A las 8:40 de la mañana, a pocos minutos de haber abierto sus puertas, en el Lider de Los Dominicos en Las Condes, los shoppers se arremolinan en cajas y pasillos, celular en mano, banano al hombro, gritan, se ríen, algunos se garabatean y todos corren buscando productos. Nueve de cada diez clientes a esa hora llevan la polera que los identifica como agentes de la aplicación chilena Cornershop. Esa que permite hacer compras en el supermercado encargándolas a otro a través del celular, y que en septiembre sorprendió al ser adquirida por el titán del retail Walmart (dueño de Lider) en US$ 225 millones.

“Hay shoppers de todas partes. Hay unos que no pudieron ir al colegio, y ves a otras señoras que andan con la polera de Corner escondida, como si les diera vergüenza y se suben a unas camionetas gigantes”, dice Macarena Cortez, shopper de 47 años, casada, cuatro hijos, vive en Vitacura, despacha en una Chevrolet Orlando reluciente y no oculta su polera.

“Por suerte, no necesito trabajar para vivir. Lo hago porque, imagínate, mis tres hijos en el colegio y uno que estudia Derecho en la Católica. Si no hiciera nada, me muero. ¿Qué voy a hacer? ¿Quedarme pudriendo en la casa?”, dice Cortez, sentada en su patio. Se tomó el día libre y acaba de volver de un mes autoimpuesto de vacaciones en Pichilemu.

El de los shoppers es un mundillo. Hay grupos, alianzas y enemistades entre los que trabajan en uno y otro supermercado. También romances. “Conozco dos parejas que se formaron entre shoppers, y hay unos que se van a casar, uno pobre y otra de Las Condes. Es como una teleserie de TVN”, dice María Soza, shopper de 48 años que vive cerca de la Rotonda Atenas y necesitaba un trabajo part time que pudiera complementar con su vida familiar.

A través de la app confluye todo santiaguino con acceso a un auto, necesario para ser shopper. “Hay cabros que llegan en camionetas gigantes de sus papás, que ahorran para viajar. Hay otros que necesitan urgente la plata para llegar a fin de mes. Chilenos, colombianos, venezolanos y haitianos”, comenta Cortez.

Sentada en un café, esperando que le llegue una orden en el Lider de Buenaventura, Vitacura, la shopper de 43 años María Soza cuenta que “a mi edad y siendo mujer, imposible encontrar pega. Muchas mujeres están en la misma situación, así que esto nos cae como anillo al dedo”. Entonces le entra una orden, se para y corre. “¡52 productos!”, grita mientras se abalanza sobre un carro vacío.

Cómo y cuánto se gana

Un carro vacío es el commodity de un shopper. Mientras más rápido obtienen uno y cumplen el pedido, mejores órdenes les llegan y más plata ganan, dice Cortez. Demorarse menos de 2 minutos por producto es lo que se considera bueno. Lo óptimo es menos de 1,6 minutos.

“Cuando te entra una orden por la app, no sabes qué es. Puede ser una compra gigante o sólo una cosa. Una vez tuve que llevar un pan a una casa. Cuando la aceptas, ya te ganaste un monto fijo de plata. Después, puedes ganar más dependiendo de los kilos o litros totales de lo que compres. Y tienes otra variable que depende de la distancia que recorres”, explica.

Los shoppers cuentan que pueden ganar entre $500 mil y $1 millón, dependiendo de la eficiencia y las horas que trabajen. Hay quienes, como Cortez, se quedan en un sólo supermercado por comodidad. Otros se mueven entre tiendas, aprovechando un sistema de tarifa dinámica que varía según la demanda en cada local. Estos son los llamados “Multiplicadores”, que permiten aumentar el monto que se recibe por compra en ciertos supermercados a ciertas horas.

Y cuando la cosa anda lenta y las órdenes no entran, los shoppers esperan, copuchean y se ríen. “Olvídate cómo lo pasamos. Tenemos un grupito muy bueno. Somos muy amigos”, dice Cortez.

Pero claro, no en todas partes es igual. También hay sabotajes entre los propios shoppers para retrasar a los que ven como rivales. “En Chicureo hay remala onda. Se pinchan los neumáticos, se sacan los productos de los carros. Hasta se los esconden para demorar a la competencia. Es terrible”, cuenta una que se cambió de supermercado justamente por esa razón.

También hay quienes han chocado durante un despacho y los representantes de Cornershop les han dicho que no pueden hacer nada. “Te dejan solo”, reclama una que opera en el Lider de Vitacura.

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