Siempre fui líder en el Verbo Divino. No fui presidente porque mi profesora me recomendó que no lo fuera”.

Mi pensamiento sobre Daniela Vega es el de millones que no se atreven a expresarlo. He recibido innumerables muestras de apoyo”.

Desde chico fui el justiciero, y como era muy bueno para los combos, me encargaba personalmente de los que abusaban de los más débiles”.

A fines de noviembre pasado, durante el vuelo de regreso a Clearwater, Florida, EE.UU., donde Alberto Plaza (56) vive hace 16 años, sus pensamientos eran de “absoluta satisfacción”. “Me sentía realizado; había cumplido el sueño de mi vida: publicar mi primer libro”, cuenta al teléfono.

En ese trayecto, el autor con 34 años de carrera, tres matrimonios y tres hijos —Victoria (2), Santiago (12) y José Domingo (17)— confiesa que nunca pensó si le resultó “desagradable” defender sus posturas sobre homosexualidad o transexualidad, temáticas que trata “agudamente” en su publicación “Claro que no da lo mismo” (Editorial 3iG, 2018). En 200 páginas, también repasa su biografía. “Estaba consciente de que todas las líneas del libro, que fueron escritas rigurosamente, traerían consecuencias. Pero mantuve un espíritu constructivo de debate mientras en la mayoría de los medios quisieron atacarme sin mesura ni respeto”, comenta.

En su departamento de primer piso en un condominio “muy agradable” al borde de la bahía de Tampa, Plaza ahonda su visita a Chile: “Fue una de las más resonantes en impacto que ha tenido mi carrera desde que estoy en EE.UU. Desperté bastante polémica y reflexión, lo que demuestra que son temas que se quieren poner sobre la mesa; lo que digo tiene repercusión y eso es muy motivante”.

Sus declaraciones en la prensa nacional irritaron a un amplio abanico de la opinión pública: desde Luis Gnecco, pasando por el Rumpy y Pedro Engel, hasta Tonka Tomicic. En “Llegó tu hora” de TVN, tuvo una polémica participación, donde lanzó frases como “meterle a los niños temas de sexualidad es una canallada”. “Sabía que me iba a topar con muchos ataques, y así fue; pero yo tengo mucha certeza de lo que pienso y lo que digo. Me puedo plantar con seguridad y con tranquilidad frente a cualquiera”.

—¿Te parece bien que tus opiniones causen más atención que tu música?

—Mis canciones siempre han tenido más resonancia que cualquier otro aspecto. Haber tenido 33 temas en el puesto número uno de las radios en países como Argentina, Colombia, Chile, Perú y Ecuador, desde los inicios de mi carrera, habla por sí solo; es un logro que no muchos artistas pueden decir.

“Soy mucho mejor persona”

Hace diez años Plaza profesa la cienciología. Una religión creada en la década del 50 por el filósofo y filántropo estadounidense Ronald Hubbard y que se describe como “una ruta precisa que conduce a una certera comprensión de la verdadera naturaleza espiritual de cada uno”. Sostiene que el hombre es un ser espiritual inmortal y ha reclutado figuras de Hollywood como John Travolta y Tom Cruise.

Gracias a esta religión dice que se para “más seguro en el mundo”. “Como la cienciología trabaja con la ética, hoy tengo más conciencia de un acto dañino. He hecho daño, como todos, pero hoy cometo menos errores; hoy soy mucho mejor persona. La cienciología me ha ayudado a reencontrarme conmigo, me ha dado las herramientas para valorar quién soy; mi ego está muy sano”, asegura.

El cantautor ícono de la trova romántica, quien no bebe alcohol, no fuma y hace 20 años no come carne, reconoce que esta “certeza” lo empujó a escribir su libro. Además, de motivarlo a escribir cartas en la prensa (2017 y 2018) que también causaron revuelo. Como cuando criticó la rutina “flaite” de la comediante Chiqui Aguayo en el Festival de Viña el 2017, a quien felicitó ahora por su éxito en Olmué. Cuando se promulgó la Ley de Aborto en tres causales, Plaza escribió en El Mercurio: “Podría ocurrir que una mujer dijo ser violada y no lo fue”.

“Varias de mis declaraciones me han valido ser tildado en redes sociales de misógino, machista, facho u homofóbico; todo en uno”, dice entre risas.

—En tu publicación dices que hay contenido inflamable, ¿no crees que ese contenido provocó dañó?

—El libro es peligroso para mi integridad, para mi carrera y para quienes ven amenazado su pensamiento; me arriesgué a que me quemaran y me inflamaran. Por ejemplo, comento que no me gusta el feminismo extremo, que las mujeres salgan a la calle desnudas, porque le hace daño a la sociedad. No sé por qué sería bueno desnudarse, vociferar y gritar odio. Ellas solo consiguen degradarse. Es muy probable que Simone de Beauvoir, precursora del feminismo extremo haya hecho más daño que Marx. Él dañó a través de la lucha de clases, cuando el individuo ya estaba formado, pero Beauvoir, a través de la lucha de sexos atacó los orígenes del ser humano. O también en casos de quienes creen que es bueno el aborto y salgo yo a decir que es bueno conservar la vida de quien no ha nacido. Ellos pueden sentir un peligro para llevar a cabo sus planes.

—¿Qué obras de Simone de Beauvoir has estudiado?

—No, no he leído a Simon de Beauvoir ni tampoco a Karl Marx; solo soy un observador de los efectos de sus obras. No necesito analizarlas a fondo para darme cuenta de sus efectos en la sociedad.

—Me imagino que sabías que un libro así puede tener costos en tu carrera.

—Absolutamente; estaba muy consciente de que muchos dejarían de seguir mi música. Y así ha pasado, aunque a la vez he ganado adeptos. Cuando uno cambia el orden las partículas, ellas saltan, se desordenan y salpican todo tipo de elementos. Muchos me atacaron; pero no por eso dejaré de actuar, no me van a paralizar; no me arrepiento de ninguna sola de mis palabras.

—¿Te molesta que algunos te digan opinólogo y no cantautor?

—A lo mejor soy un cantautor que opina, a lo mejor quienes no me llaman cantautor no conocen mi trayectoria; pero pueden entrar a la página de Alberto Plaza y ver mi biografía.

“Si nadie se siente herido, todos pensamos igual”

—En el libro hablas de tu infancia como el menor de cuatro hermanos hombres, lo que no fue fácil.

—Fui un sobreviviente; siempre era el que no sabía, el que hablaba mucho tratando de entender todo, ese al que hacen callar con frecuencia. Siempre fui líder en el Verbo Divino. Una vez gané las elecciones, pero no fui presidente de curso porque mi profesora jefa me recomendó que no lo fuera, porque yo era más eficiente queriendo lograr algo que habiéndolo logrado. Menuda forma de impedir el desarrollo de un niño.

—Desde niño alzaste la voz.

—Siempre levanté la voz ante las injusticias. Desde chico fui el justiciero, y como era muy bueno para los combos, me encargaba personalmente de los que abusaban de los más débiles. Siempre he ido al frente sin vacilar, aun poniendo en riesgo mi estabilidad escolar, laboral o lo que fuera. No soy de los que se queda callado para exponer su punto de vista.

—Imagino que debes ser vulnerable en algunos aspectos.

—Que yo hable de mis debilidades no le hace bien ni a mí ni a los lectores. No me enfoco en lo negativo, por ejemplo, nunca le diría a alguien: “oye, te estás quedando pelado o te ves gordo”. Jamás destacaría un aspecto físico negativo.

—Pero cuando dices ver a Daniela Vega como hombre, y que nadie te puede obligar a verla como una mujer, ¿ese comentario no daña a los aludidos?

—Entiendo que esa opinión hiera, pero no por eso dejaré de exhibir mis pensamientos. La libertad de expresión se trata de eso; si nadie se siente herido, significa que todos pensamos igual. Lo que pienso sobre Daniela Vega lo he dicho como una respuesta a los ataques en mi contra, por no pensar como ellos. La comunidad LGBT está usando la misma estrategia de maltrato brutal que recibió históricamente de países comunistas; era normal que los llevaran a trabajos forzados, que se rieran de ellos y hasta que los mataran. Atacando a quienes piensan distinto están pagando con la misma moneda.

—Pero en el libro tú expones primero su caso...

—Para hablar de transexualidad. Expuse el nombre de Daniela Vega, quien ha estado mucho tiempo en primera plana; no saque su nombre de ninguna parte donde no está. Si todo el mundo habla de eso, ¿por qué yo no puedo hacerlo?

—Se habló de ella por el Oscar a “Una mujer fantástica”, no por su sexualidad.

—Mi pensamiento sobre Daniela Vega es el de millones que no se atreven a decirlo o no tienen una plataforma donde expresarlo. He recibido innumerables muestras de apoyo de quienes me piden por favor que no me quede callado y que siga opinando de temáticas como esa.

—Guillermo Mac Millan, cirujano, dijo a La Segunda: “La transexualidad es un desorden de la identidad y no de orientación sexual. No es capricho, no es psicosis ni perversión. Es una situación mal comprendida que con una operación puede cambiar una vida”.

—En la transexualidad, alguien puede percibir lo que quiera de sí mismo y lo respeto. Puede verse como una mujer en un cuerpo de hombre, puede percibirse como Napoleón, como un emperador romano. Si alguien tiene 80, pero cree que tiene 20, no me puede obligar a mí a que vea que ahí hay un muchacho. Lo mismo para alguien de Finlandia que es blanca, pero que se siente negra y que cayó en un cuerpo de blanco. Lo que sientan esas personas en su alma, debe quedar con ellos; no me pueden obligar a inventar una percepción solo para complacerlos. Yo solo percibo lo que mis ojos ven.

—¿Qué postura mantiene la cienciología sobre temas como la transexualidad y la homosexualidad?

—Nunca he hablado en cienciología de estos temas; no sé lo que piensan al respecto. Imagino que podría haber transexuales cienciólogos, todavía no he conocido a ninguno.

—¿Qué harías si uno de tus hijos te cuenta que es homosexual?

—Lo apoyaría y lo seguiría amando. Le diría que la homosexualidad es una confusión y lo ayudaría a salir de ella. Existen diferentes métodos en cienciología para apoyar a resolver cualquier tipo de confusión. En el caso de no lograr que vuelva a su género original, lo seguiré amando como siempre.

“Lo mío es apoyar a mi nación”

En TVN también contó que votaría por José Antonio Kast. “Hoy no tengo el mismo pensamiento que a los 20 años; ahí estaba mucho más cargado a la izquierda. Hoy giré el timón, porque entendí que ese proyecto no tenía un final feliz. José Antonio es una excelente persona, comparto muchas de sus posturas valóricas”.

—En un eventual cargo político, ¿te sumarías a las filas de Kast?

—Todavía no es el momento de expresar un proyecto o afinidad política.

—Dices que te motiva que tus declaraciones en temas valóricos y sociales impacten a la opinión pública, ¿qué piensas hacer con esa llegada a la gente?

—Es muy probable que me inicie en un camino político; me interesa generar un contrapeso en sectores que están destruyendo la convivencia en el país. Cuando veo que se está generando un clima de tanta odiosidad y conflicto, siento que debo aportar con una mirada serena y constructiva. Me gustaría ocupar algún cargo en el Congreso, como senador o diputado. Lo mío es apoyar a mi nación y para eso volvería a radicarme en Chile, eso está en mis planes en un futuro cercano.

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