A la hora de los nombramientos Juan Obach González (67) llegó segundo. Porque su hijo que se llama igual y cursó la misma carrera —Ingeniería Comercial en la UC— lleva nueve meses como director de la Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables, del Ministerio de Economía.

Y el padre asumió el viernes pasado como nuevo presidente del Centro de Estudios Públicos (CEP) ante la renuncia del conocido abogado Enrique Barros, que cumplia los tres años estatutarios. Pudo haberse quedado otro período, pero él pidió salir, porque pasó por un delicado momento de salud, del que se recuperó, y está por terminar la segunda parte de su libro sobre responsabilidad extracontractual. Barros sigue en el comité ejecutivo, de opinión (encuesta) y académico.

Obach ha jugado un rol importante en el CEP, a donde llegó invitado por su profesor de finanzas, Eliodoro Matte, a mediados de los 80.

Por mucho tiempo, Obach fue el brazo derecho de Wolf von Appen en la recaudación de dineros para el centro de estudios de Monseñor Sótero Sanz y también uno de los que ayudó a estructurar el endowment, que no es otra cosa que dinero donado con la condición de que se invierta en distintos instrumentos, de modo de emplear los intereses sin alterar el capital. En 2016 Obach reemplazó a von Appen en la vicepresidencia del CEP.

El influyente centro de estudios vuelve a tener otro empresario a la cabeza como fue la tónica durante 28 años, el tiempo que Eliodoro Matte, uno de sus principales financistas, ocupó ese puesto. Y renunció en diciembre de 2015, un mes después de conocerse el requerimiento por colusión en contra de CMPC, empresa que presidía y de la que es socio junto a sus hermanos, y SCA durante 11 años.

Obach y Matte producen, además, lo mismo: papel. Alcanzaron a competir un breve tiempo en el mercado de papel de diario. Obach con Papeles Bío Bío; Matte con CMPC, pero hace cinco años esta empresa dejó el negocio por los altos costos de la energía. Mientras, Bío Bío, adquiririda por el electo presidente del CEP en 2012, es la principal fabricante de papel de diario de Latinoamérica, con dos plantas en Brasil y una en Concepción y también produce papel de impresión.

Otra de sus empresas, BO Packaging, es la mayor en la industria de envases flexibles para alimentos y vasos de papel para cadenas de café y comida rápida, con plantas en Brasil, Perú y Chile. Participa en las áreas frutícola con Agrofruta, que posee 2500 hectáreas plantadas de uva, manzanas y cerezas desde Copiapó y Linares, e inmobiliaria con el 45% de Siena, una de las constructoras más antiguas del país.

Todas pertenecen al holding BO, las iniciales de los apellidos de sus dos dueños: Félix Bacigalupo (vicepresidente de la Sofofa en la mesa de Hermann von Mühlenbrock) y el propio Obach, amigos de la universidad, compañeros trabajo y luego dueños de los activos del grupo Pathfinder, que tuvo en Chile el fallecido empresario y banquero saudita Khalid bin Mahfouz.

Aportante del CEP,

ex montañista, amigo

de Piñera

En 2014, Obach fue uno de los diez aportantes a la naciente Fundación CEP, la dueña del endowment y cuya única misión es administrar dichos dineros. Aquel año se recaudaron US$42 millones. Obach donó US$800 mil, la misma cifra que Juan Andrés Camus y Jorge Errázuriz Grez, los ex Celfin; mientras Eliodoro Matte encabezó la lista con US$16 millones seguido por Luis Enrique Yarur y Roberto Angelini, con US$4 millones cada uno.

De los 24 miembros del consejo directivo del CEP, ocho son aportantes al endowment, ocho académicos y ocho empresarios. Faltaba nombrar uno y el viernes, en la misma reunión en que se eligió a Obach, se designó a Christoph Schiess. De los 24, nueve integran el comité ejecutivo, que viene a ser como un directorio que se reúne una vez al mes y es presidido por Obach. Fue este comité el que propuso su nombre al consejo directivo que lo escogió por unanimidad.

Descrito como una persona que toma decisiones en forma pausada, muy exigente en lo laboral y amable en lo personal, Obach tiene desde hace cinco años su Club de Tobi. Compuesto por Sebastián Piñera, su hermano Pablo, Eugenio Claro, Ignacio Guerrero, Jorge Errázuriz y Juan Andrés Camus, son invitados en noviembre a las cabañas que Obach posee en Ralún, en la desembocadura del río Petrohué. Esta vez el encuentro varió, fue en el Valle del Elqui en la casa de Errázuriz y el Presidente Piñera, quien fue profesor en la UC de varios de los integrantes, no se restó, aunque dicen que trabajó la mayor parte del tiempo.

Padre de seis hijos, educados en el San Benito y el menor en el Grange, el mismo del que él egresó, durante muchos años se dedicó al montañismo. Ascendió el Aconcagua, nombre con el que bautizó la firma de tableros con filiales en Estados Unidos y Canadá (Aconcagua Timber Co) que vendió hace un año, y el Mont Blanc en los Alpes franceses. Cambió las alturas por el yoga, porque según cuenta un amigo tenia mal dormir y con nueva disciplina recuperó el sueño.

“Influencia sin perder contenido”

El CEP debió subirse al carro de los nuevos tiempos y debutó en Instagram, Facebook y Twitter. También transmite sus charlas por streaming y puso pantallas afuera de la casona para albergar a los jóvenes que asistieron a la presentación del filósofo alemán Peter Sloterdijk el mes pasado.

El gran desafío de Obach “es acercar a las nuevas generaciones al CEP, porque la audiencia ha envejecido”, sostiene un alto miembro del centro de estudios. Pero por sobre todo influir en la discusión de las políticas públicas “en un contexto más superficial, menos intelectual, con un Parlamento no siempre dispuesto a la discusión profunda de ideas, que despacha proyectos para darle gusto a ciertos grupos de interés”, agrega la misma fuente. “Cómo seguir teniendo influencia en el debate de ideas liberales —continúa— sin perder contenido. Los políticos están muy alterados por lo que grita la calle”. Y definir el futuro de la encuesta en un momento en que estos instrumentos han perdido precisión en todo el mundo, lo que también le ocurrió al CEP en las presidenciales de 2013 y 2017.

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