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balas de dos calibres tenía Mesías cuando fue capturado.

Cuando lo detuvieron, la noche del jueves 30 de agosto, Jan Mesías Abad (41, alias «El Huaso Jan») tenía dentro de su Chevrolet 61 balas de 9 milímetros y 58 de calibre 38 para alimentar una pistola y un revólver brasileños. Con ellos amagó repeler a los policías que lo rodearon en Avenida Brasil, en Valparaíso, pero no logró disparar: antes, un tiro policial le dio en un glúteo. Dicha herida lo tiene ahora en el hospital de la Penitenciaría en Santiago, la estación previa a enfrentar los múltiples cargos de homicidio por los que era buscado desde hacía dos años en el puerto y alrededores.

Jan Mesías es originario de la población Joaquín Edwards Bello, en el Cerro Playa Ancha. Separada por la avenida Alfredo Vargas Stoller de la Población Montedónico, desde un par de años, cuadros de uno y otro sector tienen disputas por el tráfico de drogas. Esa reyerta ha escurrido no sólo hacía el centro de Valparaíso, sino que se ha extendido por otras ciudades de la región, sea con quitadas de droga —las «mexicanas» del argot delictual— o con balaceras. Y es ahí donde Mesías, que tiene tres hijos (uno de ellos siguió sus pasos), se convirtió en un especialista.

Aunque en el ambiente el «Huaso Jan» tenía un nombre al menos desde 1999, cuando recibió su primera condena por el entonces Segundo Juzgado del Crimen de Valparaíso (en el antiguo sistema de justicia) su salto a la escena nacional ocurrió a las 16;20 horas del 1 de mayo del año pasado, en Avenida La Marina de Viña del Mar. Esa vez, y junto con su hijo Jean Pierre (18), las emprendió a balazos sobre José Donoso Gatica (42), que huyó hacia un bus de la locomoción colectiva, donde ocultó el revólver Smith & Wesson que portaba.

Esta era la segunda vez que Mesías disparaba sobre Donoso, alias «El Pepe». La primera había sido el 5 de enero de ese mismo año, cuando en Playa Ancha, de un auto a otro, le acertó en una pierna. Todo con un fundamento: el 31 de octubre de 2016, «El Pepe» irrumpió en una casa de calle La Bolsa, en la Joaquín Edwards Bello, donde disparó con una escopeta a «El Pájaro», sujeto que figura como chofer de colectivo pero que ha sido investigado por narcotráfico. El tiro de escopeta de Donoso le acertó en pleno rostro, aunque el efecto más permanente fue la pérdida de la visión del ojo derecho.

En marzo pasado, Donoso fue condenado a siete años de presidio por este disparo. En la práctica, desde ese mismo día de noviembre del escopetazo, hubo otra condena en su contra, porque «El Pájaro» es concuñado de Jan Mesías.

De sus 41 años de vida, «El Huaso» ha pasado al menos doce encerrado. Aparte de la condena de 1999, en 2011 volvió a recibir una sentencia, esta vez por tres cargos distintos, por los que pasó cinco años en distintas prisiones: partió en Valparaíso, pero pidió el traslado porque dijo que ahí su vida corría peligro; siguió hacia San Felipe y salió libre el 2 de abril de 2016 desde Colina 1: cumplía condena por la muerte una persona que estaba construyendo una cancha en una iglesia adventista —la explicación para esos disparos fue que estaba probando una pistola en una zona aledaña— y por los balazos que le dio a otra en el pub «El Muro» en el Cerro Bellavista, el 25 de mayo de 2011.

“Se caracterizaba con pelucas”

Pasaron apenas unos meses desde que salió de la cárcel hasta que volvió a interesar a la policía. Al disparo que le dio en enero de 2017 a Donoso se sumó su eventual participación en una balacera en calle Victoria, en el barrio El Almendral, en febrero de ese año.

“Es un delincuente sumamente peligroso, dedicado al narcotráfico y que utilizaba armas de gran calibre. Estaba prófugo desde 2016, desde esa época que lo estamos investigando. Tenía una gran red de apoyo delictual, se caracterizaba con pelucas, se movía en autos distintos y ocupaba casas de seguridad, donde le prestaban cobertura otros narcotraficantes”, dice el subcomisario de la Brigada de Homicidios de la PDI, Walt Dapremont.

Según la información policial, figuraban en la presunta red de apoyo de Mesías, entre otros, tipos como Rodrigo Tapia Llanos (39, alias «El Cartera») y Manuel Araos Flores (40, alias «El Burro Manolo»). El primero estaba a inicios de 2017 en Iquique gestionando el ingreso de droga con destino a La Calera.

Hoy «El Cartera» está recluido en La Serena y antes había sido condenado por un homicidio de diciembre de 2014: le disparó a un hombre afuera de un pub en la Subida Ecuador. «El Burro Manolo fue detenido hace un par de meses por porte ilegal de armas, pero luego fue liberado.

Antes de ser detenido, en la que puede haber sido su última actuación en libertad, Mesías y su hijo se enfrentaron a balazos a Patricio Castillo Toro (29) en calle Joaquín Lepeley. El sujeto, que tenía antecedentes por robo y drogas, quedó herido. Pero Juan Reyes (75), que nada tenía que ver con ellos pues esperaba un colectivo en la calle Alfredo Vargas Stoller, recibió un disparo que le causó la muerte. En la práctica, esas fueron sólo unas balas de menos en el arsenal que portaba Mesías dos semanas después, el día que lo aprehendieron: además llevaba 49,26 gramos de cocaína y un millón 831 mil pesos en billetes.

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años estuvo preso la última vez que fue detenido por un homicidio (2011).

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