Un día antes de las pasadas elecciones internas de la UDI, realizadas el 11 de diciembre de 2016, Joaquín Lavín y un grupo de ediles gremialistas se juntaron con Jacqueline van Rysselberghe para darle su respaldo.

Y aunque el alcalde de Las Condes siempre ha dicho sentirse más cercano políticamente al grupo de la llamada disidencia —que hace dos años entonces lideraba Jaime Bellolio, pero hoy tiene como abanderado al diputado Javier Macaya—, pesaron otros factores para apoyar a la senadora.

Ambos crecieron políticamente en el mundo municipal. También comparten su participación en el Opus Dei, aunque ser fiel de la prelatura no es garantía de uniformidad política. De hecho, uno de los principales críticos a la gestión de Lavín en Las Condes es precisamente Carlos Larraín, también Opus Dei.

“La que mejor puede preservar esa unidad es Jacqueline”, dijo Lavín en esa cita del 10 de diciembre de 2016, cuestionando la estrategia de los “bellolistas” de dividir al partido entre jóvenes y viejos o pinochetistas y no pinochetistas.

Dos años después, sin embargo, el edil ya no está tan seguro.

—¿Molesta en la UDI que valore las ideas del alcalde comunista Daniel Jadue y su reflexión respecto a las violaciones a los DD.HH. en dictadura?

—Al revés de lo que se piensa, hoy lo que hay que hacer es salir de las trincheras. Durante muchos años fue esto de “los de acá y los de allá” y cada uno tenía sus trincheras y se mantenía en ellas… Hoy día no, hay que salir de ahí, cruzar las fronteras, extender la mano, porque es el mundo de la colaboración. Y si un alcalde del PC tiene una idea que parece buena, lo voy a reconocer, porque las personas no son todo blanco o negro, tienen matices y de todos se puede sacar algo nuevo.

—Siendo la figura mejor evaluada de la UDI, según Cadem y Criteria Research, ¿va a tomar postura esta vez en la interna del partido?

—Voté por Jacqueline van Rysselberghe y soy muy amigo de Javier Macaya. Estoy, tal como han dicho otros, en un período de reflexión.

—¿Pero va a ser un actor en estas elecciones?

—Digamos que estoy en reflexión.

—¿Siente que incomoda en Chile Vamos, tanto para el polo liberal como para la derecha tradicional?

—No creo ser para nada una figura incómoda; sí, obviamente, que todas las personas experimentamos una evolución, si se me compara, por ejemplo, con 1999. Han pasado 18 años desde la segunda vuelta con Ricardo Lagos, que fue el 2000, y uno como persona va evolucionando y cambiando, porque son diferentes etapas de la vida y uno tiene miradas distintas. A lo mejor, hace 20 años estaba tan orientado al logro, a la cosa del momento, que no me daba el tiempo, por ejemplo, para jugar con mis mascotas, ahora que tengo nietos… siento que la vocación de servicio público que tengo es la misma, pero uno va evolucionando y aprendiendo de las derrotas, de las victorias…

—Sus críticos señalan que Ud. podría actuar pauteado por las prioridades que arrojan las redes sociales más que por sus convicciones.

—No soy una persona que le preocupen mucho los riesgos. Pero creo que es al revés. El espíritu de servicio público siempre es el mismo, pero los instrumentos en que se canaliza son distintos y las redes sociales potencian, multiplican la posibilidad de estar hablando con más gente simultáneamente. Te das cuenta de la sintonía de las personas y te vas acercando a sus necesidades más concretas.

—Ud. dijo que J. A. Kast le tiene mala, pero, ¿a qué atribuye las críticas de C. Larraín? ¿Hay temas pendientes?

—No, yo creo que no hay nada personal, de verdad. Son diferencias muy legítimas y está bien que se expresen esas diferencias. Todas esas opiniones que salieron ayer (en la nota) son muy legítimas también, además le dan más diversidad a todo este mundo de la centroderecha ampliada. Desde Evópoli a personas de derecha “más antigua” o más tradicional. Y está bien, así es el mundo hoy día.

Mañana en la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago —si no se produce una suspensión de última hora— será alegado el recurso de protección interpuesto por la destituida subcontralora Dorothy Pérez, quien se resistió a renunciar a su puesto luego de que se lo pidiera el contralor general, Jorge Bermúdez. Dos serán los puntos claves: si el contralor tiene la facultad de destituir a la subcontralora, considerando que ella tiene facultades jurisdiccionales como jueza de cuentas y, si eso no fuera posible, si ella tendría que volver a su puesto o sólo debería ser indemnizada.

Tras conocerse la calidad de imputada de la integrante del Consejo de Defensa del Estado Javiera Blanco, por la contratación de cuatro funcionarios en Gendarmería, los diputados UDI Juan Antonio Coloma y Jorge Alessandri reiteraron su llamado al Presidente Sebastián Piñera para que inicie el proceso de remoción. Ese trámite requiere de un acuerdo político entre la Presidencia y el Senado.

A juicio de Coloma el daño al CDE es “irreparable”.

“La presidenta del CDE no puede guardar un silencio cómplice con la situación judicial de Blanco”, añadió Alessandri.