Extrañamente, Horst Paulmann descabezó el año pasado el área de centros comerciales. La misma que Cencosud prepara, por segunda vez en tres años, para abrir a bolsa. Su plazo original es abril.

No fue renuncia la del argentino Carlos Madina, gerente general de la división de shoppings centers —como los llaman en Cencosud— en julio de 2018, después de 20 años en la compañía. Tampoco la de René Vuskovic, el gerente regional de operaciones. A ambos Paulmann les pidió dimitir por desgaste de la relación laboral. Y, además, renunció Sebastián Valenzuela, gerente de finanzas del área.

El controlador del holding que opera en cinco países, con 15 marcas y 140 mil trabajadores, debió enfrentar en diciembre la partida de Rodrigo Larraín, el gerente corporativo de finanzas de Cencosud y hombre clave en la Oferta Pública Inicial (OPI) de la división de centros comerciales. Quien ocupa ese cargo, ahora en manos del argentino Matías Videla, define cuánto vale el negocio y el precio de la acción con los agentes colocadores y participa en el road show ante los inversionistas.

Larraín presentó su renuncia indeclinable sin tener otro trabajo en la mano, lo que no es usual a menos que haya razones profundas. Y se sumaron varias: Jaime Soler, el carismático gerente general corporativo de Cencosud, definido como un ejecutivo que entregaba autonomía al equipo y enfrentaba a Paulmann dando las peleas que había que dar, dejó la compañía el 30 de septiembre. Anunció su renuncia tres meses y en ese período, previo a su partida, Paulmann asumió un rol prepronderante como si fuera el gerente general del holding. Dejó su oficina en el Costanera Center y se fue a instalar al Alto Las Condes, donde trabajan los principales ejecutivos, restándoles independencia.

Con la llegada de Andreas Gebhardt, el nuevo gerente general corporativo de Cencosud, el panorama no cambió. “Andreas se sienta a trabajar al lado de Paulmann, no se lo ve liderando, lleva tres meses evaluando y viendo”, sostiene un ejecutivo que conoce muy bien a la empresa y su dueño.

Dice que Larraín observó que la OPI, su principal desafío, no avanzaba al ritmo necesario, que no se estaban cumpliendo los plazos. Además, temió que si la operación no se hacía, el mercado lo apuntaría como responsable.

Arquitecto frustrado

De las cinco unidades de negocios de Cencosud —centros comerciales, supermercados, tiendas por departamento, mejoramiento del hogar y retail financiero (tarjetas)— el primero es la pasión de Paulmann. Quienes lo conocen de cerca dicen que es un arquitecto frustrado. Planifica la construcción, imagina el flujo de clientes y piensa cómo optimizar el tamaño de las tiendas. En el Costanera Center, su mayor obra, diseñó los accesos y las rampas de los estacionamientos.

Suele repetir que es la “joya de la corona”, porque es el área más rentable y en la que más participa, opina y está encima.

Medida por Ebitda, esta división que cuenta con 29 centros comerciales en Chile, Argentina y Perú generó $139 mil millones a septiembre último, mientras los 926 supermercados en los mismos tres países más Brasil y Colombia dejaron $246 mil millones.

Incorporar a socios que compren el 20% o 30% de Cencosud Inmobiliaria —la sociedad ya está creada e incluye sólo los centros comerciales de Chile y Perú— no es algo que desee y valore.

“Por él no haría la operación, no está en su ADN. Si la hace, va a ser a contrapelo, sólo porque Cencosud necesita bajar su deuda para contar con recursos que le permitan desarrollar los proyectos de centros comerciales que no ha podido realizar en cinco años”, afirma un ex ejecutivo de la compañía. Incluso, no están definidos todos los centros comerciales que entrarán en la OPI.

Hay, además, un precedente: en 2015 Cencosud anunció que iba a colocar un 25% de este negocio en la bolsa y Paulmann, en la junta de accionistas de abril de 2016, debió explicar que todo quedaba stand by porque “no era el momento”.

Si no se concreta, esta vez lo más seguro es que Cencosud pierda su grado de inversión. Categoría que otorgan las clasificadoras de riesgo a las empresas en función de su capacidad para pagar sus deudas. A Paulmann no le quita el sueño.

Tampoco lo desvela el endeudamiento: Cencosud tiene pasivos de US$3.200 millones a corto plazo y US$ 5.139 millones a largo plazo. La promesa por bajar US$1.000 millones —que vence en febrero de 2019— con la venta de activos no estratégicos y comunicada en un hecho esencial en agosto de 2017 no se ha cumplido. Dicen que cada vez Soler y Larraín le proponían deshacerse de terrenos, power centers o algunos negocios en algún país, Paulmann no quería.

Y el mercado castigó a la acción. Ayer cerró a $1.260. En el sector de retail es la segunda que más cayó en 2018 después de Forus, un 39%.

Cuando algo no le importa, Paulmann tiene una expresión típica: “me rasca”. Temas que al mercado le preocupan como la transformación digital, los proyectos futuros, la IPO, la rotación de ejecutivos y los pasivos, a sus 84 años, a Paulmann parece que le rascan.

LEER MÁS
 
Más Información

Andreas Gebhardt, gerente general corporativo de Cencosud desde julio.

Rodrigo Larraín, ex gerente corporativo de Finanzas, que renunció a contar del 31 de diciembre pasado.

Matías Videla, nuevo gerente corporativo de Finanzas, a contar del 1 de enero.

LEER MÁS