Si nosotros podemos detener esa posterior metástasis ya podríamos ayudar a la etapa 3”.

Mauricio Retamal

Investigador de la UDD

Cuando en 2005 Mauricio Retamal Lucero (42) realizaba su doctorado en Ciencias con especialidad en biofísica y bilogía molecular de la UC, no imaginó que 10 años después se enfrentaría a la enfermedad en su familia.

Era el año 2016 y a su esposa le diagnosticaron cáncer de mama. En esa época este académico de la Universidad del Desarrollo (UDD) estaba estudiando una familia de proteínas que estimula la comunicación entre las células y había leído que esas mismas proteínas podrían ser la causante de aumentar la malignidad de una célula cancerígena.

Retamal se comenzó a interesar en esa arista y junto al investigador Rodrigo Acuña y oncólogos de la Clínica Alemana iniciaron un estudio. El resultado en las pruebas de laboratorio fue que lograron identificar que una proteína de esta familia de proteínas, llamada Conexina, tenía ingerencia en el avance de un cáncer de mama generando la metástasis.

“Con el cáncer de mama de mi señora me tocó vivir en carne propia todo el proceso: las quimioterapias, las radioterapias y todo lo que eso implica. Si bien en un comienzo mi inquietud era una cosa puramente científica y con ánimo de ayudar, después con mayor razón entendí la gravedad del problema”, relata Retamal.

Como su esposa fue diagnosticada a tiempo el tratamiento habitual funcionó y hasta ahora el cáncer no ha vuelto.

Según información usada para esta investigación, en 2018 en Chile se diagnosticaron 53.365 nuevos casos de cáncer, de estos 5.393 fueron cáncer de mama. Esto se traduce en aumento importante si se compara con el promedio de 35 mil nuevos casos que hubo entre 2003 y 2007.

Hallazgo mundial

Con las terapias actuales y la detección temprana de cáncer de mama, muchas de las pacientes en una etapa temprana 1 y un poco más avanzada (etapa 2), las expectativas son relativamente buenas. Sin embargo, explica, “en etapas más complejas, 3 y 4, el desarrollo de nuevas y ojalá de mejores terapias serían de gran ayuda. Nosotros creemos que a futuro nuestra investigación podría llegar a tener especial importancia en una mujer con un cáncer de mama con etapas más avanzadas”.

—¿Cómo se logra eso?

—El primer paso fue estudiar la proteína Conexina, que ya era investigada por el Dr. Rodrigo Acuña (el otro investigador). Él ha obtenido varios resultados en el laboratorio que indican que efectivamente esta proteína confiere mayor malignidad a las células de cáncer de mama.

Y ejemplifica: “Hay varios tipos de proteínas en las células que se llaman conexina y se llaman así porque conectan a las células para que los tejidos funcionen. Es como las personas: cuando se comunican bien anda todo bien, pero cuando hay mala comunicación surgen las peleas. En materia de células es similar. Si éstas no están comunicadas con las otras se vuelven medias anárquicas y así se empiezan a dividir más y surge el cáncer. Por eso estas proteínas son importantes en los tejidos normales, pero en la patología del cáncer esta proteína estaría involucrada en dos vías: algunas de las proteínas son antitumorales y otras, como la que nosotros estamos investigando, aparentemente son protumoral. Por eso me interesó ese tipo de proteína en particular, porque está haciendo algo malo siendo que casi todo el resto hacen cosas buenas”.

—¿ Y cómo se aplicaría esto en los pacientes?

—Este proyecto busca obtener biopsias y muestras de sangre de otros pacientes y estudiar si esta proteína se encuentra o no, y si está involucrada en la información cancerígena que viaja por la sangre.

Esta etapa del proyecto —que se extenderá por un año— comenzará en estos días con el enrolamiento de 36 pacientes: 18 sanos y 18 diagnosticados con cáncer de mama.

Retamal asegura que hasta ahora “no hay otra investigación en curso (sobre esta proteína). Nuestro laboratorio sería el único en el mundo hasta donde yo sé que la está investigando”.

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La Corte de Apelaciones de Valparaíso pidió cuatro informes: a la Superintendencia de Salud, al Laboratorio de criminalística de la PDI, a la Superintendencia del Medio Ambiente, y a la Fiscalía local de Quintero, para iniciar la vista de los recursos que presentaron parlamentarios y ONGs, tras los episodios de intoxicaciones masivas que se produjeron en la bahía de Puchincaví y Quintero entre agosto y octubre del año pasado.

A la fiscalía se le pide que entregue un resumen con el estado de la investigación, lo que incluye las pericias practicadas y que sean pertinentes para la resolución de los recursos. A la PDI, le solicita copias de los informes periciales medioambientales y químicos que han realizado en el marco de la investigación. Mientras que a la Superintendencia de Medio Ambiente pidió copia de los procedimientos sancionatorios en contra de ENAP Refinerías S.A, GNL Quintero S.A y Oxiquim S.A. y que, además, informe acerca de cualquier otro procedimiento sancionatorio que haya realizado y que tengan relación con los hechos de contaminación ambiental mencionados.

Finalmente, a la Superintendencia de Salud le solicita una copia de los procedimientos sancionatorios o sumarios por lo ocurrido en las mismas fechas señaladas.

El tribunal de alzada debía escuchar los alegatos de los 10 recursos de protección presentados, entre ellos el del senador Francisco Chahuán (RN), el pasado 3 de enero. Sin embargo, se postergó la audiencia a la espera de los informes. “Estamos trabajando en acreditar la relación de causalidad entre los hechos ocurridos en 2018 y las vulneraciones a la normativa ambiental en las que hayan incurrido las empresas, entre ellas Enap, a la que la Superintendencia de Medio Ambiente le formuló cargos”, explicó.

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