Una vida sin comer carne ni ingerir productos lácteos: ¿Puede ofrecer algo más que aislamiento social, cortar vegetales eternamente y el intragable queso falso?

Corey Harrower quiere dejar algo claro: "Soy vegano, pero no antipático". Los veganos —personas que no comen ni usan productos de origen animal— tienen fama de hacer proselitismo. Harrower, un exbailarín profesional de 35 años de edad, originario de Vermont (EE.UU.), quiere cambiar esa percepción. Dice que nunca ha tratado directamente de convertir a nadie. "No creo que a nadie le guste la gente que les dice qué comer".

Pero Harrower, quien se volvió vegano hace unos cinco años, puede haber encontrado una forma más ingeniosa de difundir el mensaje. ROLI, la compañía de tecnología musical con sede en Londres, de la cual es el jefe de personal, les ofrece a todos sus empleados un almuerzo gratis todos los días. A su instancia, la comida siempre es vegetariana, y generalmente vegana. Alrededor de 120 empleados ahora almuerzan platos sin carne; algunos se llevan las sobras a casa para la cena.

El almuerzo gratis de ROLI ilustra por qué el veganismo está causando sensación. No es sólo la demanda, que es parte de una tendencia a preocuparse por lo que comemos. No es sólo el respaldo de celebridades como Beyoncé y Lewis Hamilton. La verdadera diferencia es que se está eliminando el dolor en la alimentación vegana. El veganismo tuvo alguna vez connotaciones austeras, incluso monásticas; sus adherentes eran delgados y demacrados, y parecían rechazar no sólo los productos de origen animal, sino la sociedad moderna en su conjunto. Ahora, en ambos lados del Atlántico, los supermercados y restaurantes se están abasteciendo de opciones de origen vegetal. Quorn, la marca de carne falsa, tiene como objetivo aumentar sus ingresos cinco veces hasta alcanzar £1 billón en una década.

Pero aún hay más. Las grandes compañías de carne en EE.UU., como Perdue y Tyson, han invertido en alternativas de origen vegetal. Una de ellas, Beyond Meat, se ha vuelto muy popular en el país del norte. Estaba previsto que comenzara a vender sus hamburguesas en los supermercados Tesco a partir de agosto; el lanzamiento se ha retrasado porque la compañía no puede satisfacer la demanda existente.

Vegano chic

En 2018, tratar de persuadir a alguien de que cambie su dieta, sigue siendo una receta para el conflicto. Pero las comidas sin carne pueden haber pasado cierto punto de inflexión; en muchos escenarios, son el dominador común más bajo, la opción más fácil. El número de veganos en el Reino Unido se ha cuadruplicado en los últimos cuatro años, hasta alcanzar unos 600.000, según la Sociedad Vegana. Hace algún tiempo, cuando un vegano asistía a una cena, le iba bien si le ofrecían frijoles con tostadas. Actualmente, existe la posibilidad de que todo el menú se convierta en algo que todos puedan comer; un chili sin carne o un curry de calabaza.

El veganismo no sólo está ganando conversos; está ayudando a formar un grupo mucho más grande, etiquetado como "flexitarianos" o "reducetarianos", que están tratando de reducir su consumo de carne y productos lácteos. "Si me das una salchicha, me la como. Pero no vas a encontrar tocino en mi refrigerador", dice un colega flexitariano. Más de una cuarta parte de las cenas en el Reino Unido ahora no tienen carne, según la compañía de investigación de consumidores Kantar Worldpanel. Dairy UK, un grupo de la industria, ha advertido que "las generaciones más jóvenes no siempre ven los productos lácteos como una parte esencial de su dieta". Alpro, una de las principales marcas de sustitutos de la leche, dice que uno de cada cuatro hogares del Reino Unido ahora compra sus productos.

En el ámbito de la oficina, Harrower alega que un menú sin carne puede fortalecer el sentido de comunidad porque casi cualquier persona puede comer el mismo platillo. El día que visité la oficina de ROLI, en el noreste de Londres, la oferta gratuita fue ensalada de alcachofa y brócoli, con crutones de pan de centeno y aceite de albahaca. Alegremente hubiera pagado por probar eso en un restaurante.

Esos cambios, probablemente, son más fáciles en compañías como ROLI, donde el personal nunca ha tenido otra alternativa. Cuando Google intentó convertir dos de sus casinos en vegetarianos, una vez a la semana, los empleados se sublevaron. Probablemente también ayuda si los ‘conejillos de india' son más jóvenes.

La juventud del veganismo es su fuerza o su debilidad, dependiendo de a quién se le pregunte. Más de la mitad de los veganos británicos son menores de 35 años. Shane Holland, presidente de Slow Food en el Reino Unido, que hace campaña en favor de ingredientes de mayor calidad, dice: "Creo que esto, probablemente durará mucho más. Los jóvenes seguirán esta dieta durante toda su vida. El veganismo es parte de la vida de la generación de Instagram".

Otros argumentan que, dado que los veganos a menudo son conversos recientes, podrían volver a comer carne. Celebridades como Beyoncé y Serena Williams se han referido al veganismo como una dieta temporal. Algunos veganos reportan problemas de salud; a otros les frustra que la dieta requiere de más trabajo y de estar pensando mucho en qué van a comer.

Mi mes como vegano

Durante un mes, seguí una dieta vegana. Había sido vegetariano durante tres años, pero la idea de dejar los lácteos y los huevos era poco atractiva. Consumía principalmente pastas con queso y tortillas.

Sin embargo, debo admitir que el veganismo es posiblemente una posición más lógica que el vegetarianismo. En primer lugar, se puede argumentar que para los humanos está justificado el comer carne, porque otros animales también lo hacen. Pero ningún animal — o casi ninguno — bebe regularmente leche de otras especies. De hecho, dos tercios de los humanos tienen problemas para digerir la leche, porque sus intestinos dejan de producir cantidades suficientes de la enzima necesaria para el proceso, la lactasa (la intolerancia a la lactosa varía marcadamente según grupos étnicos, pues afecta a más del 90 por ciento de los asiáticos orientales y menos del 5 por ciento de los europeos del norte).

En segundo lugar, si eres vegetariano porque estás en contra de la matanza de animales para su consumo, entonces los huevos y la leche son malas noticias. La producción masiva de huevos implica matar los pollitos machos porque no sirven para la producción posterior. Las vacas lecheras tienen que estar regularmente embarazadas para producir leche; casi todos sus terneros machos son sacrificados por su carne, generalmente durante sus primeros dos años de vida, por la misma razón.

De hecho, cuando se introdujo por primera vez el término "vegetariano" a una amplia audiencia en la década de 1840, parece haberse referido a una dieta vegana. El veganismo cobró vida nuevamente en la década de 1970 como parte del movimiento por los derechos de los animales. Desde entonces, se ha calificado ocasionalmente como una "dieta de origen vegetal", lo cual, al menos para mí, suena aburridamente burocrático. Los logros han sido graduales. Linda McCartney lanzó comidas congeladas en 1991. Las cadenas de café comenzaron a producir leche de soya y de almendras hace una década. Pero las personas que desarrollaban otros productos veganos seguían siendo relativamente aficionados. "No eran científicos especializados en la alimentación ni desarrolladores profesionales de alimentos", dijo Jennifer Pardoe, una consultora de alimentos de origen vegetal.

Para Pardoe, el punto de inflexión fue Coyo, un yogurt sin lácteos hecho casi en su totalidad de leche de coco, que se lanzó en Australia en 2010. Aun así, en 2016, los veganos representaban apenas alrededor del 1% de la población de EE.UU. y el Reino Unido.

Comer se convirtió

en un fastidio

“No me preparé mucho para mi propio experimento. Sabía que estaba adoptando un camino ideológico que me separaría de mis hijos, y que me brindaría beneficios que, en el mejor de los casos, eran inciertos”.

Los defensores del veganismo han intentado facilitar el cambio brindando una semana de menús veganos simples. Gwyneth Paltrow, la actriz convertida en gurú del estilo de vida, ofrece siete días de recetas diferentes. Muéstrame una persona que quiera desayunar cosas diferentes todos los días y te mostraré un psicópata. Especialmente, cuando una de las sugerencias de desayuno de Paltrow es "Sobras de Quinoa".

Lo que yo realmente necesitaba era simplicidad. Sorprendentemente, mi tienda de conveniencia local resultó tener 18 tipos diferentes de "leche" no láctea. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó el año pasado que los productos de origen vegetal no pueden venderse como "leche" o "queso", aunque la leche de almendras y la leche de coco son excepciones. Uno de ellos — la bebida de avena sueca Oatly — solía retar a los clientes a no tomar leche de vaca durante 72 horas. Después de eso, argumentaba, la persona se acostumbraría al sabor. Hay cierta verdad en esto. Nunca fui aficionado a la leche de almendras, pero la leche de soya y la leche de avena, pronto me parecieron bastante decentes.

El crítico culinario Alan Richman, una vez dividió la comida de restaurantes veganos en tres categorías: Vale la pena ordenarla otra vez; Simplemente mala; e Increíblemente Mala. Yo dividiría las cosas de forma distinta: Todos deberían comer esto; Peor pero aceptable; y Ni siquiera lo intenten. En la categoría de ‘Todos deberían comer esto', se incluye la mayor parte de la cocina asiática. En ‘Peor pero aceptable', pondría la leche de soya endulzada, las hamburguesas de Linda McCartney, el pesto a base de tofu y el chocolate oscuro vegano, a lo cual uno se acostumbra rápidamente. La última y más triste categoría, ‘Ni siquiera lo intenten', contiene todo lo relacionado con el queso, incluyendo las pizzas.

El queso es el desafío más difícil para muchos veganos. Los sustitutos disponibles — coco, levadura y nueces — no logran recrear la magia.

En general, en una ciudad como Londres, ser vegetariano se compara con renunciar al auto y depender únicamente del transporte público. Se evita tanta molestia como la que se provoca. Sin embargo, volverse vegano es como comprometerse únicamente a caminar o andar en bicicleta. Muchas cosas se vuelven un inconveniente; algunas quedan completamente fuera del alcance.

El veganismo tiene tres beneficios principales: menos crueldad hacia los animales; un impacto ambiental reducido; y, potencialmente, una mejor salud. Los activistas de los derechos de los animales alegan que las redes sociales les han permitido difundir los agravios de la agricultura industrializada como nunca antes. "Con YouTube y Facebook, tenemos todas varias formas de transmitirles imágenes a las personas. No puedes olvidar lo que viste", dice Dawn Carr, de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés).

Para mí, hay dos obstáculos potenciales en el camino del veganismo hacia la aceptación masiva. En primer lugar, la dieta podría no cambiar el panorama general. ¿El consumo reducido de carne y productos lácteos provocado por el veganismo se verá compensado por un mayor consumo de los mismos productos por parte de personas con regímenes bajos en carbohidratos?

En la UE ha habido modestos descensos en la cantidad de carne de res, cerdo y cordero que se consumen por persona desde el año 2000. Pero la cantidad de pollo que se consume se ha disparado.

El segundo riesgo es que sea sustituido por otra prioridad. A la gente siempre le importará lo que come y su salud, pero esto podría canalizarse hacia la compra de productos locales o "carne ética".

Un profesor de Harvard, el mes pasado describió el aceite de coco, con su alto contenido de grasas saturadas, como "veneno puro". El veganismo está comenzando desde una base tan baja que necesita mantener un gran impulso.

A medida que pasaba mi mes de veganismo, no me sentí más letárgico o más enérgico, no perdí peso, no me sentí como un marginado social. Pero sí tuve dificultades para sentir placer por la comida. Francamente, las comidas se convirtieron en un fastidio. No podía relajarme con la comida. Pedí una hamburguesa vegana en un bar, y me la trajeron con ensalada de col no vegana.

Un libro de cocina vegano recomienda llevar bocadillos a todas partes en caso de que no se pueda encontrar la comida adecuada; otro dice que puede resultar más fácil consumir dos comidas al día, "un gran desayuno y una cena temprana". Se necesita un fuerte compromiso para adoptar estos inconvenientes.

"Si el veganismo quiere sobrevivir o ganar o lo que sea, tiene que tener más opciones, tiene que ser más creativo", dice Harrower de ROLI.

Personalmente, dos semanas después del final del experimento, todavía soy básicamente vegano. Quizás las nuevas costumbres son difíciles de erradicar.

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