“La hierba rica-rica es el secreto mejor guardado de San Pedro de Atacama, porque además de sus propiedades analgésicas, digestivas y contra los síntomas de la puna, tiene un sabor intenso y misterioso”, dice Catalina von Dessauer, abogada experta en derecho corporativo del estudio PPU.

Explica que en su último viaje a ese oasis del norte con varias amigas pudo probar la rica-rica tanto en infusiones calientes, como saborizando limonadas y pisco sour. “Sabe dulce y huele a lima, con un dejo ácido, áspero y persistente, que te hace conectarte con la serenidad del altiplano”, evoca.

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Cada cierto tiempo aparecen voces pregonando la próxima gran crisis financiera. En las últimas semanas ha sido la tónica, pero mientras algunos comentarios están bien argumentados, otros son alarmistas sin más. Lamentablemente, para el público común no siempre es fácil distinguir a unos de otros.

Cuentan que hace unos años se juntaron 400 mil jugadores de cara y sello. Empezó el juego y rápidamente se eliminó a la mitad, luego a la mitad de los que quedaban y así. Pasado un rato quedaban en competencia un poco más de 400 jugadores. El público se empezó a fijar en algunos jugadores que ganaban sistemáticamente y les atribuyó rápidamente habilidades especiales, y ante la fama, éstos empezaron a darse importancia e incluso a dar consejos en distintas entrevistas. La prensa publicó pequeñas biografías de los que iban avanzando en la competencia y fotos con autos de lujo en las páginas sociales.

El punto es que a veces le damos valor a opiniones que sólo son ruido. Abundan los casos famosos con un mal final. Hoy existen elementos que de ser mal manejados pueden gatillar diversas crisis: estamos en un ciclo de alza de tasas de interés en Estados Unidos, los aún desconocidos alcances de la guerra comercial, el aumento en el precio del petróleo, los altos niveles de deuda y los temas geopolíticos. Sin embargo, la experiencia adquirida en el manejo de crisis anteriores, sumado a mejores fundamentos, mayores regulaciones e instituciones financieras más sólidas, permiten mirar con más sensatez lo que viene. Si algo sabemos de las crisis es que son difíciles de anticipar con precisión y una vez ocurridas, fáciles —casi obvias— de explicar. Si usted es de los que está preocupado, la receta es simple: asesórese con su experto de cabecera para bajar el nivel de riesgo de su cartera, reduzca en lo posible su nivel de deuda y privilegie productos líquidos. Pero salvo cambios de fondo en sus percepciones, quédese ahí un par de años, que esto es serio y no es para estar jugándoselo todas las semanas al cara y sello.

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Las preocupaciones de la constructora Astaldi no sólo están centradas en resolver la crisis financiera de su matriz en Italia. La compañía —cuyo CEO mundial es Filippo Stinellis— ya dio luz verde a su filial en Chile para renegociar sus contratos con Codelco, luego de que la cuprífera cobrara una boleta de garantía por US$62 millones por obras en Chuqui y Teniente.

¿Pero quiénes están detrás de la firma en Chile? El ejecutivo clave de Astaldi Concesiones en Sudamérica es el italiano Corrado Fabbri, su director ejecutivo. Ingeniero civil de la U. de La Sapienza en Roma, diplomado en finanzas de la UC, lleva 23 años en Astaldi y habla en cuatro idiomas.

“Corrado es un duro de la compañía en la zona, tiene contacto directo con Roma, es el hombre fuerte en la región y el responsable del grupo en Latam. Es un profesional notable y de muchas capacidades”, comenta una fuente de la compañía.

Le sigue Mónica Castelli, gerenta de operaciones, doctora en Economía de la U. Católica de Milán y diplomada en finanzas de la Universidad Adolfo Ibáñez. Lleva 10 años en el grupo, dos en Chile y habla cuatro idiomas. Su marido Manuel Sáenz, nicaragüense, es gerente de desarrollo y está a cargo del embalse Punilla, una de las grandes iniciativas que tiene la italiana en el país, por lo cual se ha reunido varias veces con el director ejecutivo del SEA, Hernán Brücher y el intendente del Bío Bio, Jorge Ulloa. Los tres cargos son a nivel latinoamericano.

Mientras que el country manager de Astaldi Chile es Matteo Bordin, ingeniero civil de La Sapienza, que antes ocupó el mismo cargo en Bolivia, Perú y Argentina y lleva cuatro años en el grupo italiano. Junto a Mateo Bordin, trabaja el gerente de administración y finanzas de Astaldi Chile, Alexis Roa.

Según fuentes de la empresa, Astaldi no tiene directorio en Chile, y trabaja con el estudio de abogados Baker McKenzie. Sin embargo, para enfrentar su reorganización financiera, contrató el abogado Nelson Contador y ha generado sociedades para tramitar ambientalmente sus proyectos, como Novum Mare. Su agencia de comunicaciones es el Grupo Etcheberry.

Sus principales obras en Chile son la construcción del Hospital Félix Bulnes, en la que adeuda $11 mil millones a proveedores; el telescopio del Observatorio Europeo Austral en Antofagasta; el embalse y central hidroeléctrica Punilla en Ñuble; dos túneles en El Teniente y Chuqui para Codelco. También es dueño del 15% de la concesionaria Nueva Pudahuel, que opera el aeropuerto de Santiago, mientras su brazo de construcciones está a cargo de las obras de ampliación del terminal aéreo.

Corrado Fabbri, director ejecutivo de Astaldi Concesiones en Sudamérica.

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El alza de tasas que realizó el Banco Central la semana pasada y que sorprendió al mercado, tuvo un elemento polémico: para su decisión, el Central privilegió los datos administrativos (como el Seguro de Cesantía), por sobre las encuestas del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esto fue criticado en Bloomberg (acusaron el uso de una “fuente misteriosa” de datos) y por agentes del mercado. Mientras expertos en estadísticas apoyaron las dudas del Central.

Esta mañana, Mario Marcel, presidente del Banco Central, respaldó su decisión, eso sí, en lenguaje de la institución. “El predominio tradicional de las encuestas económicas regulares se ve cada vez más desafiado por el aumento de los conjuntos de datos administrativos y el big data”, dijo en la Conferencia Anual sobre dinámicas inflacionarias. “Un banco central que opera en un entorno con visión de futuro (...) tiene la responsabilidad última de utilizar toda la información relevante disponible”, agregó.

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