Dos cifras para iniciar bien el año económico y para enfrentar las expectativas a la baja que consumidores y empresas han manifestado en los últimos meses, las que incluso el propio Presidente Piñera ha admitido como un desafío para su gobierno. Por eso que esta mañana se percibía un aire de satisfacción entre las autoridades, luego de conocer que el Indice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de noviembre, calculado por el Banco Central, fue de 3,1% de crecimiento respecto al mismo mes del año pasado, casi en el techo de las expectativas que fluctuaban entre el 1,9% y el 3,2%.

Y a eso se sumó el cierre de las cifras de comercio exterior, también publicadas por el instituto emisor, puesto que las exportaciones, el principal motor de la economía nacional, aumentaron 9% respecto al año pasado totalizando US$75.482 millones.

A su vez, las importaciones, que reflejan de algún modo tanto la inversión en bienes de capital como la demanda por bienes de consumo, aumentaron 14,3% a US$70.104 millones.

Así, el superávit comercial de Chile fue de US$5.378 millones en 2018, un 33% menor que el del año anterior.

Datos que pueden no sintonizar aún con la percepción ciudadana de la economía que captan las encuestas (ver recuadro), pero que dan cuenta de un dinamismo que el Gobierno y el Banco Central preveían desde inicios de año.

“Si vemos el promedio de los (Imacec) mineros y no mineros, se nos va dibujando un escenario en que tenemos prácticamente garantizado el 4% de crecimiento para este año”, dijo el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, en radio Infinita.

El año pasado, la economía chilena creció 1,5% y en 2016, un 1,6%, a causa de la debilidad de la demanda interna y un contexto internacional que no logró compensar los factores internos.

En su último Informe de Política Monetaria, el Banco Central proyectó un crecimiento de 4% para este año. En septiembre lo había situado entre 4% y 4,5%. Esto, debido a que se preveía que el último trimestre sería menos dinámico que los anteriores.

El Imacec de noviembre fue impulsado principalmente por el impacto alcista de la minería, que creció 5,5%. La actividad no minera sólo lo hizo 2,7%.

“Se dio una cifra bastante superior dentro del elemento del sector minero que creció de forma muy robusta y eso más que compensó el menor alza en manufactura y comercio minorista. Con esto, nosotros, que esperábamos un crecimiento total de 3,8% para 2018, ahora esperamos un alza cercana al 4%”, dijo Sebastián Senzacqua, economista jefe de BICE Inversiones.

“Vemos que detrás del dato de Imacec se observa una reactivación de sectores mineros, los que aportaron su mayor contribución desde marzo de 2018”, agregó Antonio Moncado, economista jefe de Bci Estudios.

“Este Imacec coloca combustible a la apreciación del peso, la bolsa local y también a las expectativas de una nueva alza en la TPM en la RPM de fines de este mes. Respecto al crecimiento del PIB 2018, se requeriría una expansión de al menos 2,5% anual en diciembre para alcanzar el simbólico 4,0%. Sin embargo, aquello dependerá crucialmente del crecimiento de producción minera que ya mostró un comportamiento positivamente anómalo en noviembre al conversar poco con la baja generación eléctrica, aspecto que podría repetirse también en diciembre”, comentó el Departamento de Estudios de Scotiabank.

El indicador de actividad de noviembre es un síntoma de la dependencia que tiene la economía chilena de la minería, el principal sector exportador del país y pese a que representa el 10% del PIB de manera directa.

Los altibajos en el comportamiento de nuestra economía, basada en el comercio exterior y en especial en sus exportaciones, son fuertemente afectados por la volatilidad minera.

Por eso, cuando se espera que la actividad económica crezca en torno al 4% este año, uno puede remitirse al carro que tira la minería. Los envíos al exterior crecieron 9%, pero los de cobre, que representaron casi la mitad de todas las exportaciones, aumentaron 4,7% a US$36.495 millones.

Esto, gracias a un precio del cobre, que se elevó 5% respecto al promedio del año anterior, y al efecto comparativo dado que la producción del primer trimestre fue muy superior dado que en igual periodo del 2017 se produjo la huelga de Minera Escondida.

“Las exportaciones mineras mostraron un crecimiento de 5,5% anual, expansión menor al 23,1% visto en 2017, pese a tener en 2018 un precio promedio mayor. Vemos que el sector exportador minero aún muestra signos de ajuste, incidido por una menor producción en 2018”, agregó Moncado de Bci Estudios.

El salto de 14,3% de las compras que hace Chile desde el exterior son también un buen reflejo del repunte económico, tomando en cuenta que su gran propulsor fue la importación de bienes de capital, es decir, maquinarias u otros productos que son base de la inversión productiva.

“La tendencia en importaciones se produce como consecuencia del mayor crecimiento económico. Hubo una reactivación de la economía, ligada con inversiones que subieron a mayores tasas que exigieron mayores bienes de inversión y capital”, explica Felipe Jaque, economista jefe de Inversiones Security.

“En cambio, los bienes de consumo privado tienen un crecimiento bastante más lento”, añade Senzacqua de Bice Inversiones.

He aquí, de hecho, la tarea de las autoridades económicas. Incentivar el consumo privado, el que no ha mostrado el dinamismo esperado y que eventualmente puede ser reflejo de la mirada negativa que tienen los ciudadanos sobre la economía. Es más, las ventas del comercio minorista en la Región Metropolitana mostraron en 2018 un crecimiento acumulado de 3,5% a noviembre, el peor registro en dos años. Y las expectativas de los consumidores cerraron el año en terreno pesimista. De hecho, el Ipec de Gfk Adimark terminó diciembre en 44,6 puntos, una baja de 8,5 puntos en el año pasado.