¿Qué es mejor, priorizar los recursos en una biblioteca popular o mejorar las librerías municipales? Seis intelectuales del mundo de las letras se dividen entre quienes creen que la iniciativa del alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, perjudicará a los pequeños libreros y los que piensan que deben armonizarse las dos ideas. En México se da un debate similar al de Chile, donde el gobierno de izquierda de Andrés Manuel López Obrador presentó su Estrategia Nacional de Lectura, a la que, según opiniones recogidas por El País, se le critica por eventuales perjuicios a los libreros, pero sobre todo, porque libros más baratos no garantizan un aumento de la lectoría.

Aquí, Pedro Cayuqueo resalta que hay comunas que no tienen librerías y María José Viera-Gallo quiere expandir la idea de Jadue, mientas que Francisco Ortega cree que de una eventual baja en los precios sólo podrían salir inmunes las grandes cadenas.

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Ema de Ramón,

historiadora del Arte:

“Una linda combinación entre las dos cosas”

“Nos gusta tener libros que sean nuestros o que uno pueda regalar. Pero uno nunca podrá comprar la cantidad de libros que tiene una biblioteca y que se van renovando. A mí me parece una linda combinación entre las dos cosas: fomentar el amor a la lectura con libros propios y a la vez que haya bibliotecas donde uno pueda encontrar todo lo que se le ocurra”.

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Francisco Ortega, periodista y escritor:

“La idea afecta los libreros más chicos”

“La idea de Jadue es excelente, pero levanta un debate sobre el valor del libro que afecta a los estamentos más débiles de la cadena que son los libreros, sobre todo los chicos. Esto es un problema que puede terminar cerrando librerías. Hay un montón de comunas que no tienen buenas bibliotecas municipales. Bacán que todo el mundo tenga acceso a comprar, pero creo que la prioridad son las bibliotecas”.

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Sergio Parra,

librería Metales Pesados:

“Lo raro del proyecto es que no tiene distribución cultural”

“Es mejor fortalecer las bibliotecas públicas, de los colegios y de los liceos. Estamos pasando por el momento cultural más bajo desde el regreso a la democracia y una librería no puede sostenerse solamente en un libro más barato. Eso es lo raro de este proyecto, que no tiene distribución cultural, está solamente en el precio. No están involucrados los escritores, los académicos”.

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Rafael Gumucio, escritor:

“Las municipalidades están para las bibliotecas”

“Es mejor priorizar el financiamiento de las bibliotecas municipales. Me gustan las librerías, tengo una muy buena relación con ellas, pero las municipalidades están para fomentar las bibliotecas. Al mismo tiempo, creo que sería bueno subsidiar el libro para la gente que trabaja con ellos; es decir, gente como los profesores o los estudiantes. Un ejemplo de ello sería quitar el IVA para alumnos y profesores”.

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María José Viera-Gallo, escritora:

“Que al Estado se le ocurra una editorial popular”

“La librería rompe una lógica de mercado muy cruel con el libro, porque, salvo algunos puntos, hay escasez de librerías. Acerca el libro al vecino y fomenta la biblioteca municipal. Retoma una política a favor del libro barato y de acceso a la gente que fue interrumpida durante la dictadura. Cuando al Estado se le ocurra hacer una editorial popular serán palabras mayores a favor del libro.

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Pedro Cayuqueo,

escritor:

“No existen librerías en todas las ciudades”

“Es un falso dilema, las bibliotecas se complementan con las librerías. En Chile no existen librerías en todas las ciudades; hay un listado que no supera las 400 y gran parte de las cuales está en la zona centro de la R.M. Aplaudo la librería popular, porque Recoleta contaba sólo con una librería en el Patio Bellavista. Entonces, suple una necesidad. Tengo 7 libros y todo lo que fomente la lectura lo encuentro estupendo”.

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