La semana pasada el vino Milla Cala del 2012 se ubicó 22º en el listado de los 100 mejores del mundo de la revista Wine Spectator. Fue el único chileno situado en la parte alta de la tabla. Sólo hubo otro, el Peumo Serie Riberas Gran Reserva Carmenere (2016) de Concha y Toro, que figuró 70º.

Las sólo 4 mil cajas del Milla Cala son producidas en la pequeña Viña VIK, situada en lo profundo del Valle de Millahue, en San Vicente de Tagua Tagua, donde el magnate Alexander Vik (63) instaló también el único hotel en Chile que se autodenomina “de siete estrellas”. Que también lleva su apellido. Se llama Vik Chile.

“Hemos estado trabajando muy duro en los últimos 14 años desde el inicio del proyecto, con el objetivo de producir algunos de los mejores vinos del mundo. Seleccionamos el final del Valle de Millahue en Chile, donde está ubicada VIK, tras varios años de cuidadosos estudios científicos, porque consideramos que obtendríamos las cualidades excepcionales necesarias para alcanzar nuestro objetivo. Desde 2006 hemos probado miles de opciones, todas con el objetivo de producir vinos de alta calidad”, explica Alexander Vik, al ser consultado vía correo electrónico mediante su oficina de relaciones públicas, no en Santiago de Chile, sino en Nueva York.

—¿Qué es lo más destacado de la producción de este vino?

—Hemos invertido mucho tiempo y energía en la viticultura, y nuestro equipo ha trabajado muy duro para hacer crecer lo mejor posible las vides. Tenemos un enfoque holístico para el proceso de vinificación y así, al final, dejar que las uvas se expresen naturalmente en la bodega, manteniendo el vino lo más puro posible.

Para Forbes, es “el hombre más interesante del mundo…”

Todo es grandilocuente en torno a Vik. Si hasta Forbes tituló en 2014 con él, denominándolo “El hombre más interesante del mundo (mientras no te deba dinero)”. Es que su fortuna, avaluada en US$ 1.000 millones por la misma revista, ha sido objeto de controversia.

Su historia parte en Estocolmo, Suecia, donde nació hijo de padre noruego y madre uruguaya, y vivió por años en Tenerife, Islas Canarias. Entonces, dependiendo del lugar, la prensa cambia su gentilicio. Aunque el más usual es noruego.

Estudió economía en la Universidad de Harvard y fue bicampeón de golf de la Ivy League, la liga de las universidades top de Estados Unidos. Sobrevivió a una avalancha de nieve en Canadá cuando practicaba heliesquí. Sus hijos crecieron en una mansión en Connecticut, EE.UU., que perteneció a la familia Rockefeller, pero su residencia oficial está en Mónaco.

Y su dinero lo hizo con el auge de las punto com, a principios de los 90, luego de que la empresa que fundó, Xcelera, comprara una serie de pequeñas tecnológicas y se transformara en una compañía que llegó a US$ 10 mil millones en valor bursátil, algo así como un SQM de la internet. Pero como otras firmas de ese tiempo, explotó dejando varios heridos en el camino. Uno de ellos, el Deutsche Bank, hasta hoy le demanda US$ 290 millones que dice que le debe.

Más allá del mal recuerdo de su paso por la tecnología, del cual no habla, Vik hoy está dedicado a su cadena de 11 hoteles, en España, República Dominicana, Uruguay y en nuestro país, que obviamente llevan su apellido. Y en estos días, a celebrar a su viña en Chile.

—¿Tiene en mente comprar más tierras para viñedos en este país?

—Tenemos 4.400 hectáreas en VIK, un montón de tierra extraordinaria para trabajar. La elegimos por su excepcional terroir para hacer vinos tintos.

Anuncia nuevo hotel de lujo

Quizás más o igual de conocido en los círculos del lujo mundial que su viña es su hotel Vik Chile. Una rareza por estos lares. Pues ningún lodge ni hotel premium de Chile se define como superior a cinco estrellas. Y éste dice tener siete.

El centro turístico, diseñado por el arquitecto chileno Smiljan Radic, en medio de la viña y con una privilegiada vista hacia una laguna y el cajón del valle del Millahue, ofrece una habitación por una noche para fines de marzo del próximo año, en plena vendimia, en casi $1 millón. Si prefiere pasar un fin de semana en pleno verano, le saldrá cerca de $1,5 millones.

—¿Qué tiene de diferente este hotel con los otros que existen en el país?

—No estoy en posición de comparar Vik Chile con otros, pero hacemos nuestro mejor esfuerzo para hacer que la experiencia del huésped sea tan interesante y única como sea posible, de manera de ofrecerles a nuestros visitantes estadías excepcionales. Puede ser el entorno físico, la belleza natural, la gran variedad de arte de extraordinaria calidad, la arquitectura, el diseño, el servicio, las actividades disponibles para nuestros huéspedes y, por supuesto, nuestros vinos y ofertas culinarias; aunque es difícil decirlo. Probablemente sea una combinación de todo ello.

Confiesa que cada vez que viene a Chile, en general dos o tres veces al año como ha dicho en otras entrevistas, parte a pasear en bicicleta de montaña por entre las vides por un par de horas. “Una excelente manera de conectarse con los vinos en la viña y así comenzar bien el día”, cuenta.

Y al consultársele por nuevos planes de inversión en el país, lanza una buena nueva. “¡Estamos lanzando Puro Vik! Será un nuevo hotel Vik Retreat, que trabajará en tándem con Vik Chile”. Se trata de 19 cabañas de vidrio (tres paredes transparentes), con arquitectura y diseño de ultralujo, que miran el valle desde una colina y que serán inauguradas en el primer semestre de 2019.

—¿Y está interesado en invertir en otro sector productivo en Chile?

—No he estado buscando nuevas oportunidades; pero como emprendedor, siempre estoy abierto a nuevas ideas.

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