“Ellos tomaron conocimiento de lo que pasaba con carabineros a través de otros compañeros de delito”.

Sergio Soto, fiscal del caso

“Cualquier prueba que hubiese quedado, se encargaban de borrarla y eliminarla”.

Iván Villanueva, Brigada de Robos de la PDI

Esto partió cuando carabineros de la Sexta Comisaría de Recoleta encontraron en pleno robo a un amigo de Jesús Droguett Romo (28). Ahí, presuntamente, se entabló un acuerdo de seis uniformados de esa unidad y delincuentes de la zona norte de Santiago, que siguió incluso después de que ese primer contacto fue detenido. Porque ahí, a inicios de 2017, el vínculo lo heredó Droguett Romo, perteneciente a la banda de Los Ketchup (Conchalí) y que luego convidó a Los Chacana (Recoleta). Mediante este sistema se perpetraron 16 robos y un homicidio. Hoy, en el 2° Juzgado de Garantía, 21 personas eran formalizadas por los robos, además de soborno, cohecho e incumplimiento de deberes.

Droguett acababa de cumplir en la ex Penitenciaría una condena que partió en diciembre de 2012 y terminó en abril de 2016. Era por tres delitos. En el más grave lo atraparon mientras manejaba un Nissan 1998 que tenía encargo por robo. Alguien se lo había llevado cuando estaba estacionado frente a la casa de los dueños. También había entrado a robar a la bodega de una empresa de buses en calle Palmilla, en Conchalí, y a otra firma más, ubicada en calle La Serena, en la comuna de Recoleta. Droguett residía actualmente en una población de Conchalí.

Según Sergio Soto, fiscal jefe de la Unidad de Focos de la Fiscalía Occidente, Droguett se convirtió en el enlace con los policías. Así se ponían de acuerdo cuando los carabineros estaban de turno para entrar a bodegas y negocios, en las horas en que ahí no había nadie. Dependiendo de lo que se robaran, añadió el fiscal, los policías recibían entre 100 mil y 300 mil pesos o carne, porque Droguett y sus asociados de los Chacana tenían una inclinación por robarse depósitos de ganado faenado. Todos ellos ocurrieron en las comunas de Recoleta, Conchalí, Renca y Cerrillos.

Los primeros indicios del sistema provinieron de un sujeto que fue detenido en un caso de robo de camiones en la salida de Santiago. “De acuerdo a la información que los mismos detenidos de ahora nos han entregado, ellos tomaron conocimiento de lo que pasaba con carabineros a través de otros compañeros de delito, que luego cayeron detenidos, de manera que dejaron vacante el cargo y ellos lo asumieron. Esta actividad que realizaban los policías, entonces, es de antigua data y ellos sólo la tomaron a partir de 2017”, relató el fiscal Sergio Soto.

Chacana invitado

Fue Droguett quien incorporó en la operación a Braulio Chacana Gómez (27), líder de un clan familiar que es conocido en Colina por ese mismo apellido. Braulio Chacana es un tipo de delitos más violentos. En los últimos meses, de acuerdo con la información de la PDI, estuvo escondido en San Fernando, y de ahí viajaba todos los días a Santiago a contactarse con sus parientes. Entre otras cosas, Braulio Chacana tiene una condena por un homicidio frustrado, ocurrido en 2011.

Según dice la condenada del Juzgado de Colina, en diciembre de ese año, como a las 4 de la mañana, Braulio Chacana intentó ingresar a una discoteca cuando un guardia de seguridad descubrió que llevaba un cuchillo. Le dijo que no podía pasar. Pues bien, dice la condena, Braulio se lo clavó en el pecho y luego hirió con la misma herramienta a otras dos personas. Fue condenado como autor de homicidio simple a dos años de prisión, más otros 300 días por las lesiones que les infirió a dos personas que estaban en el lugar.

“Las dos bandas se prestan compañeros. Este es un tema cada vez más recurrente en delincuencia especializada, porque saben que con un solo grupo no alcanzan a articular un robo de gran envergadura. Y pese a que no pierden su identidad, comienzan a asociarse. En este caso, los Chacana por sí solos no podían cometer estos delitos. Tampoco los Ketchup”, dice Iván Villanueva, prefecto inspector, jefe nacional de la Brigada de Robos y Focos Criminales de la PDI.

Sistema convenido

El prefecto inspector Villanueva también detalló que el modelo de trabajo que habían ideado consistía en que los carabineros llegaban al sitio del suceso y tomaban las primeras diligencias, pero luego no avisaban a la fiscalía. “Eso es muy complejo porque cualquier prueba que hubiese quedado, se encargaban de borrarla y eliminarla para que nosotros no llegáramos con la orden de investigar”. Villanueva. Entre otras herramientas de trabajo, la policía encontró que una de las bandas tenía también un inhibidor de señales de celular con un alcance de 500 metros a la redonda. De acuerdo con la información policial, Braulio y Jorge Chacana dirigen al grupo de presuntos malhechores. Además de los hermanos, la banda está integrada por primos, cuñados y amigos. Son entre seis y ocho, pero la PDI tiene identificados a seis presuntos participantes.

Los seis carabineros que, según la información de las autoridades participaban en los delitos, eran Juan Carlos León, Armín Catricura, Pedro Altamirano, Guillermo Aránguiz, Javier Sotelo y Jorge Sánchez.

Jesús Droguett, de Los Ketchup.

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