“Zanja una deuda en Santiago: los sándwich de miga al paso”.

Álvaro Bisama, escritor

“El jugo de

almendra es superior”.

Agustín Squella,

ex rector U. Valparaíso

JORGE VARGAS

“Desde que tengo memoria voy al Bogarín, y eso que tengo 74 años. Su gracia es que siempre ha sido el mismo lugar”, dice el abogado, columnista y ex rector de la Universidad de Valparaíso, Agustín Squella.

Ubicada al frente de la plaza Victoria de Valparaíso, esta fuente de soda creada en 1939 es una de las más tradicionales de la V Región, y desde el 2 de enero llegó por primera vez a Santiago.

Parada obligada de los porteños, y también de varios diputados, los sándwiches de una esponjosa miga que lo hicieron famoso son el ave palta, jamón huevo, y ave pimentón. Son los mismos que muestra en su vitrina de Huérfanos con Mac Iver, en pleno centro. Además de sus jugos y zumos preparados con frutas a la vista de los comensales. “Todos son buenos, pero el jugo de almendra es superior”, dice Squella, como si lo saboreara.

Giovanni Costa compró el local de la plaza Victoria a principios de los años 70, y desde entonces está en manos de su familia. El propietario amplió la oferta de los jugos agregándole los zumos: fruta exprimida al instante sin endulzante añadido.

Hoy va en la cuarta generación de los Costa, y esperan seguir conquistando fanáticos con un pan secreto que traen de Valparaíso. Además de Santiago, tiene otros dos locales en Viña.

“Lo más familiar posible”

La nueva apuesta del Bogarín en calle Huérfanos es una aventura para Gian Piero Costa (28), nieto de Giovanni Costa. Uno de sus desafíos en Santiago será competir frente a la amplia oferta gastronómica. Oferta que para el escritor Álvaro Bisama no existía hasta que el local se instaló en Huérfanos. “Lo que más extrañaba de Valparaíso era el Bogarín, por las leches con frutas y los sándwiches de miga que acá no hay. Entonces, viene a zanjar esa deuda”, dice Bisama.

Costa cuenta que hasta hoy nunca el Bogarín necesitó publicidad, pero sabe que en Santiago tendrá que innovar. “Mi nono y mi papá decían que la mejor publicidad es un buen producto”. Por eso su sello será “poner el foco en que sea lo más familiar posible. En Valparaíso hay clientes que van prácticamente todos los días, entonces que te atienda la misma persona siempre es agradable”.

Ello explica que, en los primeros 10 días de funcionamiento en Santiago, la mayor cantidad de clientes han sido porteños o viñamarinos, quienes como Bisama “nos encontramos con las mismas señoras que atienden en Valparaíso”. De hecho, Costa cuenta que “muchos se han visto muy emocionados con la reciente inauguración. Todos vienen porque el Bogarín les trae recuerdos de la infancia. Muchos se acuerdan de cuando iban a comer con sus papás o abuelos. Hay una persona que hasta se puso a llorar porque dijo que echaba de menos Valparaíso”.

Los imbatibles

Para el cronista gastronómico Carlos Reyes, autor de la guía “Valparaíso y la mesa” y que acaba de lanzar el libro “Viajes al sabor 2”, “la consistencia de los sándwiches del Bogarín es especial: un poco más densa de lo que se puede encontrar en el común de los locales. El pan es un poquito más grande, y los jugos son hechos en el mismo instante. Esa lógica de tener la fruta ahí mismo no se ve en todos lados, a uno lo cautiva”.

Otro producto que Reyes resalta son los helados: “Fue uno de los primeros en tener helados de crema en Valparaíso”.

Alejandra Valle, periodista y conductora de radio y TV oriunda de Valparaíso, fue una de las primeras porteñas en celebrar en Twitter la llegada del local. “Pensar en el Bogarín para mí es infancia. Su sándwich por excelencia es el de ave palta con el jugo de naranja-zanahoria; La miga es especial: se derrite en la boca”.

Según Reyes, hoy es una tendencia de que marcas de provincias lleguen a Santiago. “Por ejemplo, el Quiosco Roca es un clásico de Magallanes, al igual que el Bogarín es un emblema del puerto”.

El local frente a la plaza Victoria en Valparaíso.

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