cesar silva

Con una libreta de apuntes y una coca light, Pía Adriasola llegó atrasada por 25 minutos el pasado lunes a la comisión mixta del proyecto de identidad de género.

Producto de la demora, la esposa del ex diputado y ex candidato presidencial José Antonio Kast, quien lucía una credencial de visita, no pudo sentarse en el primer piso de la sala de sesiones del antiguo Senado, cerca de parlamentarios y asesores, por lo que debió tomar ubicación en la tribuna.

No es primera vez que la abogada participa de estas instancias. El lunes 9 de abril ya había estado en la misma comisión, solo que en esa oportunidad se sentó junto a los asesores, previa invitación del diputado Jaime Bellolio (UDI).

Además, según consta en el acta de la comisión de DD.HH. de la Cámara, el pasado 3 de enero Adriasola participó de esa instancia, donde se analizó el proyecto de identidad de género, “en representación de la ONG Influyamos”, entidad creada para ser plataforma presidencial de Kast, pero que ya no tiene sitio web vigente ni actividad reciente en redes sociales. En esa oportunidad, incluso, intervino citando al cantante Ricardo Arjona y su canción “Acompáñame a estar solo”.

Sin embargo, lejos de ser una acción individual, la presencia de Adriasola en el Congreso obedecía a una distribución de tareas dentro del colectivo de Kast, que mañana será lanzado oficialmente.

“El rol que estoy desempeñando es la promoción de una visión integrada de la persona. Trabajaré por la defensa de los derechos de todos y que tengamos conciencia del respeto que nos debemos unos a otros”, dice Adriasola, quien se ha concentrado en el seguimiento de proyectos de ley de carácter valórico.

En esta tarea, que incluye sostener conversaciones con parlamentarios, Adriasola cuenta con un equipo compuesto por la abogada Pamela Pizarro, la dirigenta evangélica Cecilia Iturriaga (quien la asesora en temas de sociedad civil), y la periodista Carolina Araya, quien coordina su ingreso a las comisiones.

Nueva fundación

La responsabilidad de llevar el seguimiento de la agenda valórica, donde se circunscriben iniciativas como la identidad de género y el matrimonio igualitario, además de la discusión legislativa sobre temas de infancia, serán las tareas que formalmente Adriasola asumirá en el nuevo movimiento de Kast, desde donde trabaja en su oficina en calle Moneda.

Ella, además, ha establecido lazos con otras organizaciones, grupos de expertos —por ejemplo una de psicólogos clínicos que trata a menores abusados— y también con funcionarios del Gobierno. De hecho, Adriasola ya se reunió con Nicolás Peñafiel, jefe de gabinete de la subsecretaria de la Niñez, Carol Bown.

“Estamos desarrollando programas y acciones para la promoción y defensa de la vida, la libertad y de los derechos de las personas, con una mirada integral, tanto en el ámbito público como en el privado”, asevera Adriasola.

La esposa de Kast llegó el pasado lunes hasta la sede del Congreso en Santiago.

El 18 de enero, almorzando con su esposo (entonces aún diputado) y con el matrimonio de Percy Marín (core RN) y Camila Flores (actual diputada RN). Ella es parte de los legisladores que mantienen contactos con Kast.

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Una propuesta de acuerdo sobre el proyecto de identidad de género, “incluso con Jaime Bellolio y Felipe Kast”, se encuentra trabajando la diputada RD Natalia Castillo, junto al senador de su partido, Juan Ignacio Latorre. “Para nosotros lo más importante es llegar a un acuerdo, porque lo más importante es que la ley salga y que no esté sobreburocratizada, que incluya mecanismos simples, de fácil acceso y gratuito, no que sea una ley llena de trabas. Ojalá Felipe Kast y Evópoli no olviden su eslogan de los niños primeros en la fila.

—¿Qué están dispuestos a ceder para llegar a un acuerdo?

—Más que ceder o no ceder, lo que tiene que ocurrir es que la ley proteja a las personas más vulnerables. Y hoy los más vulnerables son los menores de edad, sobre todo los niños de entre 11 y 15 años, donde hay más intentos de suicidio. Más allá de lo que uno quiera o no quiera ceder, el tema es que estaríamos renunciando a salvar vidas si no incorporamos a los menores.

—Si no se incluye a menores de 14 años, ¿no hay acuerdos?

—Lo más importante es que la ley salga. Nos gustaría y nos encantaría que esta ley reconociera el derecho de los menores de 14 a hacer el cambio registral. Pero en este minuto lo más importante es que la ley salga… En ningún caso es una negociación de todo o nada. Lo que uno esperaría es que la ley salga bien, no en la medida de lo posible o que no cumpla con el estándar de derechos humanos.

—Carlos Peña dice que algunos sectores de la izquierda están más animados por creencias que por razones. ¿Compartes ese diagnóstico?

—Es una opinión sesgada. Cuando uno da razones de sus dichos, en el caso particular de la IG, a mí me tienen que justificar por qué no hay que incluir a los niños.

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