Una de las ceremonias más importantes de España es la llamada Pascua Militar que se desarrolla el 6 de enero de cada año y que coincide con la Adoración de los Reyes Magos en el santoral católico. El rey recibe al Presidente del Gobierno, a los jefes de las Fuerzas Armadas, hace un discurso e impone condecoraciones. La reina tiene que estar de pie a su lado, vestida de gala y lucir perfecta.

Aunque se escribe fácil, en la práctica no lo es y a la reina Letizia le ha costado mucho tiempo ponerse a tono. Durante los diez años en que fue princesa de Asturias —antes de que su marido, el príncipe Felipe, fuera proclamado rey— cometió, en esa ceremonia, muchos errores de estilo que le criticaron fuertemente en la prensa. Una vez llegó en pantalones, otra usó un echarpe en lugar de chaqueta y la prenda se le volaba con el viento. Su decisión de no usar anillos también le ha pasado la cuenta; lo hizo porque le dolían los dedos cuando, al saludar, le apretaban la mano muy fuerte.

Pero este 6 de enero, resultó aprobada por casi todos los comentaristas. Usó una falda larga de terciopelo azul marino y chaqueta de tweed en varios tonos de azul —ambos de Felipe Varela, uno de sus modistos preferidos—, más un peinado de moño bajo y maquillaje de gala. Lo único que remarcaron algunos observadores fue su expresión algo más tensa que de costumbre, lo que hizo insinuar que había tenido algún ‘pinchazo' de bótox los días previos.

Lo mejor de todo y lo más destacado fue el prendedor de perlas y diamantes que usó sobre la chaqueta. La joya perteneció a la reina Victoria Eugenia —bisabuela del actual rey Felipe VI— y forma parte de la colección de las “joyas de pasar” que sólo pueden usar las reinas españolas. Se llaman así porque, justamente, van pasando de una reina a otra. En su testamento, la reina Ena —como la llamaban familiarmente— describió así esa joya: “Un broche con perla grande gris pálido rodeada de brillantes y del cual cuelga una perla en forma de pera”.

Ocho “joyas de pasar”

La reina Victoria Eugenia fue la esposa del rey Alfonso XIII y tuvo un bonito joyero formado por algunas piezas que heredó de su familia —era nieta de la reina Victoria de Inglaterra— y otras que le regaló su marido a lo largo de sus años de matrimonio. En su testamento dejó las joyas que recibió del rey Alfonso a su hijo mayor, el príncipe Juan, para que éste las entregara posteriormente a su nieto Juan Carlos, padre del actual rey Felipe. Así, las usó frecuentemente la reina Sofía —madre de Felipe—, y ahora pasaron a Letizia.

Esta colección de las reinas de España es modesta comparada con las de otras casas reales —como la inglesa o la holandesa, por ejemplo— pero tiene algunas piezas con historia y tradición que Letizia se ha demorado en usar. De hecho, la criticaron porque después de la entronización de Felipe como rey, ella no se decidía a lucir las joyas “de pasar” y las periodistas especializadas en moda la urgían a hacerlo.

La reina Ena dejó específicamente ocho joyas para sus sucesoras: la Tiara de las Flores de Lis (un collar de grandes diamantes llamados chatones), dos pulseras idénticas de diamantes diseñadas por Cartier, un collar con 37 perlas grandes, un par de aros “con un diamante grueso y brillantes alrededor”, un collar con cuatro hileras de perlas grandes y un broche de brillantes del que cuelga una gran perla conocida como La Peregrina.

Las piezas más importantes son las tiaras, esas joyas que se usan sobre la cabeza —aunque Ena lucía la Tiara de Lis sobre la frente— y tienen un valor histórico por sobre el monetario que nace de los materiales con que fueron hechas: generalmente platino, diamantes y otras piedras preciosas. La llamada tiara Cartier también es muy vistosa y la reina Sofía la lució en muchas ocasiones. Tiene seis enormes perlas en la base, rodeadas por círculos de diamantes y una séptima perla en lo más alto de la diadema. También perteneció a la reina Ena, pero ella la legó a su hija Cristina; años más tarde el conde de Barcelona —nacido como príncipe Juan— se la pidió a su tía para que pasara a formar parte de la colección de las reinas españolas.

Gran gala

Debido a su demora en animarse a usar las joyas reales, cuando la reina Letizia las utiliza, causa gran alboroto. No siempre con aplausos. Usó por primera vez la Tiara de las Flores de Lis en la cena oficial para recibir al Presidente argentino, Mauricio Macri, y su esposa, Juliana Awada, en 2017. Esa vez también lució los aros de diamantes de la reina Ena y las pulseras idénticas, una en cada mano.

La criticaron porque Juliana no usa tiaras y alguien escribió que la reina se había puesto la suya “para epatar a una sudamericana”. Más tarde la usó en una visita de Estado a Gran Bretaña; pero ahí correspondía porque la reina Isabel es su par y tiene infinidad de tiaras para lucir.

Su segunda ocasión de gala fue más afortunada. Usó la Tiara Cartier en la recepción al Presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en abril de 2018. El Presidente portugués no tiene Primera Dama y, por lo mismo, Letizia no opacó a nadie.

Además, la reina ha lucido el collar de las 37 perlas; pero sus favoritas de esta pequeña colección de joyas “de pasar” son las pulseras gemelas de diamantes. Las ha elegido para visitas oficiales a Londres, a Tokio y también en cenas de gala en Madrid. En varias de estas ocasiones las usa a su modo: las dos en una mano. Así se ven más impresionantes.

Para la Pascua Militar, sobre la chaqueta lució el prendedor de perlas y diamantes que fue de la reina Victoria Eugenia.

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