“Damos la bienvenida a cualquier persona interesada en la práctica de la meditación y a cualquier persona que aspire a ampliar la experiencia de la mansedumbre y de no agresión en todos los ámbitos de la vida”.

Ese es la acogedora bienvenida que da en su página web el centro chileno Shambhala, una de las corrientes budistas más masivas y populares en el planeta, con 300 sedes en 200 países.

Pero tras ese mensaje se esconde lo que era un secreto: la comunidad está enfrentando un momento de crisis total, con la renuncia de su líder espiritual, el Sakyong Mipham Rinpoche, tras una serie de graves acusaciones de abuso sexual en todo el mundo.

Incluyendo Chile. Según una investigación revelada ayer por The New York Times en su primera página, el último reporte de una lista de conductas que se remonta a lo que ocurrió en 2002 en el templo en Providencia, donde una víctima anónima reveló un traumático incidente, cuando el Sakyong la encerró en un baño.

Según el medio canadiense Halifax Examiner, la mujer tenía entonces 30 años y llegó invitada como asistente de cocina para una fiesta de la comunidad. En plena “sesión de poesía”, él sentado a su lado, y visiblemente ebrio, le tomó la mano y se la llevó; según pensaba ella, para “ayudarlo a vomitar”.

Pero estaba equivocada: “Ahí empezó a tocarme los senos e intentar desvestirme. Le decía «No, no, tengo novio». El respondía, «no importa»”, relató. Contó cómo le puso la mano de ella en su zona genital antes de lograr escapar tras cerca de 20 minutos de forcejeo.

Aunque oculto a los ojos del mundo, en el templo en calle República de Cuba, en Providencia, están intentando sobrellevar la tormenta.

Según pudo averiguar La Segunda, la renuncia del Sakyong se trató el sábado, en la asamblea general. Y aunque sólo asistieron cerca de 50 fieles, se emitió un comunicado a sus cerca de 200 feligreses. “Esto se sabía hace mucho tiempo”, apuntó una meditadora, a condición de anonimato.

Shambhala llegó a Chile a comienzos de los 80, cuando arribaron sus primeros embajadores para transmitir enseñanzas y organizar grupos de meditación. La sicóloga y terapeuta Leonor Palma —madre de Leonor Varela— fundó el primer centro oficial en 1982.

Hoy, el ingeniero civil Juan Marcelo Luengo es su director de prácticas y educación; fue él quien recibió al Sakyong la última vez que vino a Chile —en marzo de 2016— en masivos encuentros en la Casa Central de la UC y el colegio Institución Teresiana a los que llegaron más de 400 personas… y quedó gente afuera.

Contactados por este diario, el centro no acusó recibo. Mientras, esta mañana, en el templo en Providencia la directiva no estaba presente y, hasta el cierre de esta edición, aún no respondían los llamados.

Líder espiritual y referencia mística para todos sus seguidores, Mipham Jampal Trinley Dradül Rinpoche nació hace 55 años en Bodhagaya, India. Hijo primogénito del líder anterior, Chögyam Trungpa, es el “Rey” —la traducción de Sakyong en tibetano— del Shambhala en el planeta desde la muerte de su padre, en 1987.

Es él quien protege lecciones centenarias, y el único autorizado para transmitirles a miles de seguidores que deben tomar votos de fidelidad y obediencia.

“A uno le enseñan que debes ver al lama como Buda y que todo que él hace es perfecto y que cualquier cosa que te parezca incorrecta, es sólo por tu visión impura”, le dijo al NYT Lama Tsultrim, el líder del centro en Colorado. Definió al Sakyong como “el rey divino” dentro de la jerarquía de la institución.

Pero hace meses que su figura ya no es tan sagrada. Aunque está casado y tiene tres hijos, las mujeres que anhelaban ser su compañera comenzaron a reportar actos impropios de su linaje.

Así, a comienzos de 2017 la canadiense Andrea Winn empezó a recopilar testimonios parecidos a su terrible experiencia, mucho antes de la explosión del “MeToo”. El proyecto, bautizado como “Proyecto Amanecer” fue publicado en febrero pasado, con cientos de casos de abusos en cada una de sus visitas en el mundo. En su mayoría, relacionados con el abuso de alcohol.

Curiosamente, el propio Sakyong alabó a las víctimas por su “valentía y coraje”. Sin embargo, un segundo informe, esta vez avalado por una firma legal, desató el caos. Más denuncias gatillaron una crisis sin precedentes, que comenzó con la renuncia de toda la directiva y, el viernes, con la inédita deposición del líder para “entrar en un período de automeditación”.

“Fue una sorpresa y un gran alivio”, le dijo Winn al New York Times. “Ahora siento que existe la posibilidad de sanarnos”.