100

años es lo que proyectan sus dueños que durará el templo

2 mil

500 metros cuadrados tiene el edificio.

180

árboles de origen nacional hay en sus jardines.

7 mil

metros cúbicos

de hormigón se utilizaron en la obra.

3 mil

personas trabajaron en su edificación.

“El templo no tiene un fin turístico, pero tampoco queremos que crean que hay algo oculto. En los días inaugurales mostraremos cómo es un templo por dentro, explicaremos por qué es sagrado y por qué después no se podrá entrar. Y muchos, tras conocerlo, quizás quieran saber más de nuestra Iglesia, pero no es nuestro objetivo”.

Así anticipa el director de Asuntos Públicos para el Cono Sur de la Iglesia de Jesucristo de los Ultimos Días, Alfredo Salas, la inauguración del templo mormón que estará ubicado geográficamente más al sur de América Latina. El edificio blanco de dos plantas —en total de 2 mil 500 metros cuadrados— será el segundo que esta iglesia levanta en Chile (pero el más grande del país), el número 19 en Sudamérica y el 161 en el mundo.

Tendrá piedra caliza de Portugal en pisos de los baños, corredores, lobby y escaleras; molduras hechas con mármol chileno y español, enormes ventanales, vitrales con diseños de copihue, lámparas de cristal, sofás aterciopelados, alfombras de diseños chilenos y muebles importados desde Estados Unidos.

Emplazada en un barrio residencial de Concepción (en la tradicional avenida Pedro de Valdivia), la obra de más de mil toneladas de armadura de hierro y siete mil metros cúbicos de hormigón —en la que en los últimos tres años han trabajado cerca de 3 mil trabajadores— abrirá por primera y única vez sus puertas a quienes no sean mormones entre el sábado 15 de septiembre y el sábado 13 de octubre.

Será la única oportunidad para recorrer la construcción neoclásica que es visible desde la ribera sur del río Bíobío. Para ese período habrá una carpa donde los visitantes verán un breve video sobre el templo, tras lo cual recorrerán las instalaciones con un guía; previa condición de ponerse zapatos de tela desechable para caminar por su interior.

Luego de ese período —llamado «puertas abiertas»— habrá unos días para ultimar los detalles antes de la «fecha de la dedicación del templo», una ceremonia sagrada (a modo de inauguración oficial) que se hará el 28 de octubre y será transmitida por sistema satelital.

A partir de ese momento, sólo podrán entrar al templo los fieles miembros de esa iglesia, siempre y cuando tengan una recomendación de sus líderes para ello. Para esa fecha ya se habrán cumplido 9 años desde que sus líderes mundiales anunciaran la construcción del templo.

“Este barrio es muy tranquilo: hay una pizzería, las calles interiores tiene adoquines, es residencial. La construcción partió hace tres años y aunque hemos seguido cómo se ha ido levantando, impacta ver lo imponente que es, como si hubiesen puesto el Taj Mahal en medio de nuestras casas”, dice Constanza Díaz, vecina del lugar que asegura que no perderá la oportunidad de recorrerlo.

Cuenta que “falta harto para que lo inauguren, pero ya es habitual ver gente tomándose fotos afuera”. Sobre todo después de que coronaron la torre de la edificación —a 43 metros de altura— con la estatua del ángel Moroni, como lo han hecho con la mayoría de los templos mormones en todo el mundo (el primer templo donde se usó fue en Salt Lake, en 1983).

La estatua dorada que instalaron en lo más alto del templo de la ciudad penquista (pesa cerca de 100 kilos y con su mano derecha sostiene una trompeta como símbolo de la proclamación del Evangelio) llama la atención por su brillo: está hecha de fibra de vidrio y está cubierta con una lámina de oro con un pararrayos de cobre incrustado.

“No tiene un fin turístico”

Para esas cuatro semanas que estará abierto a todo público, esperan 150 mil personas visitas de Chile y del sur de Argentina (calculan un peak de 15 mil cada sábado). “En el recorrido inaugural estará permitida la entrada de niños y habrá visitas guiadas a colegios. Y dispondremos un día para que sólo lo visiten los obreros que lo construyeron: hubo 3 mil personas trabajando en su edificación”, dice Salas.

—Es una majestuosidad arquitectónica. Sabemos que viajarán misioneros de todo el mundo a verlo. Muchos argentinos de la zona sur de Neuquén, Zapala y Bariloche ahora cruzarán la cordillera y vendrán al templo de Concepción, ya no viajarán al de Buenos Aires.

Por eso, detalla, se construyó un edificio de hospedaje aledaño al templo, “para que quienes vengan con sus familias de regiones o del extranjero, tengan dónde llegar”. La obra anexa tendrá salas de espera con baños, ducha y comedor para quienes visiten el templo sólo por el día y contempla un área de alojamiento para cincuenta fieles de escasos recursos que no tengan cómo costear su alojamiento. “Estará cerrado los fines de semana y no está pensado como un hotel, si no como un edificio de apoyo al templo”, aclara.

Al igual que los demás templos mormones en el mundo, el de Concepción tendrá un salón dedicado a las novias, salones de vestuario, de instrucción y el Salón Celestial (el más importante de todos, porque desde allí «se llega a Dios»), además de la una pila bautismal sostenida por doce bueyes. “La mayoría cree que un templo mormón es como una catedral con una nave central y bancos, pero sus salones son como aulas donde se nos instruye”, explica Salas.

El intendente Jorge Ulloa vive en el mismo barrio del templo. “Es bien impactante observar la construcción de un edificio como este, que incluso se ve desde el puente Juan Pablo II (a cuatro kilómetros de distancia). Es una obra única, un trabajo admirable”, dice.

Salas es categórico en no dar detalles del monto de la inversión realizada: “La iglesia mormona, como norma, no lo divulga”, dice.

Sin embargo, en septiembre de 2015 en una revista interna de la iglesia —“El Faraón Mormón”— se recogen las declaraciones dadas por César Inostroza, director de Asuntos Públicos de la Región de Concepción, quien sostuvo que “es una de las mayores inversiones de este tipo, si es que no la mayor, realizada por la Iglesia en Chile”, agregando que “los fondos para esta inversión provienen de los diezmos, que corresponden al 10% de los ingresos de los fieles, que son donados voluntariamente”.

Salas destaca que “construir un templo, además de una inversión importante, muestra el crecimiento de nuestra iglesia. Esta es la casa del Señor, creemos que si Jesucristo viniera a visitar la tierra vendría a un lugar así. Cuando la gente visita un templo dice ¿por qué gastan tanto dinero en esto y no en los pobres? pero hacemos muchísima vida humanitaria; lo que pasa es que la construcción de un templo es una ofrenda a Dios”.

—¿Por qué tanto lujo en un lugar sagrado?

—Para los miembros de nuestra iglesia el templo es literalmente la casa del Señor. Él siempre ha mandado a su pueblo a edificar templos sagrados. Aunque el edificio es imponente, la iglesia mormona no hace tanto énfasis en el lujo ni en extravagancias. Los templos tienen relación con lo que se hacía en Israel cuando se construyó en Jerusalén el templo de Salomón, que se hizo con los mejores materiales. Por eso, cada vez que se inaugura un templo es una ofrenda a Dios y ponemos materiales de alta calidad.

—La Iglesia Católica abre sus puertas todos los días y a todos ¿Por qué sus templos son de acceso restringido?

—Nuestras más de 500 capillas en Chile están abiertas a todo público. En cuanto al templo, incluso nosotros que somos miembros de la iglesia no podemos ingresar, excepto que estemos «dignos». Ya consagrado el templo, toma un carácter tan sagrado que sólo los miembros fieles de la Iglesia pueden entrar. No es algo secreto, es algo sagrado.

—¿Qué es ser «digno»?

—Tener una serie de conductas elevadas de dignidad social, ética, corporal y espiritual. Además, se pide la «Recomendación para el Templo», una especie de carnet que dura dos años y se renueva sosteniendo conversaciones con los líderes de la iglesia mormona.

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