bajo el Puente Ferroviario donde muchas familias disfrutaban de la naturaleza. Gran sorpresa fue cuando descubrió que se trataba de la ribera del río Mapocho.

Motivada por esto decidió hacer su tesis sobre el rescate del valor de balneario del Mapocho Talagantino, proponiendo allí la creación de un parque en la zona. Durante el proceso conoció su historia y también personas para quienes el río fue parte importante de sus vidas. Se contactó con otros jóvenes —periodistas, profesores y biólogos— que tenían la misma idea: trabajar por recuperarlo y se unió a ellos en «Frente de Río».

El grupo descubrió que en el pasado el río era parte de la vida cotidiana de la comunidad. Desde principios del siglo XX y hasta 1970, sus habitantes convivían estrechamente con él. A sus lagunas y esteros naturales llegaban cientos de personas para disfrutar de sus aguas el verano. En los años 50 se construyó una piscina bajo el Puente Ferroviario que impulsó el turismo de la zona, y también se crearon balnearios como El Trapiche en Peñaflor y las piscinas El Paraíso, Yamil y Las Turbinas, en El Monte.

Pero esta tradición turística terminó cuando se clausuraron la mayoría de los balnearios producto de la contaminación por la descarga de aguas servidas. En la última década —con la creación de una planta purificadora— se limpiaron las aguas, lo que ha abierto la posibilidad de recuperar la ribera del río para que las personas vuelvan a bañarse, pescar y visitar.

Y aunque en 1994 la ribera del río en Talagante fue declarada “zona de Parque Metropolitano” —en una extensión de 116 hectáreas— y se integró al Plan Regulador Comunal en el 2011, aún no hay avances en la creación del parque como tal. Para dar un impulso a esto es que «Frente de Río» quiere involucrar a otros actores en la cruzada.

Foto Ignacio Rivera

Así lucía en 1959 el río Mapocho en la zona de Talagante: una piscina natural que las familias disfrutaban bajo el Puente Ferroviario.

Foto Dario Sarret.

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