Por la eventual ocurrencia de una “estafa piramidal” (calificada penalmente como estafas reiteradas) y otros delitos, las fiscalías de Concepción y de Alta Complejidad Oriente (Santiago) investigan al empresario Gabriel Urenda Salamanca, quien habría cometido los ilícitos desde su holding Intervalores.

Según consta en la web del Poder Judicial, Urenda —el menor de los ocho hijos del ex senador por la Quinta Región, Beltrán Urenda Zegers— aparece imputado en el Juzgado de Garantía de Concepción (cinco causas), en el 8° y 4° Juzgado de Garantía de Santiago (dos causas) por los delitos de estafa, apropiación indebida, ejercicio ilegal de la actividad bancaria, asociación ilícita e infracciones a las leyes de Valores y de Sociedades Anónimas.

En esta arista penal, el Ministerio Público investiga, paralelamente, al menos otros dos casos por los mismos delitos, explicaron fuentes relacionadas a la investigación. A ellos, se suma otra denuncia de 2016 presentada por el entonces superintendente de Valores, Carlos Pavez, por infracción a las leyes de Valores y Bancos.

Las querellas, presentadas en los últimos cinco meses, fueron acogidas a tramitación —menos la del 8° Juzgado— e imputan indistintamente a Gabriel Urenda (dueño y gerente general del holding) y Sebastián González Chambers (gerente comercial).

Varias causas civiles

En la arista civil, Intervalores S.A. enfrenta otras 18 demandas en Concepción, Santiago y Viña del Mar, presentadas en los últimos cinco meses por varias sociedades de inversiones y factoring.

En tanto, el propio Gabriel Urenda aparece mencionado en otras siete demandas ingresadas, entre otros, por Banco Estado, Banco Security y Banco Internacional, por documentos impagos.

“Modus operandi similar a Rafael Garay”

El abogado de Carey, Ricardo Reveco, que representa a la Comercializadora Panor (que acusa un perjuicio de más de $1.140 millones) dijo: “Parece ser que el modus operandi de Intervalores en la captación de dineros seria similar al que ocupaba Rafael Garay ”, recordando el caso del ingeniero comercial acusado y en prisión por estafas reiteradas.

El abogado Juan Fernando Silva, que representa en Concepción a las sociedades Real Empire y Casablanca Inversiones (que suman perjuicios por $1.330 millones), agregó que “todos aquellos que han invertido dineros (en Intervalores) han optado por la vía criminal: por estafa, infracción a las leyes de Bancos y de Valores y lavado de activos. Estamos estudiando otras figuras penales que van más allá, sumado a la posible falsificación de instrumentos públicos remitidos a la Superintendencia de Valores (hoy Comisión de Mercado Financiero, CMF)”.

Silva agregó que “en Concepción ya hay alrededor de 10 afectados, de los cuales cinco están en vías de querellarse”. Explicó que con Intervalores “la figura penal, se origina en el pago de intereses garantizados (por depósitos) y si bien Intervalores hacía otras operaciones (como forward y transacción de acciones) que no tienen que ver con una estafa piramidal, su modus operandi era muy similar al de Rafael Garay y Alberto Chang”.

Al intentar contactar a Gabriel Urenda en Intervalores, una persona que se identificó como su secretaria respondió que el empresario había señalado que no daría declaraciones a la prensa.

Malas decisiones

Varios son los conflictos que en el pasado ha afrontado Gabriel Urenda desde Intervalores, firma que fundó hace más de 18 años.

En 2006 fue multado por la ex SVS con UF 8.000 por uso de información privilegiada en transacciones con acciones de Schwager. Una sanción que, pese a ser apelada en la Corte Suprema, finalmente tuvo que asumir en 2011 pagando un monto cercano a los $178 millones.

De hecho, el propio Gabriel Urenda habría convencido a su familia de ingresar al proyecto de Schwager Energy, ya que él como accionista tenía cerca de un 7% de la firma, y tras la multa de la ex SVS se replegó, dejando como socios a cargo de la empresa a su hermano Beltrán, y a su padre. Así, la familia Urenda subió su participación de 4,43%, que tenía en 2005, hasta un 31,5% que mantenía junto al Grupo AEM. La empresa ha enfrentado dispares resultados, debió reformularse y ha enfrentado varios altibajos en su valor.

En agosto de 2016, los problemas para Gabriel Urenda se agudizaron cuando nuevamente la autoridad de valores abrió un proceso sancionatorio contra su corredora de bolsa, caso que culminó el jueves de la semana pasada, cuando el organismo regulador canceló la licencia de la empresa por insolvencia.

De hecho, desde ese día la CMF publica en su página web una advertencia: “Al público en general se informa que existen otras instituciones asociadas a esta entidad (Intervalores), que utilizan nombres similares, las cuales no son supervisadas por la CMF y respecto de las cuales carece de competencias para supervigilar”.

Una herencia en disputa

Dispar ha sido el destino de los ocho hijos del ex senador Beltrán Urenda Zegers, quien tras su muerte (2013) dejó su fortuna —que mayoritariamente consistía en cerca del 21% del Grupo Empresas Navieras (GEN)—, en manos de ellos.

Si bien, los ocho hermanos se han enfrentado entre sí por ese legado, ventilando incluso sus diferencias en tribunales el 2014, han logrado conciliar intereses tras firmar un acuerdo de confidencialidad. Este pacto, entre otros, impide a cualquiera de ellos entregar trascendidos a la prensa sobre la herencia.

Sin embargo, uno de los que ya no forman parte de esa sucesión es, precisamente, Gabriel Urenda, pues en 2016 vendió sus derechos hereditarios, luego que la posesión efectiva de su padre se trabara en el Tribunal Aduanero de Valparaíso. Una contienda con el Servicio de Impuestos Internos por el monto a pagar en impuestos de herencia y que impide la venta de los activos que recibieron.

Según un contrato escriturado el 26 de octubre de 2016, Gabriel Urenda vendió su parte heredada en las tres sociedades cascada (María Elena de Inversiones, Los Ceibos e Inversiones Tongoy) a través de las cuales su padre tenía cerca de 1,4 millón de acciones de GEN.

Por esta operación, recibió alrededor de US$3,3 millones, aunque el actual valor de mercado de esa participación hoy legaría a US$6,6 millones. El comprador fue la Sociedad Nacional de Valores, una empresa donde participan sus hermanos José Manuel y Beltrán, con el empresario Franco Montalbetti.

US$3,3

millones recibió Gabriel Urenda por los derechos hereditarios que le dejó su padre en 2016.

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