Tres testimonios son los que publicó The Clinic contra Humberto Baeza, Tito Fernández, el músico que mantenía una “secta espiritual” en el que sus discípulas dicen haber estado sometidas a “sacrificios sexuales”.

Lu Rivera, esposa de Fernández, defendió a su marido hoy en “La Mañana”, de CHV: “Están amparadas por toda la prensa. Ha sido muy fácil para ellas, que están viviendo sus 15 minutos de fama. Que los disfruten, porque cuando mi esposo hable, las cosas van a cambiar”.

Contó que “su hija Jazmín, que vive en Miami y que fue parte del centro, estuvo con estas señoritas, ellas le mostraron todo el entusiasmo que tenían con su padre, que lo admiraban tanto, que iban a las actuaciones de él”. En el reportaje él aparece con ellas un restaurante en Peñalolén. “Mi esposo las invitó, les pagó todo, estaban felices. Ellas son las ‘víctimas de violación'. Ella, que le tiene las manitos tomadas está de lo más contenta con él. No sé por qué después lo acusa”.

Explica que los polémicos ritos de iniciación eran “aburridos” y que “no son tan terribles como ellas cuentan”. También aseguró tener pruebas de que “estas niñas querían mucho a su marido... De víctimas no tienen nada. Si Tito tuviera ese tipo de poder, yo no estaría hablando ahora, estaría sometida aquí, calladita porque mi marido se puede enojar”, agregó.

Le preguntaron sobre el episodio del motel. “Fue con las tres a un motel, siempre supe. Fue por una cosa personal, no mística. Por razones que no te puedo explicar, pero que tienen que ver con la salud, no con lo que dicen ellas de la energía. Mi marido estaba en franca decaída en el aspecto sexual e intentó probar algunas cosas. Habló con las señoritas y ellas aceptaron. Con mi esposo lo hablamos en ese momento, yo también detecté ese problema (sexual). Tenemos un matrimonio muy amalgamado, somos un bloque y hablamos todo. Tenemos una mentalidad bastante abierta. Sabía perfectamente que no iba a cometer una violación, él iba a tener relaciones sexuales”.

Murillo: “Chile es un paraíso para las sectas”

“Tenemos un problema en términos legales de solamente comprender la violación cuando hay fuerza o intimidación. Y quedan fuera todas las otras dinámicas abusivas que implican confusión, vulnerabilidad y dinámicas sectarias. El consentimiento no se quita solamente por la fuerza. Tenemos que aprender de otras legislaciones donde lo que ha cometido el señor Fernández es considerado una violación”, explica José Andrés Murillo, presidente de la fundación.

“Tenemos que aprender a mirar las sectas como una situación de fragilización de las personas, donde hay actos vulneratorios que debieran ser considerados delitos. Chile es un paraíso para las sectas, y hay muchas. No hay ningún tipo de control para ver cuáles son los grupos coercitivos. Solamente se actúa cuando ocurren casos como los de Antares de la luz, pero normalmente nosotros podríamos haber identificado a Antares de la luz mucho antes. También lo de Tito Fernández se podría haber evitado”, explica.

Hay maneras de identificar la forma en que se toman las decisiones y cómo se manejan las conciencias de las personas. Hoy existen investigaciones que definen indicadores de grupos sectarios, de coerción destructiva. No es difícil establecer cuándo hubo manipulación de conciencia. Hoy tenemos información suficiente, a nivel científico, para demostrar cuando un grupo de reflexión, religioso o de iluminados, comienza a exigirle a algunas personas actos que pudiesen fragilizarlos de manera tal que pueden convertirse en víctimas o incluso en vulneradores de otras personas. Como país estamos en condiciones para poder enfrentar este tipo de situaciones y no esperar a que nos destruyan. Hemos recibido a muchas personas que están en sectas y no tienen cómo probarlo a la justicia”.

“Nunca lo vi como líder espiritual”

El Centro Interdisciplinario de Estudios Metafísicos fue fundado a comienzos de los 90 por Tito Fernández y su grupo de confianza, compuesto, entre otros, por su ex esposa, su hija y los músicos Raúl Aliaga (baterista de Congreso) y Claudio Guzmán, ex Q.E.P. Eso indicaba hasta ayer su página web, que hoy desapareció.

Guzmán contestó a La Segunda: “La idea surgió para crear instancias de conversación. Reunimos a gente que le interesara la metafísica. Nunca vi nada extraño. Nada que pudiera parecerse a una secta”.

El se desvinculó del centro a los pocos meses de su fundación por un problema familiar. “A nadie se le decía Maestro. Nunca vi que se elevara una figura personal en algún tipo de categoría. La metafísica no es una cosa religiosa. Es algo sano, inocuo. Cualquier cosa que se salga de eso, no tiene ya nada que ver con lo que yo fui invitado a formar parte. Yo nunca vi a Tito Fernández como líder espiritual”, acota.

Lu Rivera.

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