“Si estos jóvenes hacen una protesta y no tienen un pliego de peticiones, quiere decir que protestan por una cosa que no es expresable”.

En una oficina de Matríztica, en Providencia, el premio nacional de Ciencias Humberto Maturana y la orientadora Ximena Dávila intercambian ideas sin detenerse. Trabajan juntos hace 18 años: se escuchan, se preguntan y se complementan. Con la misma naturalidad con que hablan del ser humano, también abordan los cientos de denuncias de abusos sexuales.

Maturana (90) recuerda un episodio que podría ser el germen de un pensamiento que, décadas después, fundamentó sus reflexiones. “Yo crecí católico. Mi abuelita era profundamente católica y con mis hermanos crecimos con ella porque la mamá trabajaba, y la acompañábamos a misa. Pero en un momento la abuelita se murió y la mamá notó que los niños ya no iban a misa. Entonces nos llamó y nos dijo lo siguiente: el pecado no existe; las conductas no son buenas ni malas en sí mismas, son adecuadas o no adecuadas, oportunas o no oportunas, y es responsabilidad de cada uno saber cuál va en cada momento. Vayan a jugar”.

Continúa: “¿Qué más querría yo? Una mamá que te entrega libertad, responsabilidad. No es un gesto contra lo divino, ni siquiera es un gesto contra lo religioso. Uno puede creer en Dios, pero es responsabilidad de uno”.

—¿Cómo analizan las denuncias por abuso de la Iglesia?

Ximena Dávila (XD): Era como tapar el sol con un dedo.

Humberto Maturana (HM): En la Iglesia vienen desde los romanos.

XD: Sorprende que fuese tanto en Chile. Esta es una gran oportunidad de denunciar el abuso en todas sus formas.

HM: Yo siento como tú. Estaba pensando en cómo estamos viviendo de manera que aparece, se realiza y conserva el abuso sexual. ¿Qué inferioridad está satisfaciendo el abusador, qué envidia? Porque el abusador tiene que sentirse muy inferior como para aprovechar una pequeñita oportunidad de ser más potente que otro.

XD: Un abusador es una persona insegura, que no se aprecia a sí mismo, y tiene que aprovechar cualquier instancia para sentirse poderoso frente a otro.

—¿Cómo iniciar una conversación como país sobre los abusos en la Iglesia?

XD: Sacando a quienes representan a lo antiguo. Mientras esto no ocurra, no podrán abrirse conversaciones honestas. Falta un recambio generacional.

HM: Tal vez también hay que reflexionar sobre abrir espacios de elección (en la Iglesia), por ejemplo, de la sexualidad. ¿Puede una persona escoger ser célibe? Sí. ¿Puede obedecer una norma de ser célibe? Cuando alguien está metido en normas se encuentra atrapado y busca un camino, y en la medida que le resulta se vuelve adicto a él. Entonces, ¿qué pasaría si el celibato no fuese una obligación, sino una declaración de voluntad? Nosotros pensamos que el dicho “la ocasión hace al ladrón” no es válido: el ladrón hace la ocasión, está escogiendo. Tenemos que ver cómo limpiamos nuestra convivencia para no escoger ese camino.

—¿Cree que hay que renovar los principios del catolicismo?

HM: Yo estoy de acuerdo con renovar principios que resultan tramposos porque no son coherentes con lo que uno está dispuesto a hacer. Por ejemplo, el tema del sexo ¿cómo resuelvo ese conflicto? ¿Obedezco una orden o escojo? Tiene que haber espacio para escoger porque lo central es la honestidad.

“Aula segura y responsable”

Una de sus preocupaciones es el aprendizaje de los niños en el siglo XXI y analizar cómo se está educando.

—Hoy se debate por la violencia en las protestas en algunos liceos.

HM: Si estos jóvenes hacen una protesta y no tienen un pliego de peticiones, quiere decir que están protestando por una cosa que no es expresable. Están protestando porque están viviendo un mundo inarmónico. La familia no tiene armonía porque son muchos hijos, o el papá o la mamá tienen que trabajar hasta muy tarde. No tienen presencia, no se conversa porque se tiene una tablet”.

—¿Se explica esa desarmonía en no sentirse parte de una comunidad?

HM: Claro, si no han conversado nunca, ni en la casa ni en la escuela, sobre el convivir, y reciben instrucción de normas, pero no han participado en una reflexión sobre cómo eso se vive, protestan. ¿Por qué? Porque no encajan bien en ninguna parte, no saben dónde están, y hacen estas cosas tan extremas. Destruyen un colegio cuando quieren un buen colegio, atacan a los profesores cuando quieren tener su compañía.

XD: Los niños y niñas se transforman en la convivencia con los adultos, y si se transmite de generación en generación, surge un linaje. Si está apareciendo este linaje con tanta rabia, hay que preguntarse qué modo de vida tuvieron.

—¿Qué opinan del proyecto de ley “Aula Segura” del Gobierno?

HM: Si tú expulsas, generas resentimiento porque sienten que la exclusión es injusta. La solución no esmás leyes; hay que abrir un espacio de conversación, para que los niños se den cuenta de que son creadores del mundo que están viviendo.

XD: Sin embargo, yo me pongo en el caso de un profesor en la sala de clases y debe tener miedo. ¿Cómo lo hacemos para que ese chico tome conciencia? “Aula segura y responsable”, diría yo. Segura para los profesores, y responsable con los chicos que generan estos problemas, en que el Estado se haga cargo y los mande a talleres donde se van a hacer conscientes de las consecuencias que tiene su actuar.

HM: “Aula segura desde la reflexión”...

XD: “Responsable desde la reflexión”. Ya, le cambiamos el nombre.

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