Eran raros, dramáticos y a ratos psicodélicos. Aunque emergieron junto al llamado “boom pop” chileno de mediados de los 80, no tenían nada de pop. Quizás podrían compararse con los Electrodomésticos, en el sentido de ofrecer una propuesta estética experimental que estaba reñida en ese momento con cualquier ambición de éxito comercial. Sus presentaciones, que tuvieron lugar en los espacios más significativos del underground en dictadura —como El Trolley, la Casa Constitución y el Garage de Matucana— combinaban música, poesía y artes escénicas.

Acompañado de una contundente banda de rock con guitarra, bajo, batería, saxos, teclados y sintetizadores, su líder y vocalista, Héctor Titín Moraga, declamaba tembloroso unos textos entre rebeldes y esotéricos, que se distanciaban de la sexi frivolidad con que jugaban las bandas más new wave, pero también de los grupos tirados al punk y de la música cargada a la protesta política.

“Horas sentado, sus ojos lagrimean… solitario con tus pensamientos sales por las calles de la ciudad… estamos en épocas pretéritas”, rezaba una canción. Su performance era característica e inconfundible. «Cada canción tiene una actuación kinética que es inevitable. Digo una palabra y mi cuerpo reacciona solo”, decía Moraga.

Titín era un chico menudito de 23 años, que había llegado en 1981 a Santiago desde Santa Cruz, para estudiar actuación y coreografía en un taller del Centro Cultural Mapocho. Allí conoció al director teatral Vicente Ruiz, quien lo introdujo en la contracultura de la época. En 1986 debutó en El Trolley con una performance de teatro, danza y música a la que llamó “Opereta: Pequeño Vicio”, para lo cual armó una banda que la musicalizara en vivo, según cuentan Marisol García y Ana María Hurtado en el sitio www.musicapopular.cl. Contactó entonces al guitarrista Juan Ramón Saavedra (proveniente de grupos de rock como Arena Movediza), y preparó un repertorio con letras tomadas de la poesía universal. Así surgió el grupo que siguió tocando hasta 1991.

Aunque la banda siempre se mantuvo en espacios marginales, por sus filas pasaron más de 15 músicos en distintos momentos, algunos de los cuales luego fueron muy famosos, como Andrés Bobe (que murió en 1994), Luciano Rojas e Iván Delgado (que acaba de fallecer). Todos formaron parte del popular grupo La Ley.

La agrupación se disolvió recién llegada la democracia, que, para Titín Moraga (55), lejos de ser una estallido de creatividad, significó la muerte del underground. Una amiga le propuso irse a Londres, donde se sentiría más cómodo y desahogado que en el estrecho Chile. Y así fue. Sin pensarlo partió y nunca más regresó. “Chile es un dolor de cabeza. Hay muchos clubes de distintos ambientes y entre ellos se pelean”, declara el ex vocalista desde la ciudad británica.

Allá se ha dedicado a componer y tocar en solitario, pero ya no es rock ni tiene letras, sino que es una especie de ambient techno que busca “producir tranquilidad”, afirma. “Ya no canto, no tengo nada que decir. Lo que me interesa es solamente producir una movilización física, más que un bla bla. La música que me gusta es la que me hace sentir algo”.

De casete a vinilo

En 1987, la Banda Pequeño Vicio lanzó su primer trabajo en formato de casete, titulado “El Juicio Final”. Un disco autofinanciado, del que sacaron quinientas copias que distribuyeron entre gente cercana. Esta pieza era hasta ahora muy difícil de encontrar. Pero en Londres, Titín tenía guardado todo el material esperando reeditarlo alguna vez. La buena fortuna hizo que lo contactara el artista visual Iván Navarro, quien le ofreció reeditar este trabajo en vinilo bajo su sello “Hueso Records”, con el que ha publicado trabajos de distintos músicos de culto de la época, como los Electrodomésticos, Atom, Jorge González, Las Cleopatras, etc. (www.hueso-records.com).

El vinilo ya está listo. Son también quinientas copias de 12 pulgadas de 160 gramos. El lanzamiento en Santiago será el próximo jueves 27 de diciembre, a las 19:00 horas en los estudios de ARIZTIALAB (Pasaje Irene Ariztía 548, #2). En la oportunidad se realizará un tributo a Iván Delgado y algunos de los integrantes del grupo estarán presentes para firmar discos. También participarán otros músicos, como Miguel Conejeros y Pablo Castro.

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“¿Scarlett Johansson en la Argentina? ¿En la previa de Nochebuena?”, se preguntaba Clarín. “Una foto confirmó el rumor: Scarlett apareció posando junto a una de las cocineras del restaurante Las Pizarras, de Palermo”, publicaron.

La actriz viajó a El Calafate en un avión privado a pasar dos días de vacaciones junto a su novio, Colin Jost, de Saturday Night Live. Acompañados de guardaespaldas, excursionaron hasta el glaciar Perito Moreno.

“Este lunes, cuando Johansson y Jost regresaron a Aeroparque, los esperaban una decena de paparazzi. La actriz, vestida con un enterito verde, zapatillas, lentes oscuros y gorrita de los Yankees, se enfureció con la presencia de los fotógrafos. Pegó varios gritos, se tapó la cara y, en el afán de escaparse, se llevó por delante una puerta de vidrio. Y se enojó todavía más”.

En Instagram apareció junto a una cocinera del restaurante Las Pizarras.

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