Era extrovertida, muy coqueta, jugábamos como niños”.

Francisco Silva en informe psiquiátrico

Francisco Silva (37) es imputable por el crimen del profesor Nibaldo Villegas (50), ocurrido en Villa Alemana en agosto pasado y por el cual también está detenida Johanna Hernández (32), la esposa del difunto. Eso dice el informe que el psiquiatra Mario Bustos elaboró a partir de dos entrevistas que tuvo con Silva en la cárcel de Valparaíso, el 5 y el 11 de octubre pasado. El examen había sido pedido por el entonces defensor de Silva, Peter Pirtzl, empecinado en mostrar los problemas mentales de su cliente (de hecho, también logró que le hicieran un peritaje en el Servicio Médico Legal de Santiago). Luego Silva se deshizo de Pirtzl y contrató a Carlos Oliva, que cambió de estrategia.

En el documento el psiquiatra Mario Bustos no sólo evalúa a Silva —en 12 oportunidades aparece la idea de que escuchaba voces— sino que ofrece un relato de la vida del paramédico devenido en guardia de la construcción y también pasajes de la noche del 10 al 11 de agosto, cuando que él y Johanna Hernández, su amante, fueron sobre el profesor Nibaldo en la casa de dos pisos de Villa Alemana. “Sabía que usted vendría a verme; por eso anoté varias cosas de mi vida para que no se me olviden”, habrían sido las palabras de Silva al iniciar una de las entrevistas, consigna el informe de Bustos.

Operado con un bypass gástrico en 2010 en Santiago para bajar sus 120 kilos, asegura que en 2011 trató de suicidarse y por eso lo internaron en una clínica en Ñuñoa de la que se fue porque le salía “caro”. “Por vergüenza nunca dije que escuchaba voces, porque como paramédico sabía que escuchar voces me podía traer problemas para mantener mi trabajo”. En esa misma época se casó y dijo que se hizo una vasectomía para no tener más hijos (a esas alturas ya era padre de tres niñas). Su esposa le dijo que fuera al doctor, porque “yo he golpeado a casi todas mis parejas (…) puedo estar dejando la c… literalmente y no me doy cuenta”.

Con su esposa estuvo hasta 2017, relata. “Mi matrimonio no iba muy bien y conocí a esta otra mujer (alude a Johanna Hernández), que me llenó la cabeza de pajaritos y me llevó a hacer lo que hicimos”, dice. En otro capítulo, añade más elementos de su relación con la esposa del profesor Villegas: “Ella se fue a vivir con su mamá y el marido igual molestaba y molestaba. En una conversación ella me decía que este h… se tenía que morir y mis voces me decían que es verdad. Ella me decía: así voy a quedar yo con pensión, tu te llevas bien con mis hijos”. Tiene más cosas que decir: “Y yo le creí… rompí mi matrimonio y no era tan malo y ella me mintió, me embarcó y yo le creí (…) Ella era extrovertida, muy coqueta, jugábamos como niños, pasábamos horas juntos sin darnos un beso, era una relación entretenida”, añade.

Lo noche en cuestión

El informe de Bustos también ofrece la versión que Francisco Silva tiene de la noche en que murió el profesor Villegas. “Un día ella lo drogó con quetiapina y clonazepan y así le cortó un brazo, luego ella me mandó una foto por WhatsApp y me dijo que Nibaldo estaba listo, ahí yo entré porque estaba como a unas tres cuadras (...) Cuando entré ella estaba sonriente y Nibaldo ya desangrado… y ella le enterró el cuchillo en el pecho con rabia (…) Al rato ella me dice, ch… la cagué, ya no lo podemos pasar por suicidio y yo estaba viendo y entonces lo empezamos a cortar en la cama (…) luego lo bajamos al living porque estaba difícil (…) Al bajarlo por la escala se desprendió la cabeza de él (…) pensar que mis manos hicieron eso”, fue el relato que el entregó al psiquiatra. Dice que enseguida ella “limpio todo muy bien y yo estaba bloqueado abajo, guardando las partes del cuerpo en bolsas”.

“De a poco fuimos conversando la idea de desaparecer a Nibaldo”, añade en referencia a Johanna. “Me pidió que hiciera aparecer los medicamentos, por Facebook yo conseguí diazepan, yo tenía quetiapina en casa (…) Ella es muy manipuladora y me convenció que había que eliminarlo y las voces me decían, sí hay que eliminarlo para que sean felices”.

Sea como fuere, en su informe el psiquiatra encuentra que Silva tiene un relato “fluido”, “a ratos con riqueza de términos, expresiones y vocabulario, alternando con evasión algunas respuestas, reiterando que sus respuestas son ‘indicadas por las voces que lo guían'”. Y en las conclusiones Bustos escribió que Silva muestra una “permanente conducta de evitación al interrogatorio dirigido y activa exageración de pseudo síntomas relacionados con patología mental, pero incongruentes con una enfermedad real (…) No existe síntoma alguno ni el desarrollo de su relato es compatible con una enfermedad psicótica ni con un deterioro mental”, afirma el especialista.

En el informe Bustos resume que Silva es un “simulador de patología psiquiátrica”, pero que hay que tenerlo vigilado por “alto riesgo de intentar suicidio (…) el trastorno psicopático de su personalidad es irreversible e irrecuperable”, afirma.

Silva en una audiencia el 9 de octubre pasado.

Pedidos por su defensa

Los informes de Johanna Hernández

Francisco Silva no es el único que ha estado en una institución asistencial en este caso. La viuda del profesor Nibaldo Villegas, Johanna Hernández, que también está formalizada por su muerte, permaneció en tratamiento durante este año. En un escrito presentado a fines de noviembre por su abogado defensor, Dagoberto Pastén, se indica que “estuvo internada durante 2018 en el Hospital de Peñablanca, asimismo tuvo tratamiento médico ambulatorio en Villa Alemana”. El defensor de la mujer le pidió al tribunal ir personalmente a ambos centros hospitalarios a que le entreguen las fichas clínicas, para acompañarlas a los peritajes psiquiátrico, psicológico y social que han sido resueltos respecto de Johanna Hernández. El abogado quiere ir personalmente a recoger ambas fichas clínicas para evitar filtraciones.

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