Según Cadem, Joaquín Lavín es hoy por hoy el político mejor evaluado con un 74%. Criteria Research, en tanto, ante la pregunta de “¿quién le gustaría que fuera Presidente?”, lo deja en tercer lugar junto a Felipe Kast, ambos empatados con un 5% de preferencias.

Pese a ello, el edil juega con el misterio. “No sé si voy a ser candidato presidencial (…) la mejor carta para Chile Vamos sería Felipe Kast”, dijo Lavín, el pasado 30 de agosto en “Llegó tu hora” de TVN, sin cerrar la puerta a una nueva carrera a La Moneda y remarcando su nuevo aire liberal en Chile Vamos, más identificado con Evópoli. De hecho, el 17 de junio, también en TVN, se definió como “Udípoli”.

Y aunque mantiene su militancia en la UDI y su cercanía con el Opus Dei, su pragmatismo político y su creatividad mediática —características que lo catapultaron en la campaña presidencial de 1999 y lo llevaron a definirse como “bacheletista aliancista” en 2007— ya comienzan a generar incomodidad en la derecha.

Desde que Lavín ha vuelto a ser catalogado como presidenciable o posible carta para gobernador regional por Santiago, ya no existe el mismo aplauso en Chile Vamos respecto de su capacidad para reinventarse. Tampoco ya resulta llamativo en el sector su olfato para adaptarse al uso de la redes sociales, que trató de de ser replicado por otro ediles del barrio alto. Incluso, aquel perfil creativo para desarrollar medidas, ha vuelto a ser tildado como “cosismo”.

Primero, fue José Antonio Kast quien comenzó a sincerar su crítica (ver recuadro). Luego, el domingo 2 de septiembre, en El Mercurio, se sumó el ex presidente de RN Carlos Larraín (también Opus Dei), quien dijo que veía un “asistencialismo indisimulado” en Las Condes.

La socióloga y académica de la UNAB, Stephanie Alenda, quien ha seguido de cerca el proceso de institucionalización de una “nueva derecha”, dice que si bien “el llamado ‘cosismo' de Lavín no es nuevo”, sí es novedoso que su discurso represente a otros dirigentes de la coalición. Cree que existe “una disputa” en la derecha sobre “lo que tiene que ser y hacer el sector”. “Las críticas a la gestión de Lavín revelan una disputa en la derecha entre posiciones más renovadas, que se apropian incluso de los temas de la izquierda, y posiciones más conservadoras”, dice.

Factores importantes en este proceso de críticas —en su gran mayoría aún en un plano subterráneo— han sido los conflictos con el edil de Vitacura, Raúl Torrealba (a causa de un terreno en la ribera sur del Mapocho, donde Lavín quería construir viviendas sociales); su decisión en contra del rodeo (que lo enemistó con Pablo Longueira); sus elogios públicos con el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue (PC), y la reiteración de que no volvería votar por el Sí en el plebiscito de 1988.

La crítica a Lavín, incluso, ya no sólo está circunscrita a la derecha tradicional (representada por J.A. Kast y C. Larraín), también se ha extendido a quienes profesan visiones liberales o tecnocráticas.

La misma intendenta Karla Rubilar —quien junto a Lavín es una de las cartas para saltar a la gobernación regional en 2020— dijo que la torre de 80 departamentos que piensa construir en la Rotonda Atenas para favorecer la integración social “no es suficiente y tapa el debate de fondo” sobre la pobreza.

La diputada del ala liberal de RN y representante del distrito, Karin Luck, dice que Lavín “ha hecho mucho en temas sociales, está preocupado”, pero cree que a la comuna le falta más “desarrollo urbano, no sólo viviendas”. Consultada por esta resistencia que ha generado el edil, Luck responde que “no sé si la palabra es incomodar, pero imagino que en algunos casos es por si puede ser presidenciable. Ahora, algo que sí incomoda son sus lazos con el PC y Jadue”.

El también diputado por la zona y ex presidente de Evópoli, Francisco Undurraga, dice que es muy loable lo que está haciendo Lavín en integración social, pero admite que ciertas medidas asistencialistas del alcalde “están en una vereda distinta” a lo que promueve su partido. “Ahora, evidentemente a Lavín se le ha tildado de cosista”, dice Undurraga.

—¿Ud. cree eso?

—Es una persona que nos sorprende día a día. Fue bacheletista aliancista, ahora dice que UDI Evópoli o ¿cómo dijo que era? Tiene capacidad para adelantarse a los tiempos, encontró en las redes sociales una forma de comunicarse con la gente.

Amenaza latente

Con el aval de 99.100 seguidores en Twitter (donde ha escrito más de 150 mil mensajes) y otro 16.300 en Instagram (donde sube fotos y “momentos” de sus actividades diarias), el alcalde es uno de los líderes de Chile Vamos con mayor peso en redes sociales.

“Tuvo un acierto al colocar en el tapete el eje integración-viviendas sociales”, dice el director ejecutivo del IES, Claudio Alvarado, en alusión a uno de los últimos anuncios de Lavín, que han sintonizado la idea de una “inmobiliaria popular”, impulsada por Jadue en su comuna.

A juicio de Alvarado, la resistencia en la derecha obedece a distintos factores: “Simples rencillas personales, en algunos casos; críticas de más largo aliento a lo que podría considerarse la falta de convicciones claras, por otro; y quizás, más de algún temor o rivalidad por su eventual candidatura presidencial”.

El académico IES vaticina que “de no cambiar el escenario (político), Lavín se comenzará a instalar progresivamente no sólo como presidenciable UDI, sino también como el candidato de la derecha tradicional. Ni Manuel José Ossandón ni Felipe Kast ni José Antonio Kast satisfacen ese público”.

Consultado por este tema en una entrevista en Radio Zero, el 31 de agosto, antes de su columna en El Mercurio, Carlos Larraín dijo en tono irónico que el alcalde “ha sido candidato desde niño, desde la primera comunión. Ha crecido, pero hay una cierta repetición en los temas, y no digo más”.

El diputado UDI por el distrito, Guillermo Ramírez, quien era jefe de gabinete de Lavín en la alcaldía antes de buscar saltar al Parlamento, sostiene que detrás de los cuestionamientos está el factor electoral. “Siempre los presidenciables son una amenaza para los otros que tienen aspiraciones y Lavín hoy día está muy bien posicionado en las encuestas”.

Si bien hoy el alcalde no tiene dentro del partido un grupo articulado que lo promueva como presidenciable, hasta el momento es el UDI mejor rankeado. Él, en todo caso, se declara cercano al sector de Jaime Bellolio, pero en agosto de 2017, confirmó haber votado por Jacqueline van Rysselberghe.

Este año ha dado señales de querer una renovación y marcó distancia con la senadora al declararse “100% partidario del proyecto de Identidad de Género”.

El cuestionado cosismo

En 1996, durante su primer período en Las Condes, “bombardeó las nubes” con aviones cisterna para hacer llover y combatir el smog.

Luego, en Santiago diseñó una “playa” con juegos de agua y, en invierno, un “centro de esquí”, con nieve artificial en el sector del Parque Los Reyes.

También instaló botones de pánico para enfrentar la delincuencia. Pero su medida más polémica fue la venta de los derechos de agua de la comuna por $6.500 millones.

De vuelta en Las Condes, además del anuncio en la Rotonda Atenas, el edil impulsó una ordenanza para multar por “acoso callejero”, compró drones vigilantes; emitió una ordenanza para prohibir a los “limpiaparabrisas”; envió al Hotel Ritz a los afectados por los cortes de luz e instruyó eliminar la tareas para la casa en seis colegios municipales.

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