“Emprender es perseguir una idea o un proyecto, sea idea nueva o algo conocido, con mucha pasión y energía, involucrándose cada vez más para echarlo a caminar”, dice Jaime Santa Cruz Negri, director de empresas de Abcdin y de Lipigas.

El ejecutivo —ingeniero civil industrial UC de 63 años— tiene varias experiencias de emprendimiento en el cuerpo. “Una de ellas es un emprendimiento grande que hicimos junto a otra familia chilena, que desarrollamos partiendo desde cero en Estados Unidos. Hoy, después de 14 años, es una compañía muy relevante y exitosa en el rubro del área química”, dice.

Pero además es parte de Netmentora -con 30 años en el mercado internacional y desde 2016 en Chile- que surgió a partir de una alianza con Réseau Entreprendre y la familia Mulliez, una de las familias empresariales más destacadas de Francia. “Fue un trabajo arduo, sólo posible gracias al apoyo activo de la familia Mulliez y varias familias chilenas que respaldan a Netmentora. A fines de 2016 ganamos el apoyo de Corfo y eso fue esencial para consolidar nuestra red”, cuenta Santa Cruz, presidente de la compañía.

Hasta hoy han atendido a más de 130 emprendimientos de todo tipo y están acompañando regularmente a un grupo de aproximadamente 30 empresas. El desafío central hoy para cualquier emprendedor, dice, es adquirir una “disciplina de control de gestión. No es un tema menor, sobre todo para emprendimientos y pequeñas empresas cuyo enfoque principal es vender para mantenerse y crecer”, explica.

Agrega que “la realidad es que el mercado, como también el contexto económico y legal a nivel global, es cada vez más complejo. Si una empresa no cumple con todas los requerimientos formales y legales, puede quedarse muy rápidamente fuera. Más allá de saber del mercado, se trata de desarrollar competencias y actitudes para ser exitoso en los negocios, lo que toma su tiempo”.

A largo plazo

—¿Cómo es el emprendedor chileno?

—Tiene un espíritu y una creatividad muy notable, pero no cuenta con la misma estructura ni formación como la que se da en Europa. El chileno requiere adquirir más competencias prácticas, especialmente, en relación con las herramientas de gestión y financieras.

—¿Cuáles son los errores más comunes?

—La falta de control de gestión. Los emprendedores tienden a enfocarse en su ámbito de expertise: la creación, lo comercial, la tecnología... pero olvidan temas administrativos y áridos como la venta en terreno, la contabilidad, los temas tributarios y la formalización legal. Delegan estas actividades en otros y no controlan bien, quedando muchas veces problemas latentes que pueden convertirse en bombas de tiempo.

—¿Cómo se resuelve eso?

—Nuestras mentorías, que son gratuitas, son a largo plazo y trabajamos con la persona en un trabajo bien personalizado, lo que permite atender al emprendedor con sus dificultades y ciclos de aprendizajes. Eso genera un nivel de confianza que es esencial para lograr el éxito de la empresa. Somos como «una universidad en práctica del emprendimiento» porque nuestros mentores entregan su mirada práctica de la gestión y junto al emprendedor se van resolviendo problemas a medidas que surgen. Eso va empoderando al empresario.

—¿Qué tipo de compañías buscan?

—Para aprovechar el know-how de nuestros mentores, pedimos que tengan ventas regulares y una formalidad básica en su gestión, no importa el volumen de ventas en sí. Trabajamos con el socio mayoritario o no más de dos socios, porque el liderazgo y capacidad de toma de decisión son esenciales para lograr resultados. Y un criterio adicional importante para Netmentora es el potencial de creación de empleo, sea directo o indirecto. Nos interesa en particular, promover emprendimientos de impacto social y de mujeres.

—¿Cómo abordan el tema del fracaso con sus emprendedores?

—El fracaso es parte integral de la experiencia de emprender. Dentro de la vida empresarial siempre hay fracasos, parciales o totales, son parte de la dinámica y más vale familiarizarte con él y aceptar el lado positivo, que es replantearte de manera regular lo que estás haciendo.

—Alejandra Mustakis dijo al Mostrador que en Chile a los empresarios les costó ver el valor del emprendimiento, aunque está cambiando.

—A partir de los 30 años de experiencia de nuestra red, podemos decir que vemos la situación desde el otro lado: los empresarios valoramos mucho a los emprendedores con toda su pasión y potencial. Nuestra labor es ayudarles a que se conviertan en «empresarios», en el sentido de una persona empoderada de su proyecto y muy madura en su mirada y liderazgo organizacional y social. La comprensión nuestra del rol de empresario se da en otros términos: no se trata de antagonismos entre categorías sino de un proceso de maduración, asumiendo que todos somos actores sociales comprometidos con nuestra comunidad y el entorno.

¿Qué profesión y preparación tienen sus mentores?

—Hoy tenemos una red de 60 mentores socios, en su mayoría empresarios o gerentes con mucha experiencia, quienes se comprometen con los proyectos aportando su know-how en gestión, estrategia, márketing, operaciones, finanzas, etc. Nuestros mentores son el motor de nuestra red y quienes nos apoyan año a año con una cuota social. Tenemos la suerte de contar con personas de alto perfil, un compromiso destacado y ganas de retribuir compartiendo su experiencia, entre ellos, un porcentaje importante de ejecutivos extranjeros también.

—Y hasta ahora, ¿cuál es la evaluación en Chile?

—Excelente. Nuestro principal objetivo este año es consolidar nuestros procesos y metodologías de trabajo, implementando instancias de intercambio y mejores prácticas entre mentores y entre emprendimientos. Independientemente de eso, queremos crecer, con la idea de atender a 40 nuevos emprendimientos este año, y esto significa también contar con más mentores y socios.

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