Un nuevo conflicto inmobiliario se incuba en la esquina surponiente de Irarrázaval con Américo Vespucio, en Ñuñoa. La empresa Fundamenta, ligada al empresario Pablo Medina, espera levantar cuatro torres de departamentos de entre 27 y 32 pisos de altura en su proyecto “Egaña Comunidad Sustentable”, con una inversión estimada de US$106 millones.

El terreno donde se emplazó hasta 1997 el gimnasio Manuel Plaza fue comprado por Fundamenta hace dos años a las familias Alevy y Reizin, socias del Apumanque, pero sólo en noviembre pasado se conoció su destino cuando la inmobiliaria llegó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) a buscar la aprobación de su iniciativa. Hasta ahí, el trámite parece similar a cómo operan tradicionalmente las inmobiliarias. Salvo por un detalle: la compañía optó por someterse a una participación ciudadana voluntaria y de manera previa a la aprobación.

Con ello, busca no enfrentar los contratiempos que sufren hoy otros proyectos como el Conjunto Armónico Portezuelo de Lo Curro, Vespucio 345 y Parque Pumpin, que pese a estar aprobados, siguen lidiando con la oposición de vecinos e incluso, en el caso de los dos últimos, sus permisos de edificación fueron anulados por los alcaldes Joaquín Lavín (ver recuadro) y Jorge Sharp, respectivamente.

Además con este proceso, avalado por el SEIA, disminuyen los riesgos de judicialización en etapas más avanzadas.

Honrar a Dios

El hacer las cosas de manera distinta tiene mucho que ver con que Fundamenta por definición propia se presenta de una manera distinta: con una explícita vocación cristiana.

El empresario Pablo Medina es conocido por su marcada formación católica, que se traduce, por ejemplo, en la conceptualización religiosa de Fundamenta en su página web. Allí se autodescribe como una “empresa cristiana que se esfuerza por honrar a Dios en todo lo que hace”.

Medina es abogado de la Pontificia Universidad Católica y en Fundamenta él mismo ha sido catequista de personas que trabajan con él. “En nuestra tarjeta de presentación dice que queremos honrar a Dios en todo lo que hacemos. Donde las personas son nuestro mayor tesoro”, dijo el empresario hace un par de años en una charla ante estudiantes de la UC.

Alfredo Palomino, gerente de Egaña Comunidad Sustentable, lo refrenda: “No sólo buscamos el beneficio de nuestros accionistas, sino que entendemos que hacer empresa hoy requiere que todos con quienes nos relacionamos, clientes, comunidades, proveedores y colaboradores, percibamos un valor positivo de ella”.

Comparendo vecinal

Una vez conocido el proyecto Egaña Comunidad Sustentable, los vecinos reclamaron por los impactos viales en un cruce donde confluyen el centro comercial Mall Plaza, la autopista Vespucio Oriente (AVO) y una estación de Metro. Sobre todo, porque considera 1.828 departamentos, una placa comercial y 2.133 estacionamientos para vehículos livianos.

La primera medida de las agrupaciones vecinales de La Reina, Ñuñoa, Plaza Bremen y Parque Gorostiaga fue solicitar un proceso de participación ciudadana, lo que fue desestimado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), pues no es obligatorio para las iniciativas ingresadas como Declaración de Impacto Ambiental (DIA), pues se entiende que no tienen impactos ambientales.

Pero la propia empresa envió una carta al SEA avalando la petición y se sometió voluntariamente a la opinión vecinal, incluso bajo el riesgo de tener que incluir modificaciones al proyecto. “La legalidad de un proyecto es una cosa, pero la legitimidad es otra”, explica Palomino.

Confiesa que tras tomar la decisión, recibió llamados de algunos miembros de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), preocupados porque la medida fuera vista por el regulador como un nuevo estándar obligatorio para la industria, que hoy no está obligada a someter sus proyectos a este tipo de comparendos vecinales.

El cara a cara entre Fundamenta, los vecinos y el municipio culminará el 19 de abril. En la municipalidad están atentos, aunque a la espera de que se concreten los compromisos. El alcalde Andrés Zarhi dijo que Fundamenta comprometió una serie de medidas de mitigación vial, como una conexión con la estación de Metro, la ampliación de Diagonal Oriente, ciclovías y semaforización, entre otras.

Proyecto se levantará en la esquina surponiente de Irarrázaval con Vespucio.

Así debiera lucir el proyecto en 2023, cuando la inmobiliaria espera tenerlo listo tras cinco años de construcción.

Vespucio 345

Lavín sigue peleando

“Quedan recursos pendientes. Este proceso judicial no ha terminado”. Con esa frase el alcalde Joaquín Lavín deja claro que continuará en la Suprema, su pugna con la inmobiliaria Nueva el Golf, luego que la Corte de Apelaciones determinara que el actuar del municipio al invalidar su permiso de construcción fue ilegal.

“Mi decisión es seguir defendiendo a los vecinos del barrio El Golf.

A mi juicio, si el terreno mide menos de lo que se dijo, no se puede construir ahí un edificio tan grande”, dijo.

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