Cuando bautizas algo como «De Chile» le das al público una idea errónea, porque hace referencia a algo de carácter nacional”.

Diego Matte, director de CEAC

afp

“Las grandes orquestas del mundo basan mucho de su prestigio en el nombre”, dice Diego Matte, director del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile (CEAC).

La entidad, encargada de la histórica Orquesta Sinfónica de Chile, ha tenido que salir a alzar la voz en los últimos días tras el Festival de Viña.

Todo partió la semana pasada, cuando Raphael deleitó con un show sinfónico.

El lunes 25 de febrero , el cantante español tocó junto a 64 músicos de la “Orquesta Filarmónica de Chile”. Sin embargo, varios medios apuntaron erróneamente que en la Quinta Vergara lo acompañó la “Orquesta Sinfónica de Chile”.

De hecho, algo similar ocurrió en julio, cuando tocó en el Movistar Arena Rick Wakeman, el ex tecladista de la banda de rock progresivo “Yes”; en esa ocasión, también se trató de la “Filarmónica”, aunque el apelativo de la “Sinfónica” fue utilizado varias veces en campañas promocionales.

El polémico apelativo

“de Chile”

La “Filarmónica de Chile” —la que acompañó a Raphael— se reconoce como una entidad privada administrada por una Corporación Cultural —ORFIL— y con más de 60 años de trayectoria, cuando un grupo de músicos del Municipal decidió independizarse.

No debe confundirse con la prestigiosa “Orquesta Filarmónica de Santiago”, que toca en el Teatro Municipal.

ORFIL no tiene sede fija: son músicos que se reúnen para participar en distintos eventos y conciertos específicos. En 2016, por ejemplo, acompañaron en el Movistar al tenor alemán Jonas Kaufmann, considerado por muchos como el mejor del mundo.

La “Sinfónica Nacional de Chile”, en cambio, se reconoce como la primera agrupación sinfónica creada en el país, fundada en 1941. Considerada como Patrimonio Nacional, tiene un amplio prestigio nacional e internacional y en sus temporadas de conciertos han participado leyendas como el estadounidense Leonard Bernstein, el alemán Fritz Busch y el húngaro Eugene Ormandy, entre otros; en 1960 incluso Igor Stravinsky vino a dirigir personalmente “La Consagración de la Primavera”.

Su actual director es el maestro Leonard Grin y tienen como sede el Teatro de la Universidad de Chile, a un costado de la Plaza Italia.

“Somos una orquesta profesional”

“No tenemos ningún problema que existan más orquestas, de hecho, es algo que promovemos”, dice Diego Matte, director de CEAC. “Lo que sí nos incomoda es que cuando tú bautizas algo como «De Chile» le das al público una idea errónea, porque hace referencia a algo de carácter nacional, y la Filarmónica no es así. Sería lo mismo que mañana un privado decidiera fundar un «Museo de Historia de Chile», pero sin ninguna base para sustentarlo”.

“Sinfónica y filarmónica pueden parecer sinónimos, pero no es así”, agrega. “La gran diferencia es que, por un lado, somos una orquesta profesional, que fue creada por una ley de la República y que toca todo el año. Lo que nosotros hacemos es muy difícil, y muy distinto a otra que sólo se arma de vez en cuando para dar espectáculos y que, en esencia, tiene un carácter privado”.

“Por eso nos hemos sentido obligados a salir a aclarar el punto. Hay mucha desinformación y el año pasado incluso tuvimos que amenazar con demandas porque nos estaban usando a nosotros —la Sinfónica— para promover el recital de Wakeman. Y con Raphael pasó lo mismo: hasta nos felicitaron por nuestra gran actuación en Viña”, concluye.

La defensa de ORFIL

Salvatore Pellizzari escribió esta mañana en El Mercurio: “En relación con los gratuitos, peyorativos y confusos conceptos vertidos por el señor Diego Matte, se hace necesario consignar lo siguiente: Hay distintas formas de organización del desarrollo musical, por agrupaciones estatales y otras de carácter eventual, conforme a parámetros de sustentabilidad económica”

“Si bien Orfil dispone de una institucionalidad per se, hoy en día, a diferencia de otras épocas, no cuenta con subvenciones ni mecenazgos que le permitan mantener una dotación contractualmente estable, organizándose en base a proyectos específicos y siempre con criterios de excelencia artística, tal como lo concibieron los primeros filarmónicos”, agregó.

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