Lo que estaba pendiente se concretó. Asesoradas por Jorge Meneses, del estudio Grasty, Quintana & Majlis, las hermanas Claudia (54) y Mónica Hites Moscovich (51) —hijas de Isaac Hites Averbuck (86)— presentaron una demanda hace un par de semanas ante el árbitro Pedro García. Con ello, recrudece la disputa que libran contra sus hermanos Jaime Hites Weber (60), nacido del primer matrimonio del padre, y Andrés Hites Moscovich (52).

Un quiebre que no es el primero en la familia. En 2001, la pelea de los hermanos Alex e Isaac, los fundadores de Hites, fue de tal envergadura que pusieron la cadena a la venta. Esa vez, la disputa fue por quien fuera el gerente general de Hites: Patricio Ulloa, quien alcanzó tanto poder que en 1999 los embarcó en la creación del diario El Metropolitano que los hizo perder US$ 8 millones, contó ayer Ulloa a La Segunda, aunque en el mercado se habló entonces de US$ 14 millones. En medio de esta pelea, hubo una oferta por Hites por debajo del valor que esperaban, por lo que al final los hermanos Alex e Issac siguieron con el negocio. Aunque el vínculo fraternal nunca volvió a ser el mismo.

En su demanda, Claudia y Mónica Hites exigen la disolución de Inversiones Niágara, la sociedad de la familia que controla el 29,38% de Hites y es dueña, además, de Inmobiliaria Nialem, propietaria de 75 mil m² arrendables, en su mayoría, en el centro de Santiago como el edificio Ariztía y el centro comercial Espacio M.

Niágara es clave en esta historia, pero nadie sabe cuánto tienen las hermanas y cuánto los hermanos, ni lo que los cuatro poseen aguas abajo, es decir, en la cadena de tiendas Hites.

Hasta ahora se conoce que ellas fueron marginadas de la administración de Inversiones Niágara, dado que no pueden elegir directores. Tampoco en la Inmobiliaria Nialem, en la que son directores Jaime y Andrés, y que preside Enrique Bone, quien ocupa el mismo cargo en Hites.

Los hermanos reaccionaron a la demanda de Claudia y Mónica y pidieron otro arbitraje, que recayó también en Pedro García. Son defendidos por tres abogados: el ex presidente del Consejo de Defensa del Estado, Juan Ignacio Piña, del estudio BCP; Pedro Pablo Gutiérrez, de Gutiérrez Waugh Jimeno & Asenjo, que asesora a la empresa Hites en materia de litigios, y su socio Juan Francisco Asenjo.

Tienen plazo hasta mediados de octubre para interponer su demanda y, según supo La Segunda, sería en contra de la sociedad KCLP Ltda., donde participan Mónica y Claudia como personas naturales; la que a su vez controla otra llamada Nialem 3, que es la que tiene acciones en la famosa Niágara.

Dada la reserva con que los abogados de ambas partes están tratando el asunto, no se sabe si las hermanas han tenido problemas con la entrega de dividendos de Hites o los arriendos de la inmobiliaria.

Todo comenzó en 2009, cuando Isaac Hites, el padre, decidió transferir en vida su participación en Niágara, que superaba el 90%, a sus cuatro hijos. Jaime la albergó en Nialem 1; Andrés en Nialem 2; Claudia y Mónica Hites y su madre Kelly Moscovich, optaron por estar juntas en Nialem 3, según el Diario Oficial.

Aunque los porcentajes eran equitativos, se crearon dos series de acciones en Niágara: la A, que poseen los hermanos y elige a la totalidad del directorio, y la B, de las hermanas, sin derecho a representación. No fue lo único. A la muerte de la mamá en 2013, su parte en Nialem 3 fue vendida a Niágara, dando origen a la figura de participaciones recíprocas. Nialem es accionista de Niágara y viceversa, lo que prohíbe la ley de sociedades anónimas si excede un 10%, cosa que no fue posible de confirmar.

Además, se realizó un aumento de capital en Niágara que, según fuentes conocedoras del caso, sólo suscribieron los hermanos, a través de Nialem 1 y 2, mientras que Isaac, el padre, en representación de Nialem 3, la sociedad de las hermanas, renunció a su derecho y se produjo una dilución de Mónica y Claudia.

El padre, en todo caso, no estaría al tanto de la pelea, pues su salud está deteriorada y se encuentra bajo cuidado médico. Pero es él, Isaac Hites, quien aparece como demandante en los recientes juicios de cobro ejecutivo por los mutuos que le otorgó a su hija Claudia por 26.200 UF y por 1.539 UF en 2015 y 2017, porque le habría entregado un mandato general a sus hijos Jaime y Andrés, quienes hicieron uso de él.

Los hermanos reaccionaron con esas demandas a mediados de julio, cuando supieron que ellas recurrieron a un arbitraje. Una de las acciones legales no fue acogida, pues el contrato del mutuo no contenía una cláusula de aceleración que permitiera cobrar las cuotas impagas. La del mutuo por 1.539 UF sí lo fue, ya que todas las cuotas se encuentran impagas, por lo que no es necesaria dicha cláusula.