“Ahí están

los trajes de Corazones Service y las motos, falta que nos llamen y partimos”.

Dos hombres en el banco de una plaza. A medida que conversan se dan cuenta de que padecen del mismo problema: sus mujeres. Deciden hacer algo. Algo que justifique arrancar de su situación. El plan suena alocado; pero en razón a los hechos, resulta ser lo más cuerdo. Dirán que son gays y que se van a vivir como pareja. Logran zafar de sus mujeres, pero al poco tiempo se descubren que están repitiendo los mismos traumas del pasado.

La idea —o la culpa — es de Felipe Izquierdo, autor confeso de “Todos tenemos la misma mujer”, una delirante historia que llega este viernes al Teatro Mori y que tiene en su elenco a Fernando Larraín, al propio Izquierdo y a la actriz María Olga Matte.

“Es una terapia de shock para que las relaciones de pareja se reencuentren, es un nuevo método para entender que podemos seguir en este concurso para confirmar que somos y seremos un mismo secuestro, que estamos condenados a gozar con ellas para siempre, porque en el fondo todos somos el mismo problema”, dice Izquierdo, quien luego de 14 años vuelve a trabajar con un viejo cómplice.

—Hola, perdón, ¿Fernando Larraín y Felipe Izquierdo juntos? ¿Es 1999?

—Felipe Izquierdo (FI): No, es 1967 cuando nos conocimos.

—¿Qué magia provocó esto?

—Fernando Larraín (FL) Nuestras madres nos dijeron... Salúdense.

—¿Se viene Corazones Service?

—FI: Ahí están los trajes y las motos, solo falta que nos llamen, y partimos.

—¿Qué los separó?

—FL: Nunca se ha cortado el cordón umbilical.

—¿Qué los unió?

—FL: El humor umbilical... fue magia.

—¿Qué extrañaban del otro?

—FI: El ritmo y algo que aún no desciframos.

—¿Están pensado en revivir a Fresco y Natural Después del Postre?.... ¿les gusta el nombre Rancio y artificial después del bajón?

—FI: Ya tenemos fecha y lugar para que todos nos vengan a ver con Fresco y Natural Después del Postre en pleno… Será el 9 de mayo en San Ginés y ¡será lo que siempre debimos ser!

—Díganse algo realmente emocionante entre ustedes.

—FL: Hola… ¿tení té?

—Digan una profunda, real y descarnada razón para dejar fuera de este y todos los otros proyectos de la vida a Nicolás Larraín.

—FI: Nicolás es nuestro cordón umbilical.

En la UTI

—¿Por qué los convoca una mujer? ¿No saben que es tema delicado hoy?

—FL: Porque estamos en la UTI… Más delicado es nuestro estado de salud.

—¿Cómo se puede hablar de las mujeres sin sacar querella?

—FL: Porque ellas se ríen de nosotros.

—Hasta el 11 de marzo, todos teníamos la misma mujer, ¿no se les habrá pasado el tiempo con esta obra?

—FI: Ellas nos siguen vistiendo.

—A propósito del debate trans, ¿qué quieren TRANSmitir con esta obra?

—FL: Que el problema no está en ellas... está en el gluten.

—Me dicen por interno que los matan si la banda sonora incluye Arjona…

—FI: Arjona es el veneno que todos necesitamos.

—¿Es verdad que van en programa doble con la obra del profeta de Peñalolén llamada “Todos tenemos el mismo hombre?”.

—El fue el primer mártir de nuestra iglesia.

—Hablando en serio, ¿por qué cresta tenemos todos la misma mujer?

—Porque a todas les molesta lo mismo de todos nosotros.

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Una conversación entre el astrónomo Steven Longmore y el ecologista Serge Wich —profesores de la Universidad John Moores de Liverpool— dio origen a la forma de contribuir a la conservación y la lucha contra la caza furtiva. Los científicos desarrollaron un sistema de drones y cámaras especiales para grabar especies raras o en peligro de extinción, durante el día o la noche con técnicas de aprendizaje automático y de visión por computadora que ayudan a los investigadores a estudiar las galaxias más antiguas y distantes del universo y que ahora pueden usarse para encontrar animales.

Las cámaras proporcionan grandes cantidades de material visual que no pueden analizarse con la velocidad suficiente. Pero ¿qué tienen en común los animales y los cuerpos estelares? Ambos emiten calor. Al igual que las estrellas, cada especie tiene una huella térmica reconocible.

Para reunir una biblioteca de referencia de animales en varios entornos, el equipo —que comenzó la investigación en 2015— está trabajando con un parque safari y zoológico en la captura de imágenes y video de animales.

Además, los científicos están afinando su sistema y en dos años planean tener un prototipo totalmente automático para hacer pruebas. En cuestión de cinco años, esperan poder vender los sistemas en cerca de 15.000 dólares. Mientras tanto, estos astroecologistas también trabajan con grupos de rescate para ayudar a encontrar personas perdidas en el mar o la niebla. De hecho, a partir de mayo colaborarán con grupos de conservación y universidades para buscar orangutanes y monos araña en los bosques de Malasia y México, así como delfines de río en las oscuras aguas del Amazonas.

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