Roger Rodríguez (arriba) y Kevin Bajaña (abajo) fueron detenidos la madruga del lunes, a cuadras del ataque.

El edificio de departamentos que se ubica en Merced 562, junto a un supermercado, fue escenario de un violento asesinato durante la madrugada del lunes 3 de diciembre. El fallecido era el colombiano Jason Rodríguez, que recibió dos balazos luego que un grupo irrumpió en el departamento que arrendado en el piso 17. En principio se dijo que la policía detuvo a cuatro hombres y una mujer. Pero hoy todos los detenidos están en Santiago Uno, una cárcel masculina.

El ataque donde murió Jason Rodríguez duró seis minutos entre que un grupo de nueve personas se presentó en la conserjería del edificio y el instante en que todos se fueron. Llegaron a la 01.06 horas, subieron por las escaleras hasta el departamento 1702 del piso 17; ahí empezaron a golpear la puerta —así se aprecia en un video— y al rato la rompieron. Rodríguez quedó atrapado debajo, porque había estado sosteniéndola para impedir que el grupo entrara. Le pegaron y le dieron un balazo en la mandíbula y otro en el cráneo.

En el departamento, además del colombiano había al menos otras cinco personas, según expuso la fiscal Eugenia Duffau en la audiencia donde presentó los cargos, el miércoles en la tarde. Tres se encerraron en el baño y dos mujeres se fueron al balcón: una trepó al piso 18 y otra se descolgó al 16. La que se fue al 18 era una ecuatoriana que desde hacía tres meses tenía una relación sentimental con Jason Rodríguez. Se llama María M. y —dijo en la declaración a la policía— varios de los ahora detenidos, ligados al comercio sexual, la andaban buscando: William Cañola (30, que se hace llamar Racquel), Sandy Sáenz (33, conocida como Juana) y Daniel Valdez (21, que se presenta como Daniela).

Según el testimonio de María M. expuesto en la audiencia, llegó a Chile hace como un año en calidad de turista y luego de intentar trabajar en La Vega y en aseo, conoció a una paisana suya que la contactó con Juana o Sandy Sáenz, quien —dice María M.— le planteó ejercer la prostitución en el sector de Malaquías Concha con General Bustamante, en el límite entre Providencia y Ñuñoa.

Hace unos tres meses se emparejó con Jason Ramírez y una noche, tras una pelea por motivos sentimentales, él la fue a buscar a Bustamante para hacer las paces. En ese lugar se topó a un transexual, que habría intentado acercársele de una forma que Ramírez no tomó bien y por eso, en respuesta, lo hirió en la cabeza.

Después del incidente, Juana le habría exigido a ella que le pagara 500 mil pesos para que seguir trabajando en el sector, a lo cual María M. se negó. Entonces, una noche de la semana pasada, mientras estaba en el parque —prosigue su testimonio— escuchó a un grupo que venía gritando su nombre. Asustada se escondió en una Copec cercana. Cuando ya no oyó los gritos, fue al sitio donde había estado y ahí encontró una cuchilla clavada en un árbol. Luego de eso, ella con Ramírez se cambiaron a vivir a Merced el sábado pasado. El hombre hacía planes para irse de Chile y ya había roto con ella, dice la mujer en su testimonio.

Ese mismo fin de semana, cuando María M. iba por el pasillo del piso 17 se topó con un familiar de Juana, que vivía justo en el departamento contiguo al de ella y Ramírez.

Lo que pasó exactamente durante la madrugada del lunes todavía se está investigando. Porque dado que dos mujeres huyeron por el balcón y tres personas se encerraron en el baño, nadie vio quiénes eran los que estaban echando abajo la puerta o los que dieron golpes, machetazos y balazos a Jason Ramírez.

Coinciden en una versión: los que irrumpieron en el piso 17 llegaron gritando que eran de la PDI y que les abrieran. No lo hicieron —dice otra de las testigos— porque entre las órdenes también escucharon algunos garabatos. Existe un registro de cámaras de seguridad, donde se aprecia a varias personas, y entre las armas que portan se aprecian dos pistolas (una la habría hallado una auxiliar a las 7.10 horas del lunes en el schaft del piso 18, donde también había un machete ensangrentado).

Los cinco detenidos fueron apresados por carabineros rato después. Dos uniformados revisaron los videos y vieron entre el grupo a algunos que conocían porque les habían hecho controles de identidad en Plaza de Armas y la Estación Mapocho, cuando supuestamente ejercían la prostitución. Iniciaron un patrullaje y a las 3.30 de la madrugada, se toparon con un taxi en una esquina de Teatinos con San Pablo. Ahí detuvieron a Roger Rodríguez (19), Kevin Bajaña (19) además de Valdez y Sáenz. A Cañola lo apresaron a las 4.30 en Alonso Ovalle.

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“Maipo”: así se llama la marca que el Gobierno Metropolitano quiere potenciar para identificar al valle del mismo nombre como zona enoturística y ganar presencia frente a otros valles vitivinícolas de Chile, como Colchagua y Casablanca.

La marca, que también representará a las más de 30 viñas que funcionan en la Región Metropolitana y que están abiertas al turismo, fue lanzada esta mañana en la Viña Santa Carolina, que es reconocida por sus más de 140 años de historia y sus imponentes edificaciones coloniales, las que han sido declaradas monumento nacional.

Se trata de un proyecto que impulsó la Corporación Regional de Desarrollo Territorial y Turismo de Santiago, con apoyo Gobierno Metropolitano.

Según cifras de la Intendencia Metropolitana, el valle del Maipo recibe alrededor del 40% del total de los enoturistas de Chile, y de acuerdo al estudio “Caracterización y Percepción de Turistas que visitan las Viñas del Valle del Maipo”, elaborado este año por la Corporación, se percibió que durante 2017, el valle experimentó cerca de 300 mil visitas, de ellos 29,1% eran turistas nacionales y un 70,9% visitantes internacionales.

La intendenta Karla Rubilar apuesta a que la región no solo sea la capital del país sino también “convertirse en la capital enoturística. Es un aspecto que hasta el momento no se ha potenciado y por ello, es que queremos darle mayor visibilidad y posicionar al valle del Maipo, como el más grande de Chile a sólo unos minutos del centro de Santiago”.

Matías López, gerente general de la Corporación Regional explica que con la marca también se busca aumentar el interés internacional por esta zona: “Permitirá mejorar su posicionamiento a nivel local e internacional, potenciándolas diversas experiencias que se pueden desarrollar además de los Tours del Vino, como son paseos en bicicleta, picnic, visita a museos, gastronomía, cabalgatas, eventos, entre otras actividades”.

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