The Berlin Tasting o la Cata de Berlín. Así se le conoce al evento realizado en 2004 en esa ciudad de Alemania, donde un grupo de expertos del mundo, reunidos por el presidente de la Viña Errázuriz, Eduardo Chadwick, degustó a ciegas vinos chilenos de su compañía para compararlos con los mejores exponentes franceses e italianos.

Se trata de un hito que en enero cumplió 15 años y que cambió la percepción de la prensa extranjera respecto a las etiquetas nacionales. Chile era visto como un país de vinos de precio conveniente y calidad aceptable, pero estaba lejos de ingresar al club de los grandes.

Chadwick, con no poca resistencia, se propuso cambiar esta idea. Y cree que el tiempo le dio razón. En 2016, un vino suyo, Viñedo Chadwick 2014, obtuvo 100 puntos del influyente crítico estadounidense James Suckling: la primera vez que un vino chileno obtenía el puntaje máximo.

Luego de Berlín se inició un exitoso camino para el vino nacional, dice Chadwick, quien el año pasado fue elegido por la revista británica Decanter como el “Hombre del año 2018”, sumando su nombre al de destacados representantes como el estadounidense Robert Mondavi, el español Miguel Torres y el francés Emile Peynaud.

La Cata de Berlín se inspiró en la Cata de París, organizada por Steven Spurrier en 1976 y que enfrentó a los grandes vinos de EE.UU. con los de Francia. La victoria de bodegas californianas fue resonante y marcó un antes y un después en la industria.

La gran sorpresa

La serie de degustaciones organizada por Chadwick comenzó en Berlín en 2004 y se realizó hasta 2014 y en ese período hubo 22 eventos de este tipo en las principales capitales del mundo. En 20 ocasiones los vinos chilenos se situaron entre los tres primeros puestos.

El empresario relata la trastienda de la primera cata: “Aunque habíamos tratado de presentar nuestros vinos a los críticos especializados mediante todos los métodos tradicionales —y no tradicionales—, estos todavía parecían tener prejuicios en contra de las etiquetas chilenas. La calidad no estaba siendo plenamente reconocida debido a la relativamente corta historia internacional del vino chileno, y a su imagen inicial de ser principalmente un productor de vinos de buena relación precio-calidad”.

Para competir a ciegas escogieron lo mejor: Las cosechas 2000 y 2001 que estaban circulando en el mercado. “Robert Parker había destacado a los vinos de Burdeos de 2000 como la cosecha del milenio, aquella cuya mayoría había recibido perfectos 100 puntos. La idea de la Cata de Berlín era escoger las mejores añadas de los más clásicos y famosos vinos. Queríamos comparar los nuestros con aquellos reconocidos como realmente los mejores del mundo”, dice.

—Los invitados estaban muy atentos, curiosos, interesados e incluso sorprendidos. Muy pocos habían visitado Chile o conocían algo de nuestra vitivinicultura, sólo sabían de Chile por temas políticos. El momento de mayor tensión fue cuando los auditores recogieron las hojas de cata.

—Los resultados fueron entregados a Steven Spurrier, quien guió la cata junto a René Gabriel —uno de los más importantes críticos de vino de habla alemana—. Él leyó en voz alta los 10 más destacados, partiendo desde el más bajo. Cuando oí que Seña 2000 había empatado con Margaux 2001 en el cuarto lugar, me sentí satisfecho, feliz y empecé a relajarme. Al menos uno de nuestros vinos estaba entre los cinco más destacados. Luego se anunció Lafite 2000 (francés) en el tercer lugar. La tensión empezó a aumentar, y la gran sorpresa vino cuando Steven anunció a Seña 2001 en segundo lugar... seguido por Viñedo Chadwick ¡en primer lugar!

Y finaliza: “Primero hubo un silencio absoluto en la sala. ¡Nadie había esperado estos resultados! Luego hubo murmullos seguidos por una larga ronda de aplausos. Yo estaba totalmente fuera de mí, de pura incredulidad”.

Imagen de la Cata de Berlín, en 2004.

100

Puntos logró Viñedo Chadwick 2014 según el crítico James Suckling.

1.900

millones de dólares se exportaron en vinos chilenos durante 2018.

LEER MÁS