Con su canal, NTN, lleva 15 años haciendo humor en la web. Un proyecto que nació casi por obligación y como una forma de alojar a distintos programas piloto para la TV que nunca tuvieron acogida. En ese tránsito, Mauricio Palma —sicólogo de profesión— fue creando personajes que se transformaron enhitde internet, superando el millón de visitas en muchos de sus videos en Youtube.

El Hermano de las parábolas, el Mapuchannel y más recientemente Violento Parra, el trovador ABC1, son referentes de una generación que sabe de humor irreverente, al filo de lo permitido. El propio Palma define a su creación como un personaje “multiodiable, de ultraderecha, siempre al límite de lo inadecuado”. Según él, “la invitación es a escucharlo siempre con la mirada más amplia posible, con el criterio más deformado, entendiendo que en Chile existen distintos tipos de vida inteligente y que este Parra sólo quiere entregar su arte”.

Es común que, en sus shows, Violento haga una pausa y diga: “Quiero enviar un saludo a toda la gente que lo está pasando mal en el sur… a la familia Matte, la familia Angelini… A todo el pueblo mapache para quienes va un saludo en su idioma: ‘Iorana ¿Pe hé koe?'”.

Su primer hit fue “Gracias a la DINA”, luego vinieron éxitos como “Casamiento de negros… (de mierda)” y “Parque Arauco tiene una pena”. En cada una de sus actuaciones, el trovador ABC1 declara que se debe a su público y que por eso “Entrega su arte a la gente que tiene menos… menos problemas económicos”.

Toma la guitarra y canta: “Si sueñas con Nueva York y con Europa… eres un roto que nunca ha viajado…”. Su público enloquece. Casi siempre en lugares de nicho, bares donde reina el stand up y donde Mauricio Palma ha hecho carrera como comediante.

El año pasado fue contactado por la comisión organizadora del Festival de Viña del Mar. Hizo el casting y no quedó, pero este año, dado su éxito en el programa “Síganme los buenos”, de Julio César Rodríguez, y alguna actuaciones en la TV abierta, fue convocado como uno de los comediantes chilenos en Viña del Mar.

—¿No le parece muy violento alguien como Violento Parra?

—Créeme que fue un largo proceso aceptarlo, a mí también me caía muy mal. No era fácil porque es un huevón bien terrible, pero ya tomó vida propia. Cada semana, todos los días, aparece algo nuevo, macabro y gracioso que va incrementando su repertorio. Entendí que él es así. Le gusta ir al choque. Tiene algo de masoquista cuando se enfrenta al “rotaje”.

—¿Le han dicho que quizás su humor no es para el Festival de Viña?

—Claro, y yo respondo: ‘Muchas gracias'. Tengo la idea de que vamos a una fiesta que es de todos y eso hay que aceptarlo, valorarlo y disfrutarlo. Obviamente no vamos a llevar a ese lugar las cosas que nos dividen o nos pueden confrontar.

Humor con humor se paga

—¿Es tiempo propicio para reírnos de la élite, las autoridades?

—Más que reírse de todos los que tienen plata o todos los políticos, hay que reírse de los que tienen plata y abusan, de los políticos que roban. Somos personas políticas, vivimos en un entorno político… no todo está tan malo.

—¿Qué es el humor para usted?

—Para mí tiene que ver con el encuentro, con una conexión. El humor es un lenguaje curador, sanador, de resistencia, pero resistencia vital. La gente revive gracias al humor. Somos los únicos animales que nos reímos. Eso sana, el humor nos permite reírnos de lo que nos duele y así podemos sobrellevarlo, hablarlo, resignificarlo.

—¿Cree qué el humor en Chile ha estado a la altura de los cambios sociales del último tiempo?

—Absolutamente. Y no sólo los que dedican a hacer humor, sino la sociedad entera. Todos los chilenos tienen algo de comediante, a todos nos gusta hacernos los chistosos. Tenemos una picardía, que el chiste del asado, la talla con el copete en la mano. Gente que involucra la talla en sus propios mundos.

—¿Cuál es el mejor chiste que nos ha dado la actualidad reciente?

—Eso de decir: “Pero si es mi opinión… si el gobierno militar fue bueno… al menos eso es lo que yo opino”. Eso de poner el derecho a opinar por encima de la violencia que puede generar un comentario como ése me parece un gran chiste.

—La polera de Boric, ¿es humor o un mal chiste?

—Fue un chiste. El humor trata de develar, más que golpear en el suelo. De ese chiste yo me hubiese cagado de la risa en un contexto privado. Yo defiendo esa libertad. Entiendo que detrás de ese chiste no hay una violencia real, hay una violencia simbólica sin duda. Me considero humanista y trato de ponerme en el contexto, y así y todo me cuesta empatizar con la postura tan sobrecargada de la respuesta que hubo frente a este tema.

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