Germán Gundián (44) alguna vez se hizo llamar «James Hamilton». Así dice una querella que presentó en su contra un ex socio en marzo de 2011 luego que se esfumara con los fondos de una empresa de arriendo de motos. Aun cuando la querella no prosperó, da cuenta de que la víctima buscó el nombre de Gundián en internet y encontró que hacía tres años alguien lo acusó de haberlo timado con una camioneta en Antofagasta.

Estas presuntas tropelías estarían confinadas a los sitios de comentarios en la web de no ser porque Gundián es la persona que falleció junto a Sebastián Leiva, «Cangri», en la frontera entre Chile y Bolivia.

A Gundián la policía quería detenerlo por dos juicios, uno en Iquique y otro en Copiapó, lo que podría explicar por qué atravesó la frontera por un sitio no habilitado en lugar de usar Hito Cajón (Sebastián Leiva tampoco podía salir del país, por un juicio en Maipú de enero de 2018, donde intentó sobornar a un policía que lo controló cuando iba en un Jaguar).

En 2016 en Iquique, a Gundián lo habían atrapado con una furgoneta Mercedes Benz. El vehículo había sido sacado el día previo de un depósito en Alto Hospicio dedicado a adaptar autos para Carabineros. El administrador hizo inventario y se dio cuenta que le faltaban tres camionetas.

En 2017 en Copiapó lo detuvieron junto a un boliviano llevando en el auto 19 kilos de marihuana. Al boliviano lo expulsaron y Gundián esperaba el juicio.

En su página de Facebook, Gundián escribió como residencia la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, pero en las causas penales que tiene desde 2004 aparece con direcciones en Puerto Varas, Providencia, Ñuñoa, El Quisco y en ciudades del norte de Chile.

Autos a Bolivia

Anoche «Chilevisión Noticias» presentó documentación de que la camioneta en que ambos habrían cruzado la frontera fue obtenida mediante una presunta estafa en Santiago. El intento de llevar autos a la frontera con Bolivia le había significado una condena a Gundián en 2012.

Según describe la acusación de la Fiscalía de Calama que terminó en la condena, la operación fue liderada por Gundián. A dos bolivianos les entregó sendos carnet de identidad chilenos y tarjetas de crédito para hacerse pasar por chilenos en los servicios de arriendo de autos a los que iban a sacar coches. Primero en Iquique, donde de una AVIS sacaron una camioneta valuada en $13 millones. Seis horas después, en Antofagasta, reeditaron la maniobra con una camioneta que costaba $10 millones. Al día siguiente, esta vez en Calama, a las 7.30 arrendaron otro vehículo, de $10 millones, y a las 14 horas, uno de $11 millones.

El eventual plan de internar estos coches en suelo boliviano se topó con un problema: uno de los administradores de un rent a car se dio cuenta que el boliviano que se hacía pasar por chileno tenía la misma foto, la misma ropa, tanto en el carnet de identidad como en la licencia de conducir. No creyó en tanta coincidencia, avisó a Carabineros, que verificó que el sujeto con el nombre real estaba en Santiago. Horas después a todos los perpetradores los pillaron en una hostería en Calama, también estaba la esposa de Gundián, que se suponía iba a buscar un sitio donde tener estacionados los coches.

Gundián tenía un buen manejo del inglés, al menos eso le dijo al socio con el que puso la empresa de arriendo de motos. Por eso su misión era ir al aeropuerto y captar clientela para que contrataran algún vehículo. Era con tarjeta de crédito y por eso el tipo andaba con una maquinita de Transbank, dice la querella que le presentaron en 2012. Un año antes, el 11 de marzo, nunca más se le vio y cuando el socio revisó la cuenta corriente que tenía la empresa, descubrió que el dinero se lo habían traspasado a una mujer: la pareja de Gundián. “Sostuve entrevistas con los arrendatarios que andaban en Chile y Argentina, enterándome que se hacía pasar por James Hamilton, lo cual me causó mucha extrañeza”, escribe la víctima.

Sebastián Leiva, «Cangri».

imagen televisiva

Germán Gundián, «James».

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Esta mañana la PDI detuvo en La Cisterna a José Tralcal Cochey y Luis Sergio Tralcal Quidel (en la foto), prófugos por el crimen del matrimonio Luchsinger-Mackay, ocurrido en enero de 2013 en Región de La Araucanía. Se encontraban en un centro cultural del pasaje Bogotá. Estaban prófugos desde octubre de 2018, cuando fueron condenados a 18 años de cárcel por el delito de incendio con resultado de muerte.

El fiscal Patricio Rosas, jefe de la Unidad de Focos de la Fiscalía Sur, señaló que el operativo en que se apresó a ambos sujetos se preparó desde que recibieron la información de que los Tralcal estaban en la zona sur de Santiago y el despliegue se hizo considerando que ambos estaban dentro del ranking 2 y 3, de los más buscados de la PDI en Chile. El fiscal Rosas dijo que “la ejecución de la entrada y registro al lugar donde se escondían fue estratégica, aproximadamente a las 7:30 de la mañana, cuando los pudimos sorprender durmiendo y en ausencia de otras personas en ese domicilio. Sin oponer resistencia, ante la lectura de los derechos manifestaron su desinterés en firmar cualquier documento”.

Según la información preliminar, hace tres días estaban en ese centro cultural. Al momento de la detención les incautaron celulares y un computador portátil. Rosas explicó que “un equipo conjunto de la PDI y la fiscalía se creó para la persecución de los prófugos. Principalmente con diligencias de seguimiento y vigilancia discreta desde lugares públicos. Logramos entrar en conocimiento que estaban ocultos en La Cisterna”.

Esta tarde está programado que ambos sean presentados al 11° Juzgado de Garantía de Santiago y luego enviados a Temuco.

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