No me retiraría nunca, (...) No me sentiría bien paseando o en la casa” Alberto Kassis, 79

Presidente de CIAL

Mi cabeza funciona mejor que nunca, así que voy a trabajar hasta los 120 años” Hernán Somerville, 77

Director de Enel Américas

A las 7:15 llego

a la oficina (...) Nunca (salgo) antes de las 19:30” Nelson Pizarro, 77

Presidente ejecutivo de Codelco

José Said Saffie, 88, presidente de BBVA

Alfonso Swett Saavedra, 75, socio de Forus y Costanera

Horst Paulmann Kemna, 83, presidente de Cencosud

Francisco Silva Silva, 76, presidente de Grupo Security

Eduardo Fernández León, 79, controlador de FFV

Roberto Izquierdo

Menéndez, 77,

presidente de Invermar

Ricardo Abumohor Salman, 76, presidente de Maisa y de Deportes O'Higgins

Son empresarios que superan los 75 años. Algunos están en los 80 o se acercan a los 90, en lo que llaman la cuarta edad. Pero siguen activos, con largas jornadas laborales, a cargo de sus negocios o al mando de empresas tan relevantes como Codelco.

Un reflejo de que la edad no es obstáculo para trabajar. Ni menos para obtener o renovar una tarjeta de crédito como les ocurrió a la normalista jubilada Ilka Soza y al profesor de Física de la U. de Chile y Premio Nacional de Ciencias, Miguel Kiwi (ver entrevista en página 25).

Asunto que terminó zanjando anteayer el Presidente Sebastián Piñera, quien creó un Consejo Ciudadano de Personas Mayores y prometió terminar con la discriminación al adulto mayor en el acceso al sistema bancario.

“Mi cabeza funciona mejor que nunca, así que voy a trabajar hasta los 120 años que pienso vivir”, dice Hernán Somerville, a sus 77, mientras mira llover desde el living de su casa en Zapallar y discute por WhatsApp con su hijo que está en Hawai, sobre la decisión de compra de unas acciones en Malasia. “Es que yo trabajo con información, puedo estar en cualquier parte y si me entero que el primer ministro de Japón está resfriado, debo ver cómo afecta eso a mis acciones y a los clientes a los que les administro su patrimonio”. La experiencia para él potencia la capacidad de gestión. Su única licencia es que dejó de levantarse a las 6, “ahora empiezo a trabajar a las 7:30”, dice el socio de Fintec, administradora de fondos, y director de Enel Américas. Para mantenerse, camina una hora diaria en la trotadora o en la playa.

A los 83, Horst Paulmann, que acaba de ser padre de Hans Dieter, su cuarto hijo, está en la oficina a las 8 AM. Y cuando su grupo, Cencosud, está en pleno desarrollo de proyectos y entrando con todo a la era digital con sus modelos de negocio. “Está metido en todos los proyectos y detalles. Cuando hay reuniones con los arquitectos, revisa los planos y los raya con observaciones”, dice un colaborador. Puede llamar fuera de horario de oficina a un ejecutivo, “pero pide disculpas”, agrega.

Le gana el presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro (77). “A las 7:15 llego a la oficina, intento que la jornada permita tiempo para reflexionar y planificar, entre la vorágine de reuniones y visitas a terreno. Nunca (salgo) antes de las 19:30”.

Pizarro, considerado por sus pares como el hombre que más sabe de minería en Chile, asegura que con los años aprendió a valorar mejor a los equipos de trabajo y a identificar a quienes cuentan con los talentos necesarios para enfrentar cada desafío. “Aporto una mirada de largo plazo, la comprensión de los procesos cíclicos y de los tiempos de maduración que requieren los grandes proyectos”.

“Trabaja como si tuviera 25”

“Es absurdo que pongan límites por la edad cuando hay gente de más de 80 vigente y otros de 60 reventados”, asegura Alberto Kassis (79) desde su oficina en Cial Alimentos, la mayor empresa de cecinas del país. “Como ex banquero, le diría (a los bancos) que no se basen en la edad, sino en los antecedentes financieros del cliente”, dice este ex socio del desaparecido Banco Osorno.

Trabaja de 10 a 19 horas, se reúne con los gerentes, revisa números y recorre las dos plantas que fabrican las marcas San Jorge, La Preferida y Winter.

“No me retiraría nunca, lo llevo en el ADN. Partí de cero y llegué hasta aquí gracias al trabajo. No me sentiría bien paseando o en la casa”, cuenta. Lo que no quita que goce de la buena vida —dice— y disfrute todo febrero en el lago Caburgua, 15 días de enero en Algarrobo y viaje una o dos veces en el año con su mujer Ana María Sabag. Cuenta que ella le está organizando su cumpleaños 80, que celebrará el 18 de agosto: “es una fecha muy especial por la alegría de estar en las condiciones de salud en que estoy y de tener la familia que tengo, mi señora, mis dos hijas y tres nietos”.

Se prepara para competir por primera vez en carreras de enganche, aquéllas en que uno o dos caballos llevan un coche antiguo y recorren 250 metros evadiendo obstáculos. Y en un ejemplar propio, pues es dueño del Haras Santa Ana de Melipilla, donde tiene caballos árabes, chilenos —uno de los cuales, Lindo Chico, ha sido tres veces campeón nacional de exposiciones— y frisones, que corren con coches.

Íntimos amigos y socios, Eduardo Fernández León (79) y José Antonio Garcés (81) ya no se sientan juntos en el directorio de Consorcio, porque el primero le cedió el cupo a su hijo mayor. Pero comparten su pasión por el golf y reuniones para decidir los proyectos de la Inmobiliaria FFV, en la que ambos son accionistas.

“Trabaja como si tuviera 25 años, está encima de todo, de sus inversiones y de sus negocios”, comenta un cercano a Fernández León, quien partió el año con US$ 800 millones en el bolsillo gracias a la venta de su 28,7% de Banmédica.

A sus 88, José Said Saffie no quiso salir del negocio bancario, reteniendo su participación en el BBVA en la operación de compra del banco español por parte del canadiense Scotiabank, lo que le significará presidir el nuevo banco fusionado.

Y hay más ejemplos de plena actividad con más de 75: Jorge Matetic, Roberto Izquierdo, Francisco Silva, Alfonso Swett y Ricardo Abumohor, entre otros.

Jorge Matetic Riestra, 76, presidente de Inchalam y Gerdau Aza

José Antonio Garcés Silva, 81, director de Consorcio

LEER MÁS
 
Ver Más Publicidad