El chileno Agustín Francisco Huneeus Quesney (53), hijo del viñatero chileno más famoso en Estados Unidos y uno de los 32 padres que pagó para que su hija fuera admitida en la Universidad California del Sur (UCS), se arriesga a ser detenido.

Así ocurrió ayer con la actriz Felicity Huffman, una de las protagonistas de Desperate Housewives, quien en la noche salió en libertad tras pagar una fianza de US$250 mil.

Según los medios estadounidenses los padres involucrados en este caso de soborno arriesgan una pena de hasta 20 años de cárcel —13 involucrados ya fueron detenidos por el FBI—, porque en Estados Unidos se suman los distintos delitos, no sólo el soborno, sino también defraudar al sistema de correos, lo que es muy grave, debido a que se viola un sistema muy utilizado en ese país y los resultados de admisión a las universidades se envían por esta vía.

Huneeus Quesney nació en Chile, pero ha vivido la mayor parte en Estados Unidos, donde se casó, y es padre de cuatro hijas: Antonia, Agustina, Emilia y Ofelia. Por una de ellas —no identificada en la investigación— estuvo dispuesto a pagar US$50 mil a la persona que le tomó el SAT, el examen de ingreso a la universidad, similar a la PSU, y corrigió sus respuestas después de que ella lo completó. El FBI lo acusa también de haber pagado (o tenido la intención de pagar) US$200 mil a una fundación falsa creada por los profesores y funcionarios de las universidades involucradas para repartirse los pagos de los padres. A la hija de Huneeus, según el FBI, la ayudaron el entrenador de waterpolo, Jovan Vavic, y la directora atlética de la USC, Dona Heinel, quienes fueron despedidos hoy. La hija de Huneeus debía ser notificada de su ingreso entre marzo y abril de este año.

Huneeus no respondió su celular ni tampoco el correo de La Segunda.

La trama de llamados y mails

Laura Smith, la agente especial del FBI que dirige la investigación de fraude en la admisión de ocho universidades estadounidenses, presentó detalles muy específicos en el caso contra Agustín Huneeus Jr.

Cronológicamente cita mails y llamados telefónicos con “CW-1”, el contacto al que el empresario pagó los US$ 50 mil para que su hija pasara el SAT. En una serie de mails entre mayo de 2017 y marzo de 2018 —cuando rindió el examen— se describe la forma en que se ejecutaría el plan: la prueba sería rendida en un lugar distinto al habitual, donde finalmente recibió ayuda para rendir el examen y además se le corrigieron preguntas mal respondidas. La hija de Huneeus recibió una puntuación de 1.380 puntos de un total de 1.600, lo que no dejó satisfecho a Huneeus, quien se quejó del bajo puntaje en una conversación telefónica el 30 de agosto de 2018. “Lo que estoy tratando de entender es que siento que si tienes un plan para burlar el sistema, si hubieras querido, la puntuación de mi hija podría haber sido 1.550”.

Luego viene una segunda etapa, la de ser reclutada por la USC. En la misma conversación del 30 de agosto, el contacto de Huneeus le explica cómo funcionaría el sistema en adelante. El empresario pidió que le aclararan cómo harían para incluir a su hija como seleccionada de waterpolo, pues reconoció en ese llamado que su hija no estaba calificada en ese deporte. Se le explicó que se alteraban las fichas y perfiles y, que todo eso era manejado por Donna Heinel y Jovan Vavic desde dentro de la Universidad. El proceso culminaría entre marzo y abril de 2019, cuando debía enviar el cheque por US$200 mil a nombre de la fundación KWF, donde se dividiría para pagar “subsidios” a los salarios de miembros del personal del área deportiva. “Existe algún riesgo de que esto me explote en la cara”, preguntó Huneeus. “No ha pasado en 24 años”, le respondieron.

En una llamada del 25 de octubre, luego de algunos traspiés en la ficha que debía armar la universidad sobre la hija de Huneeus, el empresario preguntó si se le devolvería el dinero si su hija no fuera reclutada. Insistieron en que eso nunca había pasado.

La última conversación citada es del 29 de noviembre de 2018, cuando el contacto de Huneeus ya estaba siendo investigado por el FBI. Se le informa a Huneeus que la fundación comenzó a ser auditada. “Les voy a decir que usted hizo una donación de $50 mil para los niños desatendidos y no que fue para ayudarla en la prueba”. “¿Crees que soy un imbécil?, respondió Huneeus. Y luego de algunos “está bien”, finalmente dijo irónicamente: “Voy a decir que me ha inspirado la manera en que están ayudando a los niños desfavorecidos a ingresar a la universidad”.

Hijo preside consorcio de viñas

Presidente de la compañía Huneeus Vintners, con sede en el Valle de Napa, California, Huneeus Quesney ha trabajado toda la vida con con su padre, el famoso viñatero Agustín Huneeus Cox, fundador de Veramonte en Chile y de Quintessa en Estados Unidos. La primera, ubicada en Casablanca, terminó de venderla en 2017 al grupo español González Byass, fabricante del jerez Tío Pepe, pero conservó 2.700 hectáreas en Casablanca en las que planea levantar un proyecto inmobiliario bautizado Maucolen junto a Hernán Besomi y Germán Eguiguren, dueños de la constructora EBCO. Se trata de 240 sitios de entre 5 mil m2 y dos hectáreas en medio de un entorno natural y en el que invertirán US$40 millones junto a otros dos socios, el ex senador UDI Pablo Longueira, quien ha actuado como lobbista de Ebco, y Daniel Pardo, ex subsecretario de Turismo del primer gobierno de Piñera.

El único chileno involucrado en el escándalo del pago de sobornos para permitir el ingreso de su hija a la USC, ubicada 115 por el QS, el ranking global más serio de universidades (y donde el pago anual por estudiar no supera los US$54 mil), está a la cabeza de las viñas Quintessa, Faust y Flowers.

Parte de la fortuna proviene de la compra de acciones de Concha y Toro que hace Huneeus Cox en la bolsa durante la década de 60. La llegada de la Unidad Popular lo hizo partir a Argentina, no sin antes vender sus acciones, de lo cual —confesó a la revista Capital— se arrepiente. Trabajó en la empresa de licores Seagram, fue trasladado a Nueva York y cuando dejó de ser inmigrante partió a California y escribió la mejor parte de su historia. Advirtió que el clima era similar al de Chile y comenzó su carrera como viñatero.

Agustín Francisco Huneeus Quesney, hijo del famoso viñatero (foto archivo).

LEER MÁS