Tres días demoró el gobierno chino en responderle al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo. Hoy, la cancillería del gigante asiático calificó como “difamatorias” las críticas que el jefe de la diplomacia de EE.UU. hizo en Chile a las políticas de Beijing en Sudamérica, y agregó que los países de la región pronto verán quién es su “verdadero amigo”.

Pompeo dijo en Santiago que la actividad comercial de China —el mayor socio comercial del país— está a menudo estrechamente vinculada a sus objetivos de seguridad nacional y advirtió sobre sus “prácticas de préstamos predatorios”.

Hoy, el diario South China Morning Post, el de mayor circulación de Hong Kong, tituló: “Aumentan las tensiones sobre las incursiones de China en el patio trasero de Estados Unidos”, agregando que “América Latina es vista como ‘el último campo de batalla', después de que el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, aumentara las críticas a China durante su visita a Chile”. “La creciente influencia parece estar desconcertando a Washington después del impulso global de comercio e infraestructura de Beijing”, agregó.

Hoy, el ministro de Hacienda de Chile, Felipe Larraín, aseguró que para nuestro país “es más relevante mantener relaciones adecuadas con ambos” estados.

Respecto a las declaraciones de Pompeo, Yun-Tse Lee, director del Centro de Estudios de Relaciones Internacionales de la Facultad de Gobierno de la U. del Desarrollo, aseguró a “La Segunda” que “como el Presidente Sebastián Piñera va a China a participar del Belt and Road (Ruta de la Seda) Forum 2019 (...), por eso Pompeo viene y hace su primera parada en la región en Chile”.

“El tema principal es Chile. Lo otro, que Pompeo haya ido a los países vecinos, es un agregado. Lo principal del viaje de Pompeo fue pasarle un mensaje bien claro. Como el Presidente Piñera está a punto de viajar a China, Pompeo vino a decir ‘cuidado con las inversiones chinas'”.

—Pero hay formas y formas para presionar a un país. ¿Públicamente?

—Y lo ha hecho de una forma bastante soberbia y bastante ordinaria para el mundo de la diplomacia. Hay formas y formas para comunicar. Para eso es la diplomacia. Pero Pompeo rompió todas las normas del protocolo. Y lo ha dicho con una ferocidad y de forma tan directa a las empresas chinas. Y eso es un ataque al libre comercio. No es casual lo que pasó, es concordante con la política de Trump: inicia la guerra comercial con China de manera artificial.

—China es el principal socio comercial de Chile, pero a diferencia de otros países, la inversión china en infraestructura es mucho menor.

—Chile ya empieza a ver que es posible lograr financiamiento en infraestructura de las empresas chinas. Y lo ve como una oportunidad.

Pero llega Pompeo y dice esto.

—EE.UU. lo ve como un peligro. Si Brasil o Argentina van a recibir las inversiones chinas de infraestructura y ahora más encima Chile, un aliado histórico de Washington, para ellos ya es peligroso.

—Entonces el objetivo de Estados Unidos es...

—Es tratar de frenar el avance de China en América Latina. Pero como Estados Unidos actúa de forma bastante agresiva —miren lo que pasó en la década de los 60 y 70—, piensa que China va a hacer exactamente lo mismo y desafiar el rol que ellos tienen en la región. Estados Unidos está haciendo todo lo posible por detener las inversiones chinas en la región.

—No sólo detener la inversión. También la influencia china en la región.

—Sí, más que todo es un tema de influencia, pero hoy hay un nuevo ingrediente, que es la tecnología. Como China ya ha desarrollado el 5G y, teniendo esto, es un cambio de paradigma en las comunicaciones y en la tecnología. Entonces, Estados Unidos dice ‘no es posible que Chile, un aliado histórico, empiece a utilizar productos de alta tecnología ‘Made in China', que comience a utilizar redes de 5G de Huawei o de otras empresas chinas.

—¿Y a qué le tiene miedo EE.UU.?

—Le tiene miedo a que todo el sistema de comunicación de Chile y todo el sistema de interconexión de internet sea, no diría controlado, pero sí con equipamientos chinos. Estados Unidos sabe que el control de estos equipamientos tecnológicos y las normas tecnológicas significa mucho poder. Estados Unidos está acostumbrado a intervenir en los Gmail, en los Hotmail, en los buscadores de Google, y el mundo no dice nada al respecto. Ahora los estadounidenses acusan a China porque creen que puede hacer lo mismo que ellos. Entonces levantan todo un tema, que los chinos comunistas son malos y pueden espiar para el Estado chino. Esto es lanzar acusaciones gratuitas.

—Pero Estados Unidos ya lleva tiempo con esta misma retórica. No le gustan nada las inversiones chinas en África o en Europa.

—Así es, pero en el tema de la tecnología, creo que Estados Unidos está perdido. Es el estado normal del desarrollo de los países. Las empresas chinas privadas, como Huawei y cada empresa que existe, quieren mejorar sus utilidades y dominar el mercado a nivel mundial, como lo hacen Coca-Cola o Apple, como lo hacen todos. Si lo hace Apple no hay problema, pero cuando lo hace una empresa china, en el caso de Huawei, que en Chile es el número uno en ventas (en realidad es la segunda tras Samsung), para Estados Unidos es una amenaza. Y dice que es una intervención del Estado chino.

—¿Cómo Piñera quedó al medio de esta disputa entre China y EE.UU.?

—La presión a Chile por parte de EE.UU. viene de antes. Hay presiones del gobierno estadounidense para que Chile no acepte las inversiones chinas de comunicaciones y de alta tecnología como el proyecto del cable interoceánico que conecta Asia con Chile. Este proyecto ha recibido mucha presión de Washington. Entonces, la visita de Pompeo a Piñera viene a corroborar que todas las presiones que ha recibido son verdad. Dice: “Mira, la instrucción es bien clara”. Piñera debe estar pensando qué hacer ahora.

—¿Piñera quedó al medio del sándwich?

—Más que eso. Chile ya está en condiciones de recibir las inversiones chinas en infraestructura y EE. UU. viene en persona a advertir a Chile. Una situación muy compleja, pero sería un error que Chile le hiciera caso a EE.UU., ya que el país que más inversiones está realizando en el mundo hoy es China. ¿Y por qué lo hace? Simplemente porque tiene mucha liquidez.

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Meteórico ha sido el crecimiento de la compañía tecnológica china Huawei a costa de su competidor norteamericano Apple y el coreano Samsung. En el mercado nacional de los smartphones, la firma elevó en un 94,3% sus importaciones de celulares a Chile, hasta 2,3 millones en 2018, a costa de Samsung que bajó en 700 mil unidades, pero que sigue liderando las importaciones con poco más de 3 millones de aparatos. Apple importó 800 mil.

La clave de Huawei en este mercado es el amplio espectro de sus productos, que van desde smartphones baratos hasta productos premium, como el recién lanzado modelo P30 Pro, que tiene un valor que supera los $800 mil.

En el mundo, la radiografía del mercado es similar. Huawei superó por primera vez a la estadounidense Apple en el segundo trimestre de 2018 con 54 millones de unidades vendidas versus los poco más de 40 millones de la compañía de la manzana.

Pero Huawei no es sólo celulares. También desarrolla infraestructura e investigación. La compañía tiene un presupuesto anual de inversión en investigación de US$20.000 millones, más que el precio en bolsa de la empresa más valiosa de Chile, Falabella, y cercano a lo que gasta Amazon y la matriz de Google, Alphabet, en este mismo ítem. En cuanto a infraestructura, Huawei quiere perfilarse como uno de los líderes en construcción de redes para la futura tecnología de internet móvil 5G, donde ha encontrado la resistencia de Estados Unidos.

En Chile, Huawei está construyendo el cable Fibra Óptica Austral, a través de su filial Huawei Marine Networks, que contempla una inversión de unos US$100 millones, y que proyecta entregar internet de alta velocidad entre las ciudades de Puerto Montt y Puerto Williams. Eso sí, Huawei es sólo el “proveedor tecnológico” del proyecto, ya que será el consorcio CTR el que lo operará.

La firma también está interesada en el proyecto de cable de fibra óptica que uniría Chile y China. Y corren con ventaja, ya que fueron quienes hicieron el estudio de prefactibilidad del trazado que atravesará el Océano Pacífico.

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