willy rojas (cep)

Anoche se desató la “Petermanía” en Providencia. Luego de que se ocuparan las 200 butacas del auditorio del CEP para escuchar por primera vez en Chile al filósofo alemán Peter Sloterdijk, unas 50 personas se ubicaron en el piso y las escaleras. Como seguía llegando gente, la organización debió disponer de otros dos salones para que los invitados pudieran ver al académico a través de televisores. Ambas se llenaron.

Y no es para menos. Sloterdijk ha sido calificado como «el Nietzsche del siglo XXI» y una de las figuras más provocativas del pensamiento contemporáneo. En Alemania es una figura popular, que a menudo aparece en televisión comentando desde filosofía hasta fútbol. Fue acusado por Jürgen Habermas de promover una retórica nazista, y propone ideas tan revolucionarias como que los impuestos sean reemplazados por donaciones voluntarias.

Sloterdijk entró a las 19:00 en punto al auditorio. Un hombre alto, robusto, de caminar pausado y voz ronca. Ovación cerrada del público. Desde las primeras filas aplaudían los líderes de la intelectualidad académica chilena: decanos de universidades, catedráticos, filósofos e historiadores. Desde el empresariado, los “Peterlovers” fueron Juan Andrés Camus (presidente de la Bolsa de Santiago) y Carlo Solari (presidente del directorio de Falabella).

Destacó la presencia del rector de la UC, Ignacio Sánchez, quien tenía un espacio reservado en primera fila junto al filósofo Hugo Herrera y al presidente del CEP, Enrique Barros. Los rectores Carlos Peña (UDP) y Harald Beyer (UAI) tenían su asiento reservado, pero no llegaron.

Sin duda, una de las más entusiasmadas con la visita fue Carla Cordua, filósofa premio nacional de Humanidades 2011. Confesa admiradora del trabajo de Sloterdijk, se ubicó en primera fila y no despegó su atención del alemán. Sus años de estudio en Freiburg y Colonia le permitieron ser una de las pocas invitadas que no necesitó audífono de traducción.

Al borde de la ansiedad, intentó hacerle una pregunta a Sloterdijk en medio de la charla, siendo avisada de que la ronda de preguntas era al final. Al terminar el encuentro, Cordua no quiso comentar con La Segunda sus impresiones de la charla, pero conversó con otros invitados que la organización podría haber sido mejor.

Si bien la actividad se suponía seria, profunda e intelectual, Sloterdijk no perdió momento para bromear, sacando más de alguna risa en la audiencia. Sin embargo, el profesor y comunicador Cristián Warnken, dueño de una voz profunda, destacó en la sala por sus carcajadas.

Se sentó junto a la filósofa María “Maruja” del Solar. Ambos tenían un solo audífono traductor que compartían de oreja a oreja mientras se reían ampliamente con el humor alemán de Sloterdijk. “Para mí ha sido un festín del sentido del humor. Él siempre te está desconcertando, te está moviendo el piso o te hace un giro inesperado”, dijo Warnken.

“Lo que pasó hoy es un acontecimiento. No convirtamos esto en un evento, porque en Chile decimos que todo es un evento. Es una oportunidad única de poder escuchar en vivo a un pensador que se sale de los límites estrechos de la academia. Estamos frente a un pensador de la talla de un Heidegger o un Nietzsche”, señaló.

“Es un privilegio para Chile”

El director del CEP, Leonidas Montes, aseguró que esta actividad fue “un regalo del CEP para Chile”. “Sloterdijk no acostumbra a viajar. Generalmente realiza charlas en Alemania y sus alrededores, pero no le gusta moverse a otros lugares. El hecho de que haya visitado Chile es un privilegio”, dijo.

Después del encuentro, Montes fue con Sloterdijk y su mujer al Hotel The Singular, en el Barrio Lastarria. El alemán se inclinó por la gastronomía sudamericana, escogió vino carmenere para beber y carne de guanaco de fondo.

Mientras comían, conversaron de las próximas actividades que tendrá el filósofo en Chile. Mañana dictará una charla llamada “El Estado y el Futuro de la Sociedad” en el mismo auditorio del CEP, y el miércoles analizará la filosofía contemporánea junto a Cristián Warnken en una actividad abierta a todo público en la Biblioteca Nacional.

El rector Sánchez, en la oficina de Leonidas Montes, saluda a Sloterdijk y a su esposa.

Fotos jorge espinoza

Roberto Torreti, Carla Cordua, Cristóbal Joanon y Ernesto Ayala.

“Es un acontecimiento”, dijo Warnken.

Cristóbal Joanon y Pablo Chiuminatto.

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